Nela Aracil García: «Los fuegos del Postiguet tienen un significado especial, mi bisabuelo los impulsó»

Es cada noche del 24 al 25 de junio cuando llega uno de los momentos especiales a su vida, más allá de ver envuelto en llamas la hoguera de su distrito, Plaza de Ruperto Chapí. Y es que, tras el fuego llega el concurso de fuegos artificiales en la playa del Postiguet, un certamen pirotécnico que «no puedo olvidar».

Los castillos que se disparan del arenal del Cocó «tienen un significado especial para mí, ya que se celebra por iniciativa de mi bisabuelo materno, José García Sellés». A pesar de que no pudo conocerlo, esta alicantina lo mantiene vivo en su memoria y habla de él con mucho orgullo, sobre todo, a la hora de explicar su identidad festera.

García Sellés fue secretario de «la comisión de fiestas del Ayuntamiento de Alicante» y miembro de la comisión gestora de les Fogueres de Sant Joan junto a Tomás Valcárcel. Gracias a su gestión en estos organismos, donde tuvo presente su pasión por la pólvora y las fiestas, «pudo hacer realidad su idea» de celebrar el concurso de fuegos del Postiguet.

Esta joven alicantina de 23 años -candidata a bellea del foc de Alicante 2024- ha tomado el testigo y siente la fiesta como un elemento más de su vida. «Doy gracias por haber nacido en Alicante y poder disfrutar de ellas», confiesa Nela Aracil. Compagina la fiesta oficial de Alicante -en la que ha sido dama infantil, cremaora d'honor, dama adulta y bellea- con sus aficiones favoritas: los viajes, el deporte y estar con su familia y amigos; y los estudios.

De todos sus años en las Hogueras guarda buenos recuerdos, pero destaca uno de los más divertidos, «el año que casi no llegamos al desfile del ninot». Fue entonces cuando ella y los foguerers de Plaza de Ruperto Chapí estaban en el racó terminando de prepararse para tomas las calles de Alicante con sus disfraces cuando preguntaron la hora y vieron que iban bien de tiempo.

La persona que consultó las agujas de su muñeca no era consciente de que estas habían parado, «por lo que pensábamos que teníamos más tiempo». Fue cuando se dieron cuenta de la hora real cuando «tuvimos que salir corriendo de nuestro racó, que está por la plaza de América hasta Luceros». Así, improvisaron un desfile previo entre barrios.

«La gente se quedaba asombrada de vernos pasar disfrazados y corriendo a toda velocidad», recuerda. Eso sí, consiguieron llegar a la plaza que alberga la fuente de Bañuls justo en el momento en que «nos estaban nombrando para salir», por lo que «no pudimos ni hacernos una foto».