
Nada puede superar ni acabar con el amor de una familia. Ni siquiera una pandemia. Así lo ha demostrado un hallazgo milenario en Rojales, donde a orillas del río Segura ha aparecido una treintena de tumbas con los restos de padres y madres abrazados a sus hijos. En las fosas se han atisbado, hasta el momento, 62 cuerpos sepultados. Todos ellos fueron víctimas de la primera pandemia global que los registros contemplan, la conocida «peste justiniana».
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El descubrimiento de estas fosas marca la ubicación de una nueva necrópolis de época bizantina en la provincia. Esta, en concreto y según aseguran los expertos, data del siglo VI d.C. y se ubica a orillas del río Segura en el municipio vegabajense de la provincia de Alicante.
La época de la «peste justiniana» en la península fue una de las más devastadoras de la historia. De hecho, asoló el Imperio Bizantino con tal virulencia que aniquiló a una cuarta parte de la población y estuvo a punto de matar al emperador. Ha sido 15 siglos después cuando los expertos han topado con el -que según creen- primer y más remoto vestigio de esta conocida pandemia.
Esta infección fue bautizada con el nombre del emperador Justiniano porque aconteció cuando estaba en el poder, así lo asegura la experta del MARQ, Teresa Ximénez de Embún, quien recalca que dicha peste causó la muerte de entre 25 y 50 millones de personas.
La técnica del carbono 14 empleada en la investigación revela que este cementerio fue construido entre el siglo VI y VII, tras la división del Imperio Romano, y -hasta el momento- se han encontrado 62 cuerpos en esta treintena de tumbas. Los trabajos de excavación de estas fosas han sido fruto de la estrecha colaboración entre el Museo Arqueológico de Alicante y el Instituto Max Plank de Jena (Alemania).
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Según los arqueólogos y expertos, la peste se extendió en 'Hispania' desde el sur de la actual Valencia hasta lo que sería hoy la provincia de Huelva. La enfermedad infecciosa fue originada por la bacteria 'Yersina Pestis' y experimentó su eclosión en la parte occidental del Mare Nostrum.
En la excavación, una de las primeras muestras de las comunidades cristianas en el ámbito rural, se pueden observar muertes «repentinas», entre ellas conjuntos familiares de hasta tres individuos abrazados y sepultados al mismo tiempo -antes de que se manifestara el 'rigor post mortem'-, con una causa que no puede ser otra que la de origen infeccioso.
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