El Covid no fue determinante en la muerte de los residentes de DomusVi Alcoi, según los peritos de Quavitae

Este lunes ha arrancado la sexta sesión del juicio por los fallecidos en la Residencia DomusVi de Alcoi durante la pandemia que se está celebrando en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de la localidad. Una jornada destinada en su totalidad a las testificales de peritos propuestos por la parte demandada, la gestora de la residencia Quavitae.

Con estas testificales, la defensa de la empresa ha querido demostrar que las muertes de los familiares de los demandantes no fue por Covid sino por sus patologías previas y su avanzada edad. Además, también se ha querido aportar que no hubo mala praxis y falta de atención por parte de la residencia para atenderlos.

Así, a lo largo de la sesión, las preguntas se han referido a los historiales clínicos e informes realizados a cada uno de los 18 residentes por los que se ha interpuesto la demanda. Cabe recordar que en total murieron 74, pero la demanda la interpusieron los familiares de 15 fallecidos y tres por lesiones graves.

El perito médico José Manuel Moreno, ha asegurado que «la prevalencia en residencias de personas con las características de estos 18 residentes es de 3,5 años y todo lo que se supere está fuera del límite», además los 18 están dentro de los considerados como «anciano frágil» o «enfermo terminal», es decir, que tenían expectativas de vida de dos y tres meses.

A respuestas de la abogada de los denunciantes ha reconocido que ser positivo por Covid puede agravar estas enfermedades previas, aunque el doctor Moreno ha aclarado que es diferente tener infección por Covid que enfermendad por Covid, «sólo el 20% infectados van a tener enfermedad por Covid». Es más, ha indicado que no son correctos los certificados de defunción en los que se indican que la causa fundamental es sospecha o posible infección por Covid, porque no se puede asegurar que fuera la causa.

Sobre el control que debían haber recibido estos pacientes, ha reiterado que la residencia sociosanitaria no es un centro hospitalario y que la derivación hospitalaria de los casos más graves dependía de la UHD. De hecho, ha incidido en que de los 18 residentes 12 tenían resultados positivos en Covid y que once de ellos estaban a cargo de la Unidad de Hospitalización Domiciliaria (UHD).

Ha dado un dato que se contradice con lo que se ha dicho por la parte demandada en las anteriores sesiones, que las pruebas de Covid se hicieron a los residentes los días 19 y 20 y que se supieron los resultados prácticamente todas el 21, cuando se dijo anteriormente que las pruebas se hicieron entre el 21 y 22 de marzo y los resultados llegaron paulatinamente una semana después.

El médico intensivista Benjamín Herreros ha corroborado que las características de estos residentes por su edad y demencia avanzada el Covid puede contribuir al empeoramiento pero que el virus sea la causa de la muerte no se puede asegurar de manera absoluta, que la causa fundamental es su propia enfermedad con alguna complicación médica.

El doctor ha explicado que muchos de los síntomas que pudieran ser compatibles con el Covid, como insuficiencia respiratoria o fiebre, también son compatibles con otras infecciones respiratorias propias de sus enfermedades propias, como bronquitis (que es una infección bacteriana y no vírica) o infección de orina.

Sobre si deberían ser derivados al hospital, el doctor Herreros ha explicado que estos pacientes con una demencia avanzada, que les hace estar en situación terminal, «no son candidatos para ir a la UCI, incluso fuera de la pandemia», siguiendo los criterios de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, porque «resulta inútil y les produce un daño innecesario».

«Lo que necesitaban eran cuidados paliativos y esos cuidados, estos residentes, lo tuvieron», ha indicado y ha apuntado que tratándose de una residencia, «el registro de datos se hizo con mucho celo».

Con respecto a si hubo mala praxis teniendo en cuenta que murieron 74 residentes en un mes y medio, el intensivista ha sido tajante. «No se puede determinar que hubo mala praxis sólo por los resultados porque si no, todos los profesionales de España seríamos responsables. La causa de aquello la tuvo el virus y los profesionales hicimos lo que pudimos».

Sobre las quejas del responsable de la UHD, el doctor Pérez Bosch, que eleva a Conselleria en una carta, ambos doctores han asegurado que «en ningún documento aparece ninguna de las faltas de las que define el doctor Pérez. Ni en los de los once de los enfermos que atendía la UHD. No he encontrado referencia a una alteración del trabajo o la organización de las referidas por el doctor», ha dicho el doctor Moreno. «No veo fundamentos para que se realizaran esas afirmaciones por parte del doctor Bosch», ha dicho el internista Benjamín Herreros.

Por la tarde se han analizado las indemnizaciones atendiendo a los perjuicios causados a los tres residentes que no murieron al Covid y por los que se denuncia a Quavitae por lesiones graves. Al respecto, Rosa Romay, médico valoradora ha manifestado que no hubo mala praxis que agravara su situación, que ésta se produjo como consecuencia de sus patologías previas y, por tanto, no ve que se haya causado ningún perjuicio.

Ha apuntado que se ha tenido en cuenta que el nuevo sistema de baremación se le da más valor al criterio de la convivencia y en estos casos concretos, ha asegurado que no se dan estos supuestos porque todos podía visitar más o menos a su allegados, pero no convivían con ellos. «No he visto un perjuicio excepcional en estos casos concretos», ha insistido.

No obstante ha indicado que la valoración de daños hay que adaptarlos a cada caso en concreto. Al respecto, la abogada de la parte demandante ha puntualizado que el factor de corrección que ha aplicado en su informe ha sido el mismo para todos.

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