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La Generalitat Valenciana se prepara para meter la tijera al sector público autonómico, agigantado durante los últimos ocho años del Botànic. El Consell pretende controlar el déficit de las cuentas públicas, auténtico caballo de batalla de una Administración autonómica ahogada. De hecho, la ... Comunitat Valenciana es la segunda autonomía en deuda per cápita en España, solo por detrás de Cataluña.
El primer paso lo ha dado este martes el pleno del Consell. El Gobierno valenciano ha derogado por la vía de urgencia del decreto que regula la creación de la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE). Este cuerpo de emergencias fue aprobado el pasado mes de febrero por el gobierno del Botànic. Contemplaba la puesta en marcha de una unidad de gestión de carácter operativo y de coordinación de las emergencias de la Generalitat a través de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias.
La portavoz del Consell, Ruth Merino, ha explicado esta derogación por cuanto que la actual Administración autonómica entiende que la coordinación de emergencias se puede realizar sin la necesidad de crear un nuevo ente específico. Eso, por un lado. Por el otro, la necesidad que tiene la Generalitat de «reestructurar el sector público» valenciano para dimensionarlo a las capacidades económicas actuales.
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Un estudio que elabora el Observatorio de Derecho Público de Barcelona, en el que se analiza la gestión de los gobiernos regionales durante el año 2022 y que se ha dado a conocer esta semana en el Senado, constata la mala situación financiera del Consell. La Generalitat Valenciana cerró el año 2022 como la segunda comunidad autónoma con una mayor deuda per cápita, hasta los 10.810 euros por habitante, solo por detrás de Cataluña.
La también consellera de Hacienda ha explicado que en las próximas semanas continuarán decisiones similares. Merino ha reconocido «mucha preocupación por la deuda» que mantiene actualmente la Generalitat Valenciana, provocada «en gran parte» por el sistema de financiación autonómico aprobado en 2011.
Por tanto, hasta que haya un nuevo sistema de financiación, le tocará al Consell hacer economías. Con un Gobierno volcado con sus socios de investidura en Cataluña y el País Vasco, y la mayoría de autonomías gobernadas por el PP, la confección de un nuevo reparto se antoja cuanto menos a largo plazo. La Generalitat Valenciana se prepara para una nueva etapa en el sector público.
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