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E. C.
El verano me enferma: picaduras, quemaduras solares, intoxicaciones alimentarias...

Los peligros del verano

El verano me enferma: picaduras, quemaduras solares, intoxicaciones alimentarias...

Hablamos con un médico de urgencias sobre la forma de evitarlas o de paliar sus efectos en caso de que sea tarde ya

Miércoles, 31 de julio 2024, 18:26

El verano es el momento de las vacaciones, de hacer todo lo que no podemos el resto del año, de trasnochar y levantarnos más tarde, de pasar el día en la playa o en la piscina disfrutando del sol y del placer de no hacer nada, de acudir a fiestas, de hacer deporte, de los chapuzones en el mar, de aventurarse en la montaña o de conocer destinos recónditos en el destino elegido de vacaciones. Placeres para disfrutar, pero con cabeza. Porque el verano también es el momento de las quemaduras solares, de los mal llamados cortes de digestión –los médicos los denominan hidrocución y poco tienen que ver con la digestión– de las picaduras y de las

Los médicos conocen de primera mano todas estas 'enfermedades veraniegas'. Hablamos con Andima Larrea, especialista de Urgencias del IMQ, que nos cuenta lo que ocurre en estos casos, cómo evitarlos y también la forma de ponerles remedio en caso de que ya sea demasiado tarde. Antes, una advertencia: las afecciones mencionadas «son las más frecuentes pero las menos graves desde el punto de vista médico«.

La cifra

422 fallecidos

por ahogamiento se registraron el año pasado en nuestro país, un 8% más que en 2022, cuando fueron 394.

«En verano, los casos más graves están relacionados con los ahogamientos. Son una causa de muerte silente. En 2022 hubo 394 fallecimientos y el año pasado, 422, un 8% más. También se producen casos de lesiones medulares por zambullidas. La clave aquí es con cabeza, pero no de cabeza. Y finalmente también se registran muchos accidentes de montaña. Vamos al monte como si fuéramos a la playa. Parece que llega el verano y es un poco como si cometiéramos los excesos que no hacemos el resto del año».

  1. De las medusas a las chinches

    Picaduras

Las picaduras más frecuentes en nuestro país son las de las medusas, las garrapatas, los mosquitos, las pulgas y los chinches. En el caso de las medusas, lo mejor, como en casi todo, es la prevención, es decir, «si te dicen que hay medusas en el agua, no te metas». En el caso de que nos hayan picado, el experto lo tiene claro. «Aunque hay 50.000 remedios de la abuela para aliviar el dolor, lo mejor es acudir al puesto de socorro de la playa o al socorrista para que evalúe la picadura. No es lo mismo que sea en el cuello o en un pie, si se tiene alergia… Mejor consultar. Y mucho cuidado especialmente con los niños y las personas mayores».

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En cuanto a los mosquitos y otros insectos, lo más recomendables es echar mano de repelentes. Si ya es tarde, «se pueden utilizar las cremas habituales o amoniaco para aliviar los síntomas. Más cuidado hay que tener con las garrapatas porque pueden transmitir enfermedades».

Si nos ocurre en el monte con una serpiente o una culebra, «lo más aconsejable es hacer una foto del reptil, llamar al 112 y no tratar de sacar el veneno porque lo que se puede conseguir es empeorar la situación. Como en el caso de las medusas, mejor consultar».

  1. Crema y contención

    Quemaduras solares

«Vamos a la playa como si no hubiera un mañana y los primeros días la mitad de la población nos quemamos», subraya el especialista. La mayor parte de las quemaduras que se sufren son de grado uno, «cuando la piel se pone roja. El grado dos es cuando salen ampollas. Es raro que alcance el tercer grado –el daño alcanza las capas profundas de la piel y puede requerir de un injerto–». Los remedios son bien conocidos: «Protección de al menos factor 50, baños de sol cortos, evitar los bronceadores y después, utilizar cremas hidratantes».

  1. No a los experimentos

    Intoxicaciones alimentarias

«En estos meses viajamos a otros países o salimos del entorno habitual y nos sometemos a 'experimentos dietéticos': comemos lo que no comemos nunca y bebemos lo que no bebemos nunca. Nuestro organismo no está acostumbrado y pueden producirse problemas. También hay que tener bastante cuidado con el agua. Hemos tenido el caso de un grupo de holandeses con gastroenteritis por haber bebido agua en los Picos de Europa», destaca el doctor.

Sobre la forma de evitar todos estos problemas, la solución «es evitar ingerir alimentos no controlados, cuidado con los huevos por la salmonelosis y, por supuesto, no beber agua de tanques, pozos, ríos…».

  1. Al agua, poco a poco

    Cortes de digestión

Lo que comúnmente llamamos corte de digestión, los médicos lo llaman hidrocución y tiene más que ver con un choque térmico que se produce al introducirnos en un agua demasiado fría que por zambullirnos con el estómago lleno. Basta con evitar ese contraste térmico mojándonos antes y no meternos en el agua de golpe.

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