Más de un mes después de la apertura de la temporada de uva de mesa en Alicante, los productores todavía confían en remontar una cosecha que se prevé aciaga en cuanto a cantidad, pero excelente en sabor. A pesar de que otras regiones producen en ... mucha mayor cantidad, la Denominación de Origen Uva de Mesa del Vinalopó sigue siendo la favorita de los españoles, no en vano, dos de cada tres uvas que se consumen en Nochevieja continúan procediendo de la provincia.
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Las de este año serán excelentes, muy dulces gracias a su concentración de azúcar, y de buen tamaño. Todo ello, una vez estriada en los almacenes, puesto que mucha se ha quedado en las cepas y otra parte se desecha en las mismas empaquetadoras. De todas formas, la que llega a los consumidores «es excelente». Así lo aseguran a TodoAlicante.es desde el sector de uva de mesa de la organización agraria Asaja. Todo ello gracias a las especiales condiciones meteorológicas que ha vivido la provincia de Alicante los últimos meses.
El intenso calor que ha golpeado a la provincia, unido a los aguaceros con algo de pedrisco a finales de agosto ha provocado que la humedad se haya quedado en el interior de las bolsas, pudriendo una parte. Los ataques de las plagas producidas por las lluvias y la humedad subsiguiente también han empobrecido las cosechas. La DO Uva Embolsada del Vinalopó calcula unas pérdidas de entre 4.000 y 5.000 toneladas, de una producción estimada de 35.000 toneladas que producen los campos alicantinos.
Todavía faltan casi tres meses para que termine la campaña, aunque ya se lleve más de un mes recolectando. Pero todavía hay mucho fruto en las vides, por lo que, de cumplirse los pronósticos de Aemet de una bajada de temperaturas, se salvaría todavía una parte importante.
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Lo ideal sería que las máximas se quedaran en unos 21ºC y las mínimas en torno a 12ºC y vientos de Poniente que sequen los cultivos. Unas perspectivas que están por ver si se cumplen.
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El responsable de uva de mesa de Asaja, José Antonio Cazorla, se lamenta de la «falta de armas» con las que los agricultores tiene que pelear contra las plagas como el mosquito verde, o cotonet, «que ha hecho estragos» en los cultivos. La estricta normativa fitosanitaria de la Unión Europea limita, mucho según los agricultores, el uso de pesticidas y productos para luchar contra las infecciones que atacan el tronco y el fruto.
Todo ello ha provocado la citada disminución de producción. Y, a menos producto, mayor valor, según la ley del mercado. Sin embargo, «no sabemos si la subida de precio podrá compensar las pérdidas» de cosecha, afirma Cazorla.
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