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Turistas en el paseo de la Playa del Postiguet. Shootori
El cambio climático amenaza con provocar un desplome del turismo estival en la provincia de Alicante

El cambio climático amenaza con provocar un desplome del turismo estival en la provincia de Alicante

Un informe del BBVA Research alerta de que un aumento brusco de las temperaturas implicaría hasta un 40% de caída de los visitantes en verano | La demanda puede registrar un trasvase del Mediterráneo al Norte de España

Sábado, 21 de septiembre 2024, 06:01

El cambio climático podría traer consigo consecuencias devastadoras para el turismo alicantino. Los últimos veranos han deparado temperaturas «extremadamente cálidas» y cada vez hay más noches tropicales y ecuatoriales en la provincia. De hecho, la temporada estival de este 2024 ha sido uno de los tres más cálidos del siglo y se esperan que las temperaturas sigan en aumento.

De seguir este panorama, empujado por el cambio climático, la demanda turística experimentaría una importante sacudida, con un trasvase de viajeros del Mediterráneo a las zonas de costa del Norte de España, en busca de temperaturas más agradables durante los veranos.

Este cambio de patrones provocaría que la provincia de Alicante perdiese hasta un 40% de su demanda turística a finales de siglo, notándose ya en la década del 2030-2040 las primeras reducciones importantes de la cuota de mercado, de hasta el 10%. Al menos así lo expone el informe 'El impacto del cambio climático en la demanda turística en España', elaborado por el BBVA Research.

El estudio prevé que Alicante se vea altamente perjudicado durante los meses de junio a agosto, cuando las temperaturas serán más elevadas y los turistas, en busca de climas más suaves, optarán por otros destinos. Una situación que se daría de seguir el ritmo de subida de temperatura, que en un escenario moderado sería de casi tres grados para finales de siglo, aunque de ser mayor de cinco grados la problemática se agravaría, llegando hasta el 40% ya mencionado.

El cambio climático haría que el modelo de turismo en Alicante cambiase por completo, teniendo mucho peso la primavera y el otoño, cuya demanda turística subiría en torno al 10%, no lo suficiente como para paliar el desplome del periodo estival. Dos estaciones que cada vez serán más cortas, pues el verano se está alargando hacia ambos extremos, según alerta el climatólogo y director del Laboratorio Climatológico de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina.

El informe explica que las previsiones estiman «caídas pronunciadas en las zonas de alta temperatura, especialmente en verano, cuando la demanda caerá profundamente». De hecho, la Costa Blanca es una de las áreas que más verá afectada su demanda de turistas, tan solo por detrás de las Baleares, donde se reducirá hasta un 60%.

«Se espera que conforme aumenten las temperaturas las regiones tradicionales del Mediterráneo experimenten durante la temporada alta una caída en la intención de viajar, especialmente por las elevadas máximas», expresa el estudio, que muestra a los turistas extranjeros como unos de los mercados a los que más preocupa esta situación de calor incipiente. De hecho, muchos optarían por cambiar sus rutinas de viaje y se moverían hacia las localidades costeras del norte.

Sobreponerse a la situación

El informe también avanza que estas situaciones no serán del todo negativas para el arco mediterráneo. A pesar de que el turismo tiene un fuerte peso en la economía de la provincia, el calor extremo en verano aumentaría el número de viajeros en los meses anteriores y posteriores, resultando en un cambio de tendencia.

«Este cambio puede tener importantes implicaciones económicas, como aliviar la tradicional concentración turística en temporada alta y llevar a ingresos más estables en el resto del año», explica el documento de BBVA. Eso sí, la caída será mucho más pronunciada que el aumento de viajeros en primavera y otoño, por lo que no se terminaría de equilibrar.

Por ello expresan que aquellas provincias que históricamente han dependido del turismo y de los patrones de temporada alta «deben prepararase para un futuro en el que estas tendencias son menos claras». Al igual que Olcina, que avisa para tomar medidas de infraestructuras y ciudades más adaptadas a las nuevas condiciones veraniegas, desde BBVA Research también remarcan algunas posibles soluciones.

Los investigadores nombran algunas para hacer frente a los efectos del clima y los periodos extremos, como mejorar los controles de temperatura o los aislamientos en los hoteles de la provincia, para así ahorrar en gasto energético.

Lo que está claro es que el cambio climático, de seguir por la senda en la que está, traería consecuencias relevantes a la provincia, que tiene en el turismo su principal fuente de ingresos y de generación de empleo, en especial durante unos meses de verano en los que usualmente se registran récords de trabajadores e importantes reducciones del paro.

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