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Las hogueras son auténticas obras de arte. Los monumentos de hasta 20 metros de altura que pueblas las calles de Alicante en el mes de junio se elaboran hoy en día prácticamente igual que hace un siglo. Todo el proceso es puramente artesanal, desde el modelado de las figuras hasta su construcción y pintado.
La gran complejidad del trabajo requiere, a su vez, gran cantidad de personas en los talleres. A veces, con horarios interminables para terminar las piezas perfectamente terminadas a tiempo para la plantà.
Pero la tecnología viene a revolucionar también el mundo festero, donde las nuevas tecnologías puedan ayudar a la creación, cálculo de estructuras y forma de los ninots, mientras que la incorporación de la impresión 3D construya los nintos según se hayan imaginado.
Este futuro puede estar más cerca de lo que creemos. De hecho, la Conselleria de Innovación respalda, a través de Ivace+i, un proyecto para impulsar la I+D+i en la elaboración de los monumentos artísticos que se plantan en las fiestas de Hogueras. La Universitat Politècnica de València (UPV) coordina este proyecto, denominado 'Ecofalles', que se desarrolla en colaboración con las empresas SP-Berner y Fallas Vicente Martínez.
A través de la innovación, las entidades que constituyen este consorcio plantean soluciones a los desafíos en materia de sostenibilidad económica y ambiental que comprometen el futuro de este sector. En el primer caso, «el proyecto pretende atajar la progresiva reducción en el número de profesionales que integra el gremio de artistas como consecuencia del recorte de ingresos y la falta de rentabilidad», explican fuentes del departamento autonómico.
Para conseguirlo, el proyecto explora la implantación de las tecnologías propias de la industria 4.0 en un sector hasta ahora muy artesanal. La idea es aportar una metodología de trabajo asumible para artistas que no son especialistas en este tipo de técnicas. Se están desarrollando aplicaciones gratuitas y de fácil manejo para acercar la tecnología de fabricación aditiva o impresión 3D a la producción de monumentos.
En Alicante, el Industrial Lab de la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), ubicado en el polígono de Aguamarga, es un espacio de referencia. Este espacio de vanguardia está dedicado a la fabricación aditiva, también conocida como impresión 3D, y a la robótica. Aquí «se pueden hacer de todo con la impresión 3D, desde prótesis de titanio a cualquier otro tipo de pieza, incluso muchas empresas hacen sus propias herramientas con estas tecnologías», explica el técnico Fernando Villaverde.
Uno de sus proyectos es la miniaturización del Belén Gigante de Alicante, construido igual que una hoguera. Para ello desarrollaron unos planos digitales del belén y lo imprimieron en 3D. Después, se siguieron todos los procesos que se siguen para imprimir cualquier pieza. Decidieron hacerlo con resina y darle un acabado metálico con la pintura. Este es el resultado final:
Será un proceso similar, pero a la inversa. Es decir, de modelos creados en 3D a hacerlos al tamaño normal de los monumentos.
Por otro lado, la mejora de la seguridad estructural de los monumentos se erige en otro pilar de esta iniciativa, que ofrecerá apoyo técnico a los artistas para que puedan diseñar con mayores garantías las distintas composiciones. Ante las carencias formativas de este colectivo en materia de estructuras, el objetivo es poner a disposición una guía que complemente el conocimiento práctico y la intuición que aplican en sus proyectos, con el objetivo de evitar posibles desplomes de los monumentos, sobre todo cuando se presentan condiciones climatológicas adversas.
El último eje del proyecto se centra en reducir el impacto ambiental de esta actividad artística, que en gran medida está condicionada por el uso masivo de corcho blanco o poliestireno expandido como material principal. Este producto derivado del petróleo no sólo es el responsable de las columnas de humo negro durante la 'cremà', sino que los problemas de contaminación se extienden a todas las etapas del ciclo de vida de una falla u hoguera.
De hecho, durante la fase de mecanizado de las figuras o ninots se desperdicia hasta un 50 % de cada bloque de poliespán, lo que obliga a los artistas falleros a asumir los elevados costes de la gestión de estos residuos. Como alternativa, se exploran nuevos materiales que permitan su sustitución progresiva y sean compatibles con la impresión 3D, un sistema avanzado de fabricación que aprovecha mejor los recursos.
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