Hay muchos motivos por los que viajar, desde la belleza natural del destino, su historia, patrimonio e, incluso, los modos de vida de la gente y sus lugares. Uno de los más poderosos, que en los últimos años se ha convertido en un elemento indispensable para conocer la cultura y el modo de vida de un territorio, es la gastronomía, el yantar, la buena mesa.
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El turismo gastronómico está en auge, no cabe duda. La corriente 'foodie' impulsada desde las redes sociales (con millones de recetas en miles de cuentas dedicadas en exclusiva a ello) ha puesto en boga este segmento. De hecho, según los datos de la Conselleria de Turismo, uno de cada cuatro visitantes a Alicante, y al resto de la Comunitat Valenciana, eligen el destino por su gastronomía.
14.687 bares y restaurantes
hay en la provincia de Alicante
14 estrellas Michelin
en 13 establecimientos, la cuarta provincia de España en números
7 denominaciones de origen
en la provincia de Alicante: Vino de Alicante; Bebidas Espirituosas de Alicante; Uva Embolsada del Vinalopó; Cerezas de la Montaña de Alicante; Nísperos de Callosa d'En Sarrià; Turrón de Alicante y Jijona y Granada Molla de Elche.
Una buena mesa es un reclamo impagable. A nivel global, el turismo gastronómico es una industria que mueve más de 150 billones de dólares al año, según la World Food TravelAssociation. Quien llega a un destino a comer va fundamentalmente a conocer algún restaurante en concreto de alto nivel, pero también picotea (nunca mejor dicho) en los alrededores. En este sentido, el 'foodie' es un visitante muy apreciado puesto que su gasto medio supera en un 30% al de otros segmentos.
Otro elemento muy apreciado por los profesionales del turismo tiene que ver con que el visitante gastronómico no se mueve por temporadas, o sí. Es decir, no se comporta como el tradicional de sol y playa, que llega de mayo a septiembre. Es un visitante que acude durante todo el año, según sean los productos de temporada. Por tanto, desestacionaliza.
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Desde la Conselleria de Turismo destacan, por otra parte, el «valor añadido de la gastronomía como impulso a otros sectores», especialmente el primario (agricultura, pesca, ganadería...), que desarrollan los productos que después se sirven en las mesas. Y que no se pueden encontrar en otro lugar del mundo, pese a la globalización.
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En este segmento, la provincia está muy bien situada. Teniendo como base la dieta mediterránea, considerada como patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, la gastronomía alicantina es uno de los puntales del destino. Alicante alberga 14.687 bares y restaurantes, según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022. Es la cuarta provincia española tras Madrid (32.005), Barcelona (31.559) y Valencia (14.735). Le sigue Málaga con 12.978 y Sevilla con 10.649.
Al más alto nivel, la provincia tiene 14 estrellas Michelin en 13 establecimientos. Es la cuarta en reconocimientos en toda España, solo por detrás de Barcelona, Madrid y Girona (con las mismas que la provincia catalana, pero en más restaurantes). Por detrás queda todo el País Vasco, Valencia o Málaga, por poner algunos ejemplos.
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Con este pontencial, la Conselleria de Turismo va a dedicar un departamento específico a la promoción gastronómica de la Comunitat. Uno de los máximos exponentes es la celebración de certámenes como Alicante Gastronómica en Alicante, D*NA en Dénia, Gastrónoma en Valencia o Festival Gastronómico Castelló Ruta de Sabor, que hacen de la Comunitat sea el referente gastronómico más importante del Mediterráneo.
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