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La biodiversidad asoma en cada rincón del paseo de la Explanada de Alicante. Son múltiples las especies que afloran sobre las teselas, para ofrecer una visión única del paseo -reconstruido sobre el antiguo malecón- así como atracciones para la ciudadanía y visitantes. Sin embargo, alguna que otra está en peligro de extinción.
Las únicas que permanecerán a largo plazo en el paseo alicantino son las vegetales y arbóreas, como las emblemáticas palmeras que cubren su kilómetro de longitud y aportan un respiro durante el verano, además de un espectáculo de baile en sus ramas cuando las ráfagas cruzan la Explanada.
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Mientras, el histórico mercado de artesanía, más conocido popularmente como los 'hippies', ha echado el cierre. La moratoria del Ayuntamiento para encontrar un nuevo espacio y trasladar allí sus puestos concluyó este miércoles, lo que ha provocado el cierre de las persianas y el desmontaje de casetas antes del 31 de enero.
Una vez cesada la actividad en este tramo, desde la Concha hasta Canalejas, la vida continúa en el paseo de la Explanada. Tan solo hace falta recorrer la Explanada de Alicante durante una mañana o una tarde de un día cualquiera para darse cuenta de las múltiples atracciones que se ofrecen sobre las teselas.
El show arranca en el número 1 de la Explanada, desde los bolardos que separan el paseo de la plaza del Mar. Es ahí donde se improvisan los asientos con vistas a la fuente, al paseo y a dos emblemáticos edificios, la Casa Carbonell y el antiguo hotel Palas. La ambientación viene dada por un acordeón que ameniza la tarde y recorre el paseo, velador por velador, en busca de aplausos y monedas.
Es al arrancar el paso cuando el Peret sirve horchatas en su barra, con la terraza desangelada. Enfrente del establecimiento, aparecen los puestos de caricaturas en los que las parejas se sientan para inmortalizar la visita con la mejor de sus caras. Tras este, otra mesa repleta de abanicos, imanes y óleos que muestran distintos rincones de la provincia y la ciudad de Alicante. En ellos, los turistas posan su vista, dejando por unos instantes los teléfonos móviles y las fotografías.
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La cultura también cubre la Explanada con un puesto de venta de marcapáginas, anexo a las lonas que exhiben distintos bolsos de marca, cinturones y camisetas de fútbol. Son las imitaciones del 'top manta', que también incluyen pulseras nominativas. Los visitantes hacen un alto en aquellas paradas que permanecen abiertas -otras echan el cierre al carecer de éxito- y convierten el paseo en un probador improvisado con los niquis de Mbappé y Lamine Yamal.
La siguiente atracción en el paseo, en dirección a Canalejas y antes de llegar a la intersección con la Rambla, va más allá del espacio mundano. Se trata de un mimo ataviado con pintura de plata para dar vida, siempre que se le eche una moneda, a un alienígena montado en bicicleta. Al más puro estilo de E.T., pero con un toque innovador.
En todo este tramo, la ciudadanía y visitantes degustan helados en los bancos y menús nocturnos en las terrazas, todas llenas hasta rebosar. Muchos permanecen con la vista puesta en otro elemento de la fauna. «¡Sí! Va de 'Monstruos S.A.'», grita un niño al ver un peluche gigante con forma de James P. «Sulley» Sullivan, el personaje de Disney Pixar que también pide fotos mientras ofrece abrazos.
La desaparición de las sillas, así como su retirada en horas nocturnas, no quita para una parada en la Explanada. Los alicantinos y visitantes aprovechan las nuevas instalaciones, tras la reforma del fondo de saco, para tomar un respiro con vistas a las nuevas fuentes. El agua ofrece un espectáculo de formas acompañado de luz, lo que lleva a tomar las mejores instantáneas para compartir en redes sociales, a la vez que algún valiente se mete en ellas.
El segundo tramo de la Explanada cuenta con alguna que otra retirada. Artistas recogen sus puestos para regresar a casa antes de una nueva jornada de pintura y venta en el paseo. Las luces del mercado artesanal, los 'hippies', apagadas desde este miércoles, han hipnotizado a los caminantes que posaban la vista en sus creaciones y souvenirs.
Frente a los puestos -ya con la persiana echada-, más artistas. Entre ellos, dos fotógrafos de otro siglo que regalan una instantánea que ornamenta la portada de un periódico de época ficticio para regalar una estampa icónica de la visita a Alicante. Con cámara en trípode, inmortalizan los pasos del gentío frente a otros que admiran la estampa desde la terraza de un pub con cerveza en mano. Es ahí donde también conviven las distintas lenguas.
Otra ola de casetas de los 'hippies' saluda a los transeúntes, hasta hace unos días con delantales de Alicante en sus expositores. Frente a ellas más arte, con pinturas de los monumentos de la ciudad y otros enseres. Es al llegar casi a Canalejas, cuando varias persianas del mercado de artesanía ya están echadas. En ellas se plasman distintas reivindicaciones para sobrevivir en la Explanada. Al darse la vuelta, camareros de distintos restaurantes ofrecen una mesa y un menú para digerir el safari.
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Rocío Mendoza, Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Virginia Carrasco | Madrid
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Sara I. Belled y Clara Alba
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