Aunque pareza que el principal secreto de los décimos del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad esté en qué número tocará, son muchos enigmas los que esconden los boletos. Entre ellos, los óleos que ilustran cada uno de los billetes, los cuales se reparten por toda España.
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La curiosidad de esta edición de 'El Gordo' de la Navidad viene en la obra que ilustra los décimos. Se trata de 'La Natividad', un óleo de los valencianos Rodrigo y Francisco de Osona -padre e hijo- datado del año 1490.
Esta obra cumbre de la pintura hispanoflamenca. Ambos pintores, 'El Viejo' y 'El Joven' como se les denominó para su distinción, reflejan la síntesis cultural entre el Renacimiento hispano y el arte flamenco, un estilo pictórico que dominó en la época.
La curiosidad de esta tabla de 78 por 44 centímetros se halla en su procedencia. En la actualidad se conserva en las colecciones del Museo del Prado, sin exponer. Los investigadores y conservadores apuntan a que probablemente procede el retablo mayor de la basílica de Santa María de Alicante.
Y no solo eso, sino que 'La Natividad' está interconectada con otra de las tablas de los Osona. «Es compañera de 'La Adoración de los Magos'», apuntan los expertos, la cual permanece en la pinacoteca nacional, procede también del templo alicantino y data del mismo año y periodo, aunque con una diferencia en su formato: su ancho es de 46 centrímetros, dos más que el óleo que ilustra los décimos de la Lotería de Navidad.
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Adrián Mazón
En esta pintura aparecen la Virgen María y San José mientras oran de rodillas junto a Jesús recién nacido. El Mesías está acompañado por tres ángeles que le arropan mientras tres pastores se asoman desde el exterior por las ruinas del portal. Al fondo se representan el buey y la mula.
El óleo sobre tabla, creado para la basílica de Santa María de Alicante junto a otras tablas, presenta un paisaje idílico con arquitecturas típicas de las ciudades del norte de Europa. Estos detalles junto a la composición, los colores gris azulados utilizados y el hieratismo de las figuras con ropas de pliegues acartonados remiten al estilo hispanoflamenco en el que inicia su formación Rodrigo y que asimila su hijo Francisco.
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'El Viejo' y 'El Joven' visitaron la ciudad de Alicante allá por el año 1480, según la documentación. Durante su estancia en la ciudad recibieron el encargo de ejecutar el retablo mayor de la basílica de Santa María -ascendida a esta categoría en el año 2007 por petición municipal-, dedicado a los Misterios de la Virgen con cerca de nueve tablas.
El profesor de la Universidad de Alicante, Alejandro Cañestro, detalla que la predela del templo alicantino mostraría, en aquellos tiempos, motivos de la vida del Jesús y una imagen de piedra de la Virgen en su centro. Eso sí, cabe destacar que la basílica de Santa María sufrió una ampliación y su distribución ha variado respecto a tiempos actuales.
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Para hacer frente a la transformación del templo, que pasó de estilo gótico a barroco, el maestro cantero alicantino José Terol desmontó el retablo. Las tablas de Rodrigo de Osona «fueron compradas por el Marqués del Bosch, cuya familia tuvo gran presencia en la basílica».
El altar de la basílica de Santa María continúa, como en sus orígenes musulmanes, mirando hacia la Meca. Tras la conversión en templo cristiano, el rey Jaume I decidió dedicar la iglesia a Santa María de la Asunción, virgen predilecta de Alfonso el Sabio. La basílica alicantino ha sufrido varios incendios a lo largo de su historia, el primero de ellos en 1484. Además, en aquella época solo contaba con una única torre, la segunda se elevó en el siglo XIX. Su fachada fue renovada en el siglo XVIII y en ella predomina el estilo gótico valenciano del escultor Juan Bautista Borja. Su escultura principal, la Asunción ubicada sobre las puertas del templo, es una réplica y la original se halla en el interior de la basílica. En su bóveda norte se encuentran también los restos de un musulmán, cuya identidad resulta aún desconocida. Además, su ubicación es el kilómetro cero del Camino de Santiago.
La venta de estos óleos permitió sufragar parte de los gastos de las obras. Años después, las tablas se vendieron y acabaron el Londres, donde permanecieron hasta 1941, año en que el Estado español adquirió 'La Natividad' y 'La Epifanía', depositadas en el Museo del Prado.
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Cuarenta y dos años después, se formalizó la compra de otras seis tablas que pertenecían al retablo mayor de la basílica de Santa María, la iglesia más antigua de Alicante erigida por orden del rey Jaume I sobre la primitiva mezquita árabe de la ciudad. Estas piezas se integran, también, en las colecciones de la pinacoteca nacional.
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