Amaina la tormenta. El grupo parlamentario socialista puso ayer pie en pared y garantizó que no planteará enmiendas a la ley trans que pongan en cuestión la autodeterminación de género. Ése es el punto esencial de la norma, pero también el que mayor controversia genera ... entre los colectivos feministas porque recoge el derecho a cambiar de sexo en el registro y en el DNI declarando el género sentido, sin necesidad de iniciar un proceso de transición ni de presentar informes médicos.
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Esta aclaración, esta garantía ofrecida por los socialistas sobre sus enmiendas, está destinada a limar cuanto antes las fricciones con Unidas Podemos y a cerrar la polémica abierta en la coalición de Gobierno.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, advirtió a primera hora de la mañana de que no iba a consentir «ningún retroceso en derechos respecto a lo pactado» y esgrimió el consenso social y también político cosechado en la Cámara en 2019. La ministra transmitió también que había vivido «con muchísima preocupación» que se decidiera la ampliación del periodo de enmiendas, porque temía que pudiera conllevar que la norma no se aprobara antes de que termine el año, como es su objetivo, o que peligrara la libre determinación de la identidad de género.
Desde el grupo parlamentario de Unidas Podemos aseguran que no se contempla que en el trámite en el Congreso se empeore la ley. Los morados cuentan con que la norma sufrirá modificaciones, pero para mejorarla. Y confiesan en que en eso están trabajando con el resto de los grupos.
Si en el Gobierno las aguas vuelven a su cauce después de peticiones de los morados de que interviniera el presidente para poner orden, es posible que en el seno del socialismo aún haya que sanar heridas, puesto que parte de las feministas del partido se oponen a que el género se considere un sentimiento y una identidad, mientras que entre las que respaldan la norma ha habido una baja relevante, la de una activista trans histórica, Carla Antonelli. Pero lo cierto es que a la ejecutiva del PSOE le pilló por sorpresa la ventolera: no esperaba que surgiera un conflicto con esta ley como protagonista.
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El PSOE sí trabaja en la presentación de otras enmiendas en otros capítulos de la norma. Por ejemplo, plantea dudas sobre la equiparación de algunas violencias a la violencia de género, ya que quieren que la protección y la definición de la violencia queden blindadas en la legislación. Además, el grupo parlamentario socialista desea proporcionar seguridad jurídica a la norma, ya que intuyen que acabará recurrida por el Partido Popular y Vox en el Tribunal Constitucional.
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De hecho, este jueves mismo el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quiso entrar en la disputa. Defendió que la ley trans «no debe aprobarse en ningún caso». Y se comprometió a que si sale adelante el borrador que aprobó el Gobierno, en la próxima legislatura, de tener los votos suficientes en la Cámara, el PPderogará la norma.
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Feijóo criticó que el Gobierno aprobara el proyecto de ley en Consejo de Ministros y después se abriera un «aparente cisma» entre el PSOE y Podemos. «No sabemos si es un conflicto aparente o no», planteó Feijóo, pero insistió en que, a su juicio, la norma va en contra de los derechos de las mujeres y de la infancia. «No puedo comprender la frivolidad de que personas adolescentes, sin la mayoría de edad, puedan tomar una decisión, ni siquiera meditada, ni siquiera tutelada por los profesionales sanitarios, de hormonarse o afrontar operaciones quirúrgicas irreversibles», explicó el popular.
El grupo parlamentario socialista despejó la incógnita sobre las enmiendas que planea presentar y los ministros socialistas le quitaron hierro al alargamiento del plazo para su presentación que respaldó el PSOEjunto al PP y a Vox el pasado martes, origen de la controversia de la semana.
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El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra de Hacienda y vicesecretaria del PSOE, María Jesús Montero, compartieron argumentario: el compromiso del Gobierno con el avance en derechos es «indiscutible» y lo mismo en el PSOE que, además, dicen, es vanguardia en la aprobación de leyes en favor de la igualdad y el colectivo LGTBI. También normalizaron el papel del Parlamento como lugar en el que «mejorar leyes», también la trans, al igual que sucedió con la ley de memoria, que se publicaba ayer en el Boletín Oficial del Estado, tras meses de tramitación, esgrimió Bolaños.
María Jesús Montero defendió que «en esta ley, como en el resto», hay que pactar y acordar en el Congreso y que «no hay que hacer distingos» con esta norma respecto a otras. Y sobre la intención de la tramitación la vicesecretaria general del PSOE negó que hubiera riesgo de retrocesos. La ministra de Justicia, Pilar Llop, señaló que no debería haber polémica porque se haya ampliado el periodo de enmiendas:«La legislatura no va a terminar mañana» y «la ley es muy compleja», defendió.
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