Las agresiones a enfermeras crecen un 62% en seis años en la Comunitat

Tres de estas agresiones se produjeron en la provincia de Alicante, una cifra alejada de las 11 registradas en la provincia de Valencia, aunque por encima de las dos de Castellón. Si se compara con el año anterior, la tendencia va en aumento, porque en 2020 fueron 15 las profesionales agredidas, lo que supone un incremento del 6,6%. El incremento es mayor respecto a 2015 (del 62,5%) año en que se registraron 10 denuncias.

Se trata de datos facilitados por el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova), que engloba a los tres colegios provinciales de la Comunitat, y que califica de «alarmante» esta tendencia al alza de hechos violentos hacia su colectivo.

Ante estas las agresiones a enfermeras, el presidente del Cecova, Juan José Tirado, ha recordado que la situación es muy «preocupante» porque al aumento de la presión asistencial por la covid se suma la de los pacientes crónicos que se han ido acumulando y que, en muchos momentos, colapsan los procesos asistenciales.

Juan José Tirado explica que casi todos los días se reciben «denuncias de agresiones contra los profesionales sanitarios« aunque algunas no se tramitan por miedo de los propios profesionales a sufrir represalias. Tirado insiste en pedir a la Administración «más recursos para los profesionales sanitarios, sobre todo en las consultas hospitalarias y en los centros de Atención Primaria, donde existe una falta constante de personal y se encuentran desbordados».

Al respecto de las agresiones a facultativos también se pronunció recientemente el presidente del Colegio de Médicos de Alicante (COMA), el Dr. Hermann Schwarz, en una entrevista concedida a este medio. En ella, el facultativo reconocía que el problema reside en una carencia de «educación general»: «No se entiende que alguien que vela por la salud de la gente sea agredida en el ejercicio de su labor».

También reconocía que las agresiones a médicos estaban en aumento, sobre todo en aquellos centros sanitarios ubicados en zonas con mayor conflictividad social, o donde los facultativos están más solos y desprotegidos.

«Debemos dar mayor visibilidad a estas agresiones», admitía el presidente del COMA, «ya que la mayoría de ellas no se denuncian». «Desde la policía nos aconsejan que denunciemos todos estos casos, aunque no es lo habitual. Lo normal es que no se les de importancia, y así corremos el riesgo de normalizar la violencia», sentenciaba el facultativo.