Las familias alicantinas destinan un tercio de sus ingresos al pago de la hipoteca

Las familias alicantinas tienen que destinar un 30% de sus ingresos para poder financiar una vivienda, según un informe del portal online Idealista. Casi un tercio de los sueldos irían a parar al pago de la hipoteca de un inmueble de unos dos dormitorio, pudiendo ascender el porcentaje en el caso de determinados barrios de la capital o localidades.

Y es que el precio del metro cuadrado de la vivienda cuesta casi 1.700 euros, sobrepasándolos ampliamente en barrios como el centro, donde llega a los 2.300 euros, o en la playa de San Juan y la zona del Cabo, en la que un piso de unos 100 metros cuadrados costará en torno a los 252.000 euros, un 17% más que un año antes.

El encarecimiento del suelo hace más que necesaria la financiación, que se ha encarecido por la situación de incertidumbre y la subida de tipos desde el Banco Central Europeo (BCE). De hecho, algunas familias explican que se han encontrado problemas al intentar acceder a hipotecas fijas, por los altos costes que estas suponen.

Una situación que supone un gran desembolso económico para familias alicantinas. Así, una pareja que ingresa 3.000 euros al mes (1.500 por cabeza) si quisiese hacerse con una casa de unos 250.000 euros, aportando el 20% del precio, acabaría pagando una hipoteca de más de 1.000 euros al mes, en caso de ser fija, y de unos 900 euros si fuese variable.

La situación inflacionista y este endurecimiento de las condiciones crediticias debido a las acciones del BCE «harán mella en el bolsillo de los hogares, mermando su capacidad adquisitiva», ha asegurado la directora de estudios de Fotocasa, María Matos, quien subraya que a la larga las familias «no podrán ahorrar tanto para la compra de vivienda». Además, tal y como destaca la responsable de los informes, las sucesivas subidas de tipos, que encarecerán cada vez más los créditos, «acabarán expulsando a un volumen importante de compradores».

La situación del acceso a la vivienda preocupa y mucho. Los altos requisitos de hipoteca dejan a los más jóvenes con muchos problemas para el acceso a inmuebles, ya que los alquileres también siguen en alza y encontrar un techo bajo el que vivir en la provincia, sin tener que compartir, se hace complicado y caro.

El precio de la vivienda de segunda mano ha subido alrededor de un 16% respecto al pasado año, según datos de Idealista. La baja oferta de vivienda de obra nueva, sumado a la creciente demanda de compraventa, que no puede satisfacer todas las peticiones, han disparado su precio, acercándolo a valores de la burbuja inmobiliaria. Una situación que parece que no vaya a calmarse.

«La tendencia a la ralentización de compraventas se está haciendo esperar en el inicio del año 2023», ha resaltado la directora de estudios de Fotocasa, María Matos, quien asegura que los últimos datos operacionales muestran que todavía «la demanda de compra está lejos de frenarse». De hecho, Matos afirma que lejos de suceder esto, la subida de tipos «ha acelerado temporalmente».