Una joven sostiene un dispositivo de tabaco electrónico T.A.

Cigarrillos electrónicos, la puerta de entrada al tabaquismo en los jóvenes: «Imitan a la venta de golosinas»

La industria se vale de colores y sabores llamativos para incitar el consumo entre los menores | Expertos en salud piden que se aplique la misma regulación a los pitillos de aerosol que a los tradicionales

Pau Sellés

Alicante

Domingo, 8 de enero 2023, 07:29

Cerca de la mitad de los jóvenes de entre 14 y 18 años en la Comunitat reconocen haber consumido alguna vez en la vida cigarrillos electrónicos. Es un dato extraído de la encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (Estudes), y que ... evidencia el gran predicamento que estos productos tienen entre los jóvenes.

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Expertos en salud alertan que los cigarrillos electrónicos son la «puerta de entrada» de muchos menores al tabaquismo, y aseguran que tiene una incidencia directa en el cada vez más precoz consumo de tabaco. De hecho, la Comunitat tiene de media la edad más baja en el inicio del consumo de tabaco en España (16,1).

Una de estas voces críticas con la creciente moda de los cigarrillos electrónicos es Andrés Zamorano, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y coordinador del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Zamorano afirma que los menores que consumen estos productos tienen seis veces más probabilidades de ser fumadores cuando lleguen a la adultez. Alude además al «rito de iniciación» que siguen muchos de ellos: empiezan por los pitillos electrónicos sin nicotina, y acaban consumiendo tabaco tradicional.

Andrés Zamorano, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. T.A.

Una de las estrategias que utiliza el sector para captar a consumidores jóvenes consiste en aplicar a sus productos sabores y colores llamativos. «Hacen un corta y pega de la venta de golosinas, ofreciendo miles de sabores que van desde el regaliz hasta la cereza», apunta el presidente de CNPT.

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Además, estas compañías tienen libertad para optar por un empaquetado con el que dar rienda suelta al diseño y colorido, a diferencia del tabaco tradicional -donde los mensajes de 'fumar mata' y las imágenes de tumores copan parte de las cajetillas-.

Zamorano critica duramente estas prácticas propias del marketing, y exige que la regulación a la que son sometidos los pitillos tradicionales se extienda también a sus homónimos electrónicos. Eso implicaría un mayor control tanto de su precio, fiscalidad, empaquetado, promoción, y limitación de lugares de consumo.

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Falsas creencias

El experto también alerta que el concepto 'vapeo' asociado a los cigarrillos electrónicos puede confundir sobre los efectos nocivos de estos últimos. «Asociamos 'vapeo' al vapor de agua; sin embargo, los pitillos electrónicos contienen varias sustancias cancerígenas».

La principal de estas sustancias nocivas es la nicotina, que se presenta en formato líquido dentro de estos dispositivos. Otro de los peligros asociados a su consumo es la cantidad de metales pesados (níquel, cobre o plomo) que se desprenden de la batería y la resistencia -utilizada para calentar la nicotina líquida-. A través de un atomizador se produce el efecto aerosol de estos pitillos, cuyas partículas sólidas y líquidas en suspensión son dañinas para las vías aéreas.

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Otro de los «falsos mitos» que intenta derribar el coordinador de SEMG es que el tabaco electrónico ayuda a dejar de fumar. Según diversos estudios, entre el 60 y el 90 % de aquellos que fuman cigarrillos con aerosol también consumen tabaco tradicional (fumadores duales). Además, asegura que hasta en un 83% de los casos el cigarro electrónico no es efectivo a la hora de abandonar el hábito de fumar.

«El tabaco mata anualmente a ocho millones de personas en el mundo. Sus efectos son los de una bomba atómica. Para ofrecer algo menos tóxico no hace falta demasiado esfuerzo»

Andrés Zamorano

«Hay diez millones de exfumadores en España, eso demuestra que dejar el hábito es perfectamente posible con el método adecuado», entre los cuales, Zamorano alude a tratamientos farmacológicos, así como a terapias de tipo cognitivo conductual.

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El experto en salud también cuestiona la creencia de que el tabaco electrónico es menos perjudicial que el tradicional. «El tabaco mata anualmente a ocho millones de personas en el mundo. Sus efectos son los de una bomba atómica. Para ofrecer algo menos tóxico no hace falta demasiado esfuerzo».

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