Gonzalo Moreno del Val es vicepresidente del Consejo General de Colegios de la Profesión Veterinaria de España desde 2023. Miriam Gil Albert

Gonzalo Moreno del Val | Presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante

«Se necesitan más veterinarios rurales; son clave para fijar población y detectar virus potencialmente pandémicos»

El Colegio de Veterinarios de Alicante celebra este año su 120 aniversario | Su presidente pone en valor la profesión para evitar la propagación de enfermedades de origen animal, y alerta de los efectos adversos de la «burbuja universitaria» que afronta el sector

Pau Sellés

Alicante

Domingo, 2 de febrero 2025, 06:11

Gonzalo Moreno del Val es presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante, y desde hace dos años también ejerce como vicepresidente del Consejo General de Colegios de la Profesión Veterinaria de España. Su labor investigadora en el Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, donde está al cargo del Servicio de Animalario, lo convierte en una voz autorizada para hablar de la creciente preocupación sobre el brote de gripe aviar detectado en Estados Unidos hace cuatro años.

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Desde entonces, el virus ha mutado lo suficiente para afectar a gran escala a la ganadería, e incluso dar el salto a los humanos, convirtiéndolo en el principal candidato de una hipotética futura pandemia global.

En ese sentido, del Val reivindica la labor de los veterinarios tanto en tareas de investigación –claves para el desarrollo de la vacuna contra el covid–, como para detectar nuevos brotes. Para esto último, pone el foco en los profesionales que ejercen en el medio rural, y advierte de los efectos que está teniendo una «deficiente» planificación universitaria.

El colegio celebra este año su 120 aniversario, y el leitmotiv de la conmemoración es el concepto One Health. ¿En qué consiste?

De acuerdo con él, la salud animal, la humana y la medioambiental están conectadas y son interdependientes, por lo que cualquier desequilibrio en una de ellas puede acabar afectando a las otras.

Esto es algo que los veterinarios tenemos muy interiorizados desde el origen de la profesión, cuyos comienzos hay que buscar incluso antes del Imperio egipcio. La veterinaria moderna nace en el siglo XIX con fines militares, para cuidar de la caballería. Sin embargo, al poco tiempo sumamos a nuestras labores la inspección de animales que se destinarían a consumo humano, con tal de evitar la propagación de enfermedades.

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Esa labor ha permitido aumentar notablemente nuestra esperanza de vida. Digamos que poco a poco hemos ido abarcando otros ámbitos, por ejemplo el ganadero, aunque actualmente haya una errónea percepción que tiende por 'encasillarnos' en el cuidado de las mascotas.

Los veterinarios también ejercemos un papel fundamental en la investigación, y es que sin nosotros no hubiésemos dado tan pronto con una vacuna para la pandemia del coronavirus.

Desde Estados Unidos nos llegan noticias del avance de un brote de gripe aviar. ¿Cómo debemos entender estas informaciones?

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La gripe aviar está entre nosotros desde el año 2020, pero no es hasta ahora que empezamos a entender que nos encontramos ante una catástrofe ecológica brutal. Este virus está mostrando unos índices de mortalidad muy preocupantes en algunas especies animales.

Un caso paradigmático es el de algunas poblaciones de aves insectívoras. Si se reduce su número, aumenta el de mosquitos, que son parte de su alimento. Eso supone un riesgo para los humanos, porque estos insectos son vectores de multitud de enfermedades; de hecho, es el animal que más muertes de humanos ocasiona en todo el mundo. Esto nos hace ver que todo está conectado a nivel de salud.

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Del Val junto a una réplica de la escultura que se instalará en Alicante próximamente para conmemorar el 120 aniversario del Colegio. Miriam Gil Albert

Entiendo que la principal preocupación es su potencial para infectar a los humanos.

Que esta gripe afecte especialmente a aves, no es óbice para que afecte a otras especies, entre ellas los humanos, porque los virus tienen la capacidad de mutar y adaptarse a diferentes huéspedes. Es lo que llamamos escalera de riesgo zoonótico. Una zoonosis es aquella enfermedad de origen animal que acaba afectando a las personas.

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En el caso de esta gripe, de las aves ha pasado a adaptarse a diferentes mamíferos que están relacionados con los humanos. Lo estamos viendo en Estados Unidos, con multitud de vacas infectadas, con cifras nunca vistas hasta el momento. Hay más de un millar de granjas afectadas. Además, el virus ya ha dado el salto a los humanos en aquel país, con al menos una sesentena de casos confirmados.

Muchos de estos casos se están dando en trabajadores extranjeros de vaquerías que residen en el país de forma ilegal. Debido a su situación irregular, no acuden al médico cuando enferman, y cuando dejas que un virus circule libremente, hay más riesgo de que mute y que afecte a los humanos en mayor medida.

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Además, muchos de estos trabajadores son recién llegados de países de lengua hispana que aún no están familiarizados con el inglés, por lo que si las advertencias sanitarias solo se lanzan en ese idioma, hay riesgo de que el mensaje no cale entre ellos. Ante situaciones como esta, hay disciplinas como la sociología y antropología que deben actuar, por lo que volvemos al concepto de One Health.

Réplica de la escultura que se instalará en Alicante para conmemorar el 120 aniversario del Colegio de Veterinarios. Miriam Gil Albert

¿Puede convertirse esta gripe aviar en una pandemia planetaria?

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Si hablas con virólogos y les preguntas cuál es el principal candidato para convertirse en un virus pandémico, todos te dirán que es la gripe aviar. Hay que lanzar ese mensaje desde la tranquilidad, aunque sin perder de vista que podríamos llegar a ese escenario en algún momento, por lo que hay que estar preparados.

Nos encontramos frente a indicios ciertamente preocupantes. A diferencia de otras gripes aviares en las que se habían registrado contagios directos entre aves y humanos, ahora también se están dando entre contagios animales mamíferos (vacas) y humanos; algo que hasta ahora nunca había sucedido.

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Además, se están registrando contagios en personas que no consta que hayan tenido contacto con animales, por lo que no podemos descartar la hipótesis de que el virus ya esté circulando entre personas. Recientemente, se ha registrado el primer fallecimiento en Estados Unidos por el virus. Bien es cierto que esta persona tenía patologías previas, pero cada vez es más frecuente encontrar casos con sintomatología grave.

«Se están registrando contagios en individuos que no consta que hayan tenido contacto con animales, por lo que no podemos descartar la hipótesis de que el virus ya esté circulando entre personas»

Gonzalo Moreno del Val

Presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante

Hay otro elemento preocupante que llamamos vulgarmente 'efecto coctelera'. Los cerdos son un ejemplo de ello, porque pueden infectarse tanto de la gripe humana como de la aviar. Eso da pie a que los dos virus se recombinen dentro del organismo, dando pie a una posible nueva mutación.

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¿Qué papel juega la vacunación ante esta amenaza?

Es importante que la gente se vacune contra la gripe estacional; cada año hay que lanzar el mismo mensaje. La vacunación no nos protegerá completamente frente a la gripe aviar, pero nos dará una capacidad de defensa contra posibles reacciones cruzadas, dando menos opción a que se produzcan mutaciones del virus.

¿Qué rol han jugado los veterinarios en las tareas de reconstrucción tras la Dana?

Uno muy importante, porque durante esas labores hemos tenido muy presente el riesgo de propagación de enfermedades zoonóticas. Se han registrado algunos casos de leptospirosis en voluntarios que acudían a las tareas de limpieza. Las zonas encharcadas han supuesto un foco de proliferación de infecciones. Decenas de veterinarios se desplegaron por la zona para atender a los animales, pero también para ayudar en labores de salud pública.

Entre los efectos de la Dana tampoco podemos olvidar los grandes destrozos causados en numerosas clínicas veterinarias, la mayoría de las cuales se encuentran en plantas bajas.

Del Val es el responsable del Servicio de Animalario del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC. Miriam Gil Albert

Los profesionales reclamáis desde hace años un proyecto que rija la evacuación de animales durante las emergencias. ¿Qué hay de esa iniciativa?

La idea de elaborar aquel plan surgió tras la Dana que azotó la Vega Baja en 2019. Hablamos de una zona tradicionalmente hortofrutícola, con numerosos campos de cultivo que se vieron afectados por aguas contaminadas por los animales muertos tras la riada.

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Muchos de estos cultivos contaminados se intentaron vender, por lo que hubo que redoblar las inspecciones sanitarias. Tras aquella experiencia, trasladamos a la Generalitat la necesidad de establecer un plan de emergencias con el que poder tener cubiertos aspectos como el rescate de animales de compañía y de granja, la retirada de cadáveres… Haber contado con un protocolo plan hubiera resultado de gran utilidad para evitar mayores situaciones de riesgo para la salud pública.

¿Cuál es la realidad y perspectivas de futuro de los estudiantes que se forman para ser veterinarios?

Nos encontramos frente a una burbuja universitaria; y creo que es una tendencia transversal, que afecta a casi todas las profesiones. Carecemos de una planificación universitaria adecuada. Hay que entender que no tiene por qué haber una facultad para una determinada titulación en cada provincia. Debemos analizar el mercado de trabajo para saber cuáles son las necesidades.

En Francia forman cada año a cuatrocientos estudiantes de veterinaria de nuevo ingreso. Es la misma cifra que para la provincia de Valencia. Está claro que el volumen de negocio de Francia en cuanto a ganadería y animales de compañía no es el mismo que el de Valencia.

Esa abundancia de egresados hace que caigan los salarios. Las estadísticas del INE hace unos años decían que los veterinarios eran los egresados con peores ingresos medios. La situación mejoró ligeramente gracias a un convenio colectivo que se promovió de forma pionera en la provincia de Alicante. Hemos llegado a estar un 20% por debajo del salario medio. Si lo comparas con el resto de profesiones sanitarias, hablamos de más de mil euros de diferencia.

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«Formar a un veterinario cuesta 14.000 € al año, y cerca de 8.000 estudiantes no consiguen ser admitidos cada curso ante la gran demanda. Eso representa un negocio muy suculento para las universidades privadas».

Gonzalo Moreno del Val

Presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante

Es muy difícil acceder al grado de veterinaria; suele ser la segunda titulación universitaria en volumen de peticiones. Ocho mil estudiantes se quedan sin cursar la titulación cada año. Eso supone un negocio muy suculento para las universidades privadas, porque nuestra formación es de las más caras; cuesta unos 14.000 euros anuales.

Cuando acabas de estudiar tienes unas expectativas altas, pero las condiciones laborales son tan duras que muchos optan por abandonar la profesión. Tanto es así, que muchas clínicas tienen verdaderas dificultades para encontrar profesionales, también porque son muchos los que acaban optando por opositar o se van a trabajar al extranjero.

¿Qué función social pueden ejercer los veterinarios?

Está comprobado que una de las mejores actividades para frenar la despoblación es la ganadería. Tenemos zonas de España donde es muy difícil encontrar veterinarios para ganadería; la mayoría quieren trabajar en zonas urbanas. España no es el único país que lo sufre, ¿pero qué hacen otros como Francia? Dar ayudas directas durante la carrera con el compromiso que luego ejerzas en zonas rurales.

La presencia de veterinarios en áreas rurales también responde a cuestiones de salud comunitaria, como por ejemplo la detección temprana de casos de gripe aviar, algo que puede llevar a un mayor control en su propagación, ya que estos brotes se pueden generar en cualquier punto de nuestra geografía. Conviene tener una red de vigilancia lo más amplia posible, y los veterinarios son esenciales para ello.

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