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Alquilaron el piso por tres días y luego no querían marcharse. Así es la nueva manera de actuar de los okupas en Alicante, que han encontrado en los apartamentos turísticos un nuevo filón para llevar a cabo esta actividad delictiva que preocupa a los propietarios.
Fue el pasado 11 de diciembre cuando la Policía Nacional acudió a la llamada de una vecina del barrio de San Antón. En su propiedad de la calle Olvido tres inquilinos de una vivienda vacacional se negaban a abandonarla pasado el plazo que tenían contratado. A la propietaria le llamó la atención, además, que la persona que había realizado la reserva no coincidía con las que se encontraban alojadas allí.
Cuando acudieron los agentes la responsable de los apartamentos les explicó que tras realizar una reserva para tres noches, que finalizaba ese mismo día, los inquilinos se habían atrincherado en la casa y no se querían ir. Además, los okupas habían cambiado los bombines de la cerradura del apartamento, así como de otra vivienda del mismo edificio, propiedad de la misma persona. También habían desactivado el lector de llaves que daba acceso a la finca y que tan habitual es en este tipo de alojamientos turísticos.
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Una vez en el lugar, la Policía Nacional intentó que los inquilinos abrieran la puerta, a lo que en un primer momento se negaron, pese a que sí se asomaban. Finalmente, estas personas aceptaron abrir la puerta y los agentes les explicaron que estaban incurriendo en un ilícito penal. Tras este intercambio, las mujeres, con un tercer hombre que no se encontraba en el apartamento, abandonaron el inmueble.
Desde la asociación de vecinos de San Antón denuncian que esta es una nueva modalidad de okupación que se ha puesto «de moda» en la zona. «Un señor, que es el capo, hace una reserva para tres días y se trajo a una familia de Francia, bebé incluido, por 1.500 euros por delante», explica su presidenta, Celia Martínez.
Desde esta entidad insisten en que se trata de una nueva manera de cometer este delito que se sirve de plataformas como Booking o Airbnb para buscar los pisos en alquiler. Los vecinos denuncian que se valen de DNIs falsos o caducados para hacer la reserva y después, previo pago, «traen a gente de fuera». Insisten en que estas personas «sabían a lo que venían» y que el mismo capo «les dijo que ya no tenían que volver a salir, que se quedaran allí, es decir, que ocuparan la vivienda».
Tras el altercado de diciembre, la propietaria de las viviendas también denunció a la persona que había realizado la reserva en Booking y fue entonces cuando descubrieron que el DNI empleado era falso. Los vecinos explican que se trata de un nuevo sistema para un delito ya conocido en el barrio como es la okupación.
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