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La confrontación entre Gobierno central y Generalitat Valenciana sobre el Tajo-Segura parece inevitable, aunque Ximo Puig, pida buscar «consensos». De hecho, el presidente del Consell aceptaría un «mix» con aportaciones de agua desalizada, pero sin renunciar al Trasvase.
Puig es consciente de la necesidad ... que tienen los regantes y agricultores de la provincia de Alicante de los caudales que llegan del Acueducto. Pero también que el Ministerio de Transición Ecológica les ha cerrado la puerta a pesar de la histórica manifestación de este miércoles en Madrid.
El Gobierno continúa con su hoja de ruta para aumentar los caudales ecológicos de manera progresiva hasta 2027, cuando se fijen en 8,6 metros cúbicos por segundo. De esta forma, se perderían en torno a 105 hectómetros cúbicos del trasvase que serían sustituidos por agua desalinizada.
A pesar de todo, el presidente de la Generalitat continúa afanado en forzar una negociación que se antoja complicada. Este jueves en Orihuela ha pedido buscar un «espacio de encuentro para encontrar soluciones» porque, de lo contrario, «no tendremos agua para siempre».
XIMO PUIG
Presidente de la Generalitat Valenciana
El jefe del Consell ha acudido al Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela para la toma de posesión del nuevo juez, José Bernabé, y la junta directiva. Justo un día después de que miles de agricultores, muchos de ellos de la Vega Baja, protestaran ante el Ministerio por el recorte en el Trasvase.
Puig asegura que «tenemos que buscar un mix que garantice agua para siempre», pero con la defensa del Tajo-Segura «desde la racionalidad, no desde la demagogia, porque entonces se pierde capacidad argumental».
El presidente de la Generalitat insiste en que «tenemos la razón de nuestra parte», aunque admite la posibilidad de incorporar «otras fuentes de agua», como pueda ser la desalinización o la reutilización.
Eso sí, «acomodada a los tiempos». El plan del Ministerio de Transición Ecológica es comenzar a aumentar un caudal ecológico a partir de 2025 hasta 2027. En este plazo, el Gobierno se ha comprometido a invertir en Alicante 540 millones de euros en desalinización y fotovoltaicas para suministrar energéticamente a las plantas.
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El jefe del Consell pide tiempo para una «transición real» frente a la premura que impone el nuevo plan hidrológico del Tajo. Y que se vuelva al acuerdo entre Generalitat y Gobierno central por el que el caudal ecológico se revisaría año a año y que incluiría una inversión de 1.000 millones de euros en la depuración de aguas en el Jarama.
Puig ya admite sin recovecos el cambio de criterio del Ministerio de Transición Ecológica, «pero nosotros tenemos derecho a discrepar».
En cualquier caso, el presidente de la Generalitat se niega a participar en cualquier guerra del agua, «que solo traen barro». Pero díficil se lo está poniendo su Gobierno.
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