Cómo quito el pañal a mi hijo
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Cómo quito el pañal a mi hijo
Cómo quitarle el pañal y el chupete al niño antes de que empiece el coleCon el inicio del nuevo curso a la vuelta de la esquina, muchos padres apuran estos últimos días de vacaciones intentando por todos los medios que sus hijos pequeños aprendan a ir solos al baño o dejen de usar el chupete –al menos durante el día– antes de empezar la escuela, puesto que en algunas aulas de 2 años y en la gran mayoría de las de 3 no se admiten ni pañales ni chupetes. El problema es que no todos los críos son capaces de conseguirlo, los padres pierden la paciencia, el niño se estresa... y un proceso que debería ser más natural se convierte en una pesadilla.
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Entonces, ¿cuándo se debería empezar con ello? ¿Existe una edad ideal? ¿Cómo se les puede ayudar? «En primer lugar, es importante aclarar que no existe una edad concreta en la que se aprenda a usar el lavabo ni tampoco una fórmula mágica para los críos dejen el chupete de un día para otro. Aunque la mayoría lo suele hacer entre los 2 y 3 años, cada niño tiene un ritmo de maduración diferente. Lo que no se debe hacer en ningún caso es forzarlo o presionarlo si tarda un poco más de lo que se supone que es lo habitual porque puede llegar a ser contraproducente», advierte la doctora Anna Estapé, pediatra y autora del libro 'Lía deja el pañal' (Ed. B de Blok).
De hecho, se suelen dar algunas señales que indican que el niño ya está preparado para usar el baño. «Si no moja el pañal durante dos o tres horas, es capaz de estar sentado en el váter durante unos minutos, prefiere estar desnudo o en ropa interior porque le incomoda el pañal, busca a un adulto cuando está sucio, es capaz de vestirse y desvestirse solo y conoce las diferentes partes del cuerpo es más que probable que ese crío ya esté listo para aprender a controlar los esfínteres», aclara la doctora Estapé.
«Lo más importante en todo este proceso es tener paciencia, celebrar todos y cada uno de los pequeños avances y no reñirles, castigarles o avergonzarles ante algún pequeño escape que, sin duda, tendrán», añade la pediatra Lucía Galán, que ha elaborado una pequeña guía con recomendaciones para que la operación no se complique más de lo necesario.
Dejad que el niño elija el orinal: id a comprarlo con él. Dejad que lo curiosee y que se siente. Si prefiere utilizar el inodoro, se puede poner un adaptador.
Que os vea en el baño: el niño tiene que entender que hacer pis o caca es un proceso natural.
Enseñadle a 'escuchar' las señales de su propio cuerpo: preguntad al niño durante el día si tienen ganas de hacer pis o caca para llamar su atención. «Si vemos que tiene ganas, lo llevaremos al baño, le ayudaremos a quitarse la ropa y esperaremos durante el tiempo que el niño considere necesario».
Al baño siempre a las mismas horas: sobre todo al principio, conviene hacerlo con frecuencia y preferiblemente después de las comidas.
Celebrad sus logros: «Es muy importante para ellos sentirse reforzados en sus progresos».
Explicadle cómo evitar otro 'accidente': «Si no llega a tiempo o se despista, hay que hacerle entender, con tono serio pero sin gritarle ni reñirle, cómo debe actuar. Además, para enseñarle a ser responsable, pídele que colabore para limpiarse y cambiarse de ropa».
Estapé aconseja retirar primero el pañal durante el día y, posteriormente, el de la noche. «Una vez hecho, es importante no volver a usarlo ni en casos excepcionales como, por ejemplo, un viaje para no confundir al niño».
En el caso del chupete tampoco existe una fórmula universal que sirva para todos los niños. «Por muy útil que resulte –se trata de una excelente herramienta de consuelo y alivio durante el primer año de vida, además de proteger frente al síndrome de la muerte súbita del lactante–, prolongar su uso más allá de los dos años puede ocasionar un riesgo de deformación del paladar y de la dentición», advierte Galán en 'El gran libro de Lucía, mi pediatra' (Ed. Planeta).
«Es importante buscar un buen momento para dejar este instrumento. Es decir, que no nos coincida con otro acontecimiento estresante para el niño como puede ser una adaptación escolar, la llegada de un hermanito, un traslado o un destete. Se debería hacer con al menos dos meses de separación», aconseja Estapé.
Una vez decidido el momento adecuado, las pediatras coinciden en que se deben explicar al niño los motivos reales por los que debería dejarlo. «Porque los dientes no pueden crecer bien, porque dificulta el hablar bien... En este punto, un cuento infantil que explique este proceso también puede ser de gran ayuda. En cualquier caso, la retirada del chupete debe ser progresiva. Primero, durante el día, después en la siesta y, finalmente, por la noche». Hacer un ritual de despedida –se entrega a los Reyes, a un hada...– ayuda a los niños a deshacerse de él sin tanto drama.
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