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Si hay una palabra que define a Luis Miguel Sánchez -Luismi como bien le llaman con cariño y aprecio sus amigos y conocidos más cercanos- esa es apasionado. De su ciudad, de sus fiestas, de su trabajo y de su rutina. Sabe bien de ... lo que habla y sobre todo lo que siente, más si cabe, por sus años de dedicación en los periódicos y, ahora, por su implicación profesional, personal y social en los festejos de Alicante.
Es en cada una de sus palabras, las que escribe y con las que narra, donde se muestra la admiración por su gran fiesta, las Hogueras de San Juan, en las que se integró en el año 1973 gracias al empeño de Encarnita Soler. Fue en la Noche de San Juan cuando esta histórica foguerer de Calvo Sotelo reunió a un grupo de jóvenes, cuyos padres eran comisionados del distrito, para proponerles la fundación de la hoguera infantil.
Con esfuerzo y mucho ánimo, este colectivo, en el que se halló Luismi, salió adelante al año siguiente, en 1974. En sus inicios, ostentó el cargo de vicepresidente infantil para, tiempo después, pasar a ser presidente del distrito juvenil. De hecho, este alicantino nacido en el barrio de Carolinas llegó a ostentar la presidencia de la hoguera infantil de Calvo Sotelo durante varios años.
De aquellos años, Luismi recuerda con cariño y añoranza aquellas rutas por los talleres de «artistas consagrados como Pedro Soriano, Paco Juan o Pascual Domínguez» con sus amigos, a donde acudían para «cuchichear sobre lo que había», reconoce. Estas visitas era «una de las cosas que nos unían», pero sobre ellas prevalecen las palabras de José Ángel Guirao, quien «nos trasladó el cariño y el respeto a las belleas del foc y a lo que representan y dejan en el camino». De todas las que ha conocido, muchas de ellas son «amigas», como Alicia Crevillén, «a quien le tengo un especial cariño».
Junto a estos recuerdos, también llegan las anécdotas de su etapa juvenil en Calvo Sotelo. En la memoria de Luismi priman los pasacalles. En ellos acudía junto a su pandilla a los antiguos almacenes de Lloret y Llinares, y Martínez y Ródenas de la calle Churruca, donde «nos invitaban a almorzar». Es al mencionarlos, cuando le viene a la cabeza Enrique Ibáñez -propietario de la papelería de la calle San Francisco- y su espíritu de barrio con su alma de festero.
«Hacía amistad con todo el mundo», detalla Sánchez, por su don de gentes y su sencillez. Además, con Ibáñez llega también otra anécdota, divertida en antaño e inimaginable en la actualidad. «Acabamos entrando a Galería Preciados durante un pasacalles». Vestidos de festeros, «el bombo resonaba y la gente se nos unía al olor de la sardina», algo que no hicieron más.
Todos estas vivencias, las cuales fueron posible «gracias a mis tíos (amigos de sus padres a quien Luismi se dirige con este apelativo desde los ocho años), quienes me introdujeron en el mundo de las Hogueras y me presentaron a Tomás Valcárcel», concluyeron tras su salida a Barcelona para estudiar la carrera de Ciencias de la Información. «No pude compatibilizar el periodo de estudios con las Hogueras», pero cada junio regresaba a Alicante para reencontrarse con sus familiares y amigos.
Eso sí, a su vuelta a la ciudad, se volcó con las fiestas gracias a su labor en los medios de comunicación, donde «escribía de información local y hogueras», además de elaborar «reportajes, entrevistas y tocar todos los géneros periodísticos» para narrar una de sus grandes pasiones, junto a los toros.
Luis Miguel Sánchez nunca ha dejado de lado las fiestas de su ciudad. Ya sea como festero o periodista, ha vivido todas y cada una de las Hogueras, junto a todos sus actos. A la hora de quedarse con uno, duda «para no caer en los tópicos». Eso sí, mantiene viva una frase de Enrique Ibáñez que este le trasladaba: «Luismi, lo mejor de las Hogueras son hasta que se plantan. Una vez que están, van volando y acaban rápido».
Por ello, tras pensarlo y repensarlo, este alicantino reconoce que le «gusta mucho la entrada de bandas», donde suenan pasodobles «dedicados a foguerers y amigos ya fallecidos». Es a lo largo del recorrido, donde al escuchar las melodías, Luismi se siente «como el flautista de Hamelin» siguiendo a las bandas para «evocar a aquellas personas que recuerdo con cariño».
Algunas de ellas son José Ángel Guirao, Tomás Valcárcel con su pasodoble 'Valcárcel Viva Alacant!' y Conrado Albaladejo, con quien recuerda sus largas conversaciones «hablando sobre si las Hogueras iban a la Expo o no». Gracias a la música «se juntan muchos recuerdos de las personas y los momentos vividos con ellos», como le ocurre cuando escucha las notas de 'Foguera de Calvo Sotelo', las cuales «van ligadas a muchas personas que conocí, entre ellos mis padres, que han ido falleciendo», además de otros grandes del libro de oro de las Hogueras como «Juan Soler Pérez, marido de Encarnita Soler, que tiene 94 años y si estuviera en una comisión sería un foguerer en activo».
Además de su trabajo en el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Alicante, Luis Miguel Sánchez es escritor. Fue hace unas semanas cuando publicó su quinto libro sobre las Hogueras, dedicado a Pedro Luis Sirvent. Bajo el título 'Senyor pirotècnic', hace un repaso por la extensa biografía del maestro de la pólvora a través de sus relatos. La idea surgió durante un encuentro en el que «Pedro Luis me dijo 'quiero que me hagas un libro antes de que me muera'», a lo que Luismi respondió, entre bromas, «espérate, primero hacemos el libro y luego lo que tú quieras».
Esta faceta comenzó en 2009 al escribir su primer libro sobre Hogueras dedicado a Pedro Espadero, quien este 2023 ha firmado su decimosexta hoguera oficial. A este le siguieron los volúmenes 'Alicantinos… y Especiales', un recopilatorio de «todos los artistas de Alicante que han plantado» en la máxima categoría; 'A la llum de… El Corte Inglés' y 'Barrac-Alacant', el primer «libro de barracas de la historia» escrito en formato de «un reportaje de las barracas plantadas en 2019» con el que «se cubre ese hueco que faltaba» en el mundo de la Fiesta.
La redacción de estos libros ha supuesto para Luismi «todo un reconocimiento a una trayectoria». Y no solo de Hogueras habla en ellos, ya que cuenta con otros manuscritos sobre la tauromaquia, como 'Las corridas de la prensa en Alicante (1905-1977) escrito junto a Tirso Marín, y sobre el resto de fiestas de la ciudad, como 'Hermandad de Santa Cruz de Alicante. 75 años de Pasión'.
Es su labor diaria la que le permite «conocer mucho más la fiesta y a las personas que la integran». Gracias al contacto profesional con todos ellos, resulta «apasionante conocer un poquito de cada una de ellas y te vas introduciendo y conociendo sus particularidades». Para Luismi, cada conversación, cada desfile, cada ofrenda, cada salida procesional o cada verbena en un barrio «es una oportunidad» para meterse de lleno en la historia viva de Alicante y de sus gentes, a quienes mantiene en su vivo recuerdo.
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