Los farmacéuticos lanzan un SOS al Consell por el desabastecimiento de medicamentos

Desde el Colegio de Farmacéuticos de Alicante aseguran que estas situaciones podrían ser menos frecuentes en caso de que existieran mecanismos de comunicación más inmediatos entre las farmacias y el personal facultativo de la Atención Primaria. Así lo considera la vicetesorera del Colegio, Ana María Bartolomé, quien admite que aunque la vía de comunicación es a día de hoy «buena», debería ser más «ágil».

Según apunta Bartolomé, las farmacias tienen una limitada capacidad de acción cuando se les solicita un fármaco que no disponen. «Deberíamos implementar mecanismos de comunicación más rápidos para evitar que el paciente deba volver a la consulta a por una nueva receta. Hay medicamentos equivalentes que se podrían dispensar más ágilmente si la comunicación fuera más fluida», apunta la vicetesorera; una estrategia -añade- en la que ya se está trabajando junto a la Conselleria de Sanidad, y que se viene aplicando de un tiempo a esta parte en otras comunidades autónomas.

Ese protocolo en el que se está trabajando ha tenido sus efectos durante la actual carestía de hasta 22 tipos de amoxicilina, un fármaco muy utilizado para tratar enfermedades infecciosas. En esos casos, las farmacias sí que han estado autorizadas a dispensar otras fórmulas sustitutivas, aunque de manera muy «protocolizada», apunta Bartolomé.

La actual coyuntura económica no ha pasado de largo por el sector farmacéutico. Los laboratorios de medicamentos también han notado en sus propias carnes los problemas derivados del encarecimiento de la energía y las materias primas. Se trata de una de las razones que explican la falta de fármacos tan frecuente a lo largo de 2022.

La vicetesorera del Colegio de Farmacéuticos asegura que el desabastecimiento de producto se suele producir de manera puntual ante la alta demanda estacional, algo a lo que este año se ha sumido la crisis energética.

«Las fluctuaciones de precios de determinados excipientes, o incluso envases de plástico y blísteres de aluminio, han afectado a los laboratorios, que han tenido que parar la producción de muchos de sus productos». A esas esperas se suman las propias de las cadenas de distribución, que pueden dilatar en varios meses la vuelta a las farmacias de un determinado producto.