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Un último escarnio como colofón a una década de purgas

Un último escarnio como colofón a una década de purgas

Jintao ha tenido que asumir desde 2013 las condenas por delitos económicos de sus más estrechos colaboradores

pablo m. díez

Domingo, 23 de octubre 2022, 08:48

Su humillante salida a la fuerza del Congreso del Partido Comunista es el último agravio que le ha tocado sufrir a Hu Jintao, expresidente de China, a manos de su sucesor, Xi Jinping. Desde que le relevó, primero como secretario general del partido en 2012 ... y luego como presidente de la República Popular en 2013, Xi se ha cebado especialmente con los más estrechos colaboradores y altos cargos de Hu en su feroz campaña contra la corrupción.

El último fue su mano derecha, Ling Jihua, sentenciado a cadena perpetua en julio de 2016. Juzgado a puerta cerrada, fue condenado por haber aceptado más de diez millones de euros en sobornos y haberse apropiado de secretos de Estado, según informó la agencia Xinhua.

Ling Jihua celebraba precisamente ayer su 66 cumpleaños en la cárcel, donde pasará el resto de su vida. Su caída en desgracia comenzó en marzo de 2012, cuando su único hijo, Ling Gu, se mató al estrellarse su deportivo, un Ferrari 458, en Pekín mientras conducía a altas horas de la madrugada con dos chicas que iban medio desnudas. Un episodio que, a pesar de la censura, volvió a revelar el lujoso y desmadrado tren de vida de la «aristocracia roja» que ha florecido en el Partido Comunista al amparo del crecimiento económico de las últimas décadas.

El escándalo puso en el objetivo a Ling Jihua, quien entonces era jefe de gabinete de Hu Jintao. Tras ser degradado, empezó a ser investigado a finales de 2014 y en julio de 2015 fue expulsado del Partido Comunista. Junto a él, fue purgado uno de sus hermanos, Ling Zhengce, alto cargo en la provincia de Shanxi, mientras que el otro, Ling Wangcheng, huyó a Estados Unidos, donde al parecer tiene una mansión de dos millones de euros en California.

Ling Wangcheng se habría llevado consigo 2.700 documentos secretos proporcionados por su hermano, entre los que figuraban los códigos nucleares de China. En la actualidad, está desaparecido y no se sabe si vive protegido por las autoridades estadounidenses o si agentes secretos chinos consiguieron repatriarlo para rendir cuentas.

Además de Ling Jihua, en 2015 fue condenado a cadena perpetua por corrupción Zhou Yongkang, responsable de la Seguridad del Estado durante el mandato de Hu Jintao. Su purga supuso el procesamiento contra el más alto dirigente político de China desde el juicio a la mujer de Mao, Jiang Qing, y la 'Banda de los Cuatro' por los desmanes de la Revolución Cultural (1966-76). Tanto Zhou Yongkang como su familia recibieron sobornos por valor de 19 millones de euros. Sus aliados dentro del régimen también fueron castigados.

Entre ellos destacaba su protegido Bo Xilai, condenado en 2013 a cadena perpetua por corrupción y cuya esposa fue sentenciada a muerte un año antes -pero con la pena suspendida- por asesinar al socio británico que les ayudaba a sacar del país la fortuna que habían amasado con la política. Bo Xilai era una de las figuras más prominentes del régimen. Su arresto desató una encarnizada lucha de poder en plena transición entre Hu Jintao y Xi Jinping. Tras él, rodaron las cabezas de su padrino político, Zhou Yongkang, y de su aliado Xu Caihou, antiguo 'número dos' del Ejército chino. Un año después, otro vicepresidente de la Comisión Militar Central fue condenado a cadena perpetua también por corrupción.

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