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Alicante es tierra de fiesta y tradición. Así lo demuestra el amplio calendario de celebraciones que impregna las calles de la ciudad de luz, alegría, música y color durante todo el año. Sea cual sea tipología -populares y tradicionales, de barrios y partidas, históricas, religiosas o del fuego-, todas ellas han logrado arraigar en el tiempo y perdurar gracias al relevo generacional.
Muchos de los festejos cuentan con siglos de historia a sus espaldas. Los más antiguos surgieron durante la Edad Moderna, allá por el siglo XV -si no antes-, mientras que otros han ido brotando o evolucionando en los últimos 100 años. Eso sí, sin perder en ningún caso su esencia.
Ha sido, en muchos casos, la tradición familiar -en la que se incluye el amor y el fervor por los festejos- que prevalece en los hogares de los alicantinos aquello que ha permitido la continuidad de las fiestas de Alicante, en todas y cada una de sus facetas. Así lo demuestra el censo, el cual solo con Hogueras y Semana Santa suma hasta cerca de 22.000 personas involucradas. Un siete por ciento de la población es capaz de mover a toda una ciudad.
Uno de los factores que ha posibilitado la persistencia de las fiestas en la ciudad es la gente joven implicada en ellas, su gran mayoría vinculada a las fiestas del fuego, las oficiales de la ciudad. «Toda la vida he sido de Hogueras y participar en los Moros y Cristianos de San Blas ha sido otra forma de vivir la fiesta», cuenta Ana Belén Golf, quien ha vivido su primer año en la filà Abencerrajes.
Sus padres la hicieron partícipe de las Hogueras de San Juan -a través de Florida-Plaza la Viña- desde 1997, año en que esta joven alicantina nació. Gracias a ello ha ido conociendo otras fiestas y, del mismo modo -ellos también pertenecen a los Moros y Cristianos de San Blas- se apresuró a formar parte de la filà. «Vi fotos de las chicas desfilando y me llamó la atención, sobre todo, ver una de ellas subida a un camello y pensé 'quiero ser como ella'».
Tras dar el paso, el presidente le propuso ser abanderada, cargo que lució en 2023 como previa a la Alferecía el próximo año. Tras vivir de lleno estas fiestas, Golf reconoce la diferencia respecto a lo vivido en las Hogueras. Sin embargo, a pesar de estas, asegura que «se pueden compaginar perfectamente». Ejemplo de ello es que la mayoría de componentes de su filà también están en un distrito foguerer.
Otro joven que también está vinculado a ambas fiestas, aunque en el caso de los Moros y Cristianos pertenece a los Zíngaros de Altozano, es Adrián Alcaraz. A diferencia de Golf, su origen en la fiesta viene dado por estas fiestas que recrean la historia. «Mi familia ha estado metida desde hace mucho tiempo y hemos seguido a día de hoy». Esta herencia le ha permitido conocer a fondo su esencia y, por ello, también ostenta cargos de responsabilidad como la vicepresidencia de la asociación de Comparsas de Moros y Cristianos de Altozano.
Fue en su infancia, allá por 2001, cuando este festero decidió abrir miras y conocer otras celebraciones. «Conocí a un chaval jugando de pequeño que estaba en la hoguera y me apunté», de modo que suma los años y reconoce estar 22 en La Ceràmica. La implicación en ambas es alta, pero «se pueden compaginar perfectamente» debido a la diferencia de fechas. Es verdad, se apresura, que «te satura un poco el trabajo» en ambas, pero ser festero «es parte de ser alicantino», lo cual lleva a «que ames tu tierra y sus elementos, y uno de ellos son las fiestas».
Tras la fundación de las Hogueras de San Juan y sus comisiones, llegaron las barracas. La creación de la peña 'Els trenta u' trajo consigo un aluvión de nuevas asociaciones, como Els Chuanos. Medio sigla de vida después de su constitución, Carolina Cutanda continúa los pasos de su abuelo José Antonio Pérez Jiménez, socio fundador.
«He nacido prácticamente en la barraca», apunta esta alicantina mientras recuerda -tras escuchar múltiples anécdotas y revisar fotografías- que «tendría ocho meses y mi abuela ya me sacaba al balcón para ver la mascletà». Su vinculación al mundo de la fiesta vino a través de ellos y, desde entonces, su pasión por las Hogueras continúa. De hecho, esta joven bromea con que le falta por vivir una cremà, la de 2023. Fue el pasado 24 de junio cuando tuvo que asistir a una boda fuera de Alicante y a su regreso a la ciudad vio los fuegos, pensando que «me falta algo», estar presente para sentir el calor del final de su portada.
Cutanda vive también con fe la Semana Santa de Alicante. Lo hace por dos motivos, «porque ambas fiestas están alejadas en el tiempo», lo cual le permite implicarse en profundidad, y por su padre, Vicente, quien le inculcó los valores de pertenecer a la hermandad de la Santa Cena. «He crecido ahí», en las inmediaciones de la parroquia de María Auxiliadora, también al pertenecer al Centro Juvenil Tucumán 7, vinculado a la cofradía.
La devoción también la vive Raúl Piqueras a través de las fiestas de su barrio, Los Ángeles. Se trata de los festejos patronales en honor a su Virgen, patrona del distrito. «Siempre me han inculcado bajar a las fiestas, es una tradición eso de ir toda la familia a la puerta de casa de mi abuela Ángeles para ver la procesión, que pasa por delante». Este fue su inicio como festero, el cual ha marcado su modo de vida «a nivel social y familiar», ya que «me gusta trabajar por y para la fiesta».
Gracias a ello, ha forjando amistades que también le llevaron a formar parte de la hoguera Ángeles-Felipe Bergé, comisión a la que pertenece desde hace una década. «En mi clase del colegio había gente apuntada y desde pequeño mis padres me han inculcado ir a ver monumentos y las mascletàs».
Raúl Piqueras
Tras años de trabajo en su comisión, Piqueras ha entrado a formar parte de la Federació de Fogueres, organismo que también compagina con la presidencia de las fiestas de su barrio y con responsabilidades en la Federación de Asociaciones Festivas de Barrios y Partidas de Alicante (Fafba). La gestión en todo ello «es compatible» al ir encauzada en la línea de «llevar la tradición a tu ciudad». A pesar de ser «distintas y gestionarse de forma diferente», todas las fiestas de Alicante «se nutren de la misma gente porque nos gusta y se puede llevar a cabo».
Es cada Lunes Santo cuando María Ruso recuerda a su tía. La mujer vivía en Alcoi y era su devoción por el Cristo del Morenet lo que le hacía bajar al Raval Roig cada jornada de liturgia para verle subir por el puente peatonal de la playa antes de regresar a la Ermita. Su pérdida llevó a esta joven alicantina, nacida a orillas del Postiguet, a hacerse una promesa: salir en la procesión y formar parte de esta cofradía en honor a su tía.
María Ruso
Además de pertenecer a la Semana Santa, Ruso también forma parte de la hoguera Plaza de Santa María, anexa a su barrio. Ha sido en ella donde ha ostentado todos los cargos, desde que sus padres la apuntaron en 2001, a excepción del de bellea del distrito que «por estudios» no ha podido ser. Eso sí, representar a toda su comisión, la cual califica de «familia», es su ilusión porque «no me imagino un junio haciendo otra cosa o viendo las hogueras desde fuera».
Para esta alicantina, todas las fiestas en las que participa «tienen gran valor». Sin embargo, las más sentimentales son las tradicionales y populares que caracterizan el barrio del Raval Roig, sobre todo, durante el primer año en el que su peña La Canterella -«la más joven» al fundarse en 2013- es la encargada de organizar estos festejos a través de su comisión.
Así, Ruso añade a su historial festero el cargo de secretaria. «Trabajo durante todo el año, no solo los cuatro o cinco días de fiesta» con el fin de recaudar fondos, organizar cada acto y, en definitiva, para «formar parte de las tradiciones de Alicante».
En su misma línea también se encuentra Claudia Arredondo, foguerer de Calderón de la Barca-Plaza de España. Sus primos formaban parte del distrito, así que «nada más nacer me apuntaron como una comisionada más». A las Hogueras se suma también su implicación en la Semana Santa de Alicante, a través de la Hermandad de Santa Cruz, «por devoción» y por tradición familiar, ya que su abuelo y su tía «desde siempre han salido».
Además, el legado de su abuelo le ha hecho llegar también hasta las fiestas patronales de El Portell de la Moleta de Monnegre, donde fue proclamada mini reina «cuando no tenía ni un año» y donde continúa en la actualidad como dama de honor. Formar parte de estas tres fiestas de Alicante es para Arredondo «una forma de participar en la cultura y en las tradiciones de la ciudad», además de un nuevo canal para «hacer amigos y disfrutar en familia».
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María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
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