Un gran hermano de 24 horas para adelantarse a los incendios
ODS 15 | Vida de ecosistemas terrestres ·
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ODS 15 | Vida de ecosistemas terrestres ·
La inteligencia artificial ya está entrenada para entender cómo se comporta el fuego y mejorar la lucha contra estos incidentesLa inteligencia artificial ha aprendido a responder casi como un humano, es capaz de mostrar miles de resultados para una pregunta en milisegundos, puede derrotar al mejor jugador de ajedrez del planeta e, incluso puede ayudar a un doctor en el diagnóstico de un cáncer. ... Ahora, esta tecnología se presenta como una herramienta más en la protección de la naturaleza.
En los bosques de los Cárpatos, la IA se ha convertido en policía contra la deforestación; en las aguas del mar Céltico es el salvavidas de muchos cetáceos y en España se quiere convertir en un agente forestal focalizado en la prevención de incendios. «Esta tecnología tiene una aplicación muy concreta en estos asuntos porque nos permite observar y monitorizar grandes territorios a todas horas y sin cansancio», explica José Luis Flórez, CEO de Dive. «Es fundamental para la prevención», añade.
El pasado 2023, más de 85.000 hectáreas ardieron en España y los grandes incendios forestales aumentaron un 9,5%. «Estos datos confirman que los incendios tienen cada vez un carácter más agresivo», señala WWF. El aumento de las temperaturas en el planeta ha provocado que las olas de calor sean cada vez más extensas e intensas, una situación anómala que sirve, además, como combustible para los incendios forestales.
Imitando el trabajo de los vigilantes de los bosques, el sistema diseñado por esta empresa emergente española es capaz de crear un gran hermano constante en grandes extensiones de terreno. «La clave es la vigilancia que se hace sin cansancio», repite Flores. Su sistema incorpora cámaras, sensores y millones de datos «que gracias a la IA nos permite analizar y poner en marcha medidas de prevención y acción en poco tiempo», explica el CEO de Dive.
Desde lo alto de las torres de comunicación situadas por los bosques, las cámaras del sistema de Dive otean cada día del año el horizonte en busca de humo. «Son una ventaja muy importante y además proporcionan electricidad», detalla el emprendedor español. Sin embargo, no es su única fuente de información. «Proponemos la utilización de globos aerostáticos y datos satelitales», apunta Flórez.
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José A. González
La información procedente de los satélites espaciales permite a la red de vigilancia obtener datos más amplios de humedad, estado de la naturaleza o temperatura «que tienen mucho que decir en la lucha contra el incendio», destaca. Toda esta información se recopila en un único lugar para ofrecer una visión completa del fuego para tomar las decisiones correctas.
Los primeros minutos de un incendio son clave para su extinción o, al menos, su control. Las cámaras de Dive trabajan con la máxima de «si hay humo, hay fuego». Aunque -asegura Flórez- trabajamos para que no haya equivocaciones. Para que no haya falsos positivos, la IA de Dive es entrenada con datos sintéticos e imágenes para, por ejemplo, diferenciar una niebla de un incendio.
Una vez que el ecosistema de Dive detecta el incendio, los sistemas de lucha contra el fuego reciben una alerta en la que, gracias a la información recopilada, pueden simular el comportamiento de las llamas y la dirección de las mismas con los datos meteorológicos existentes. «Esto es fundamental porque permite optimizar recursos y tomar mejores decisiones a la hora de abordar estos eventos», explica Flórez.
El proyecto de Dive se basa en la observación, pero otra iniciativa, también española, se centra en el poder 'olfativo' de la IA. Grupo Sylvestris y la Fundación Repsol en los últimos meses han colocado decenas de sensores en miles de árboles para aplicar la máxima de «si ves humo, el fuego está cerca». Aunque su mecanismo no es tan sencillo, porque «puede producir falsos positivos si pasa un coche antiguo que emite muchas partículas o se hace una barbacoa cerca», señalan los promotores de la iniciativa.
El sistema, entrenado para ello, es capaz de analizar el humo captado por los sensores y si detecta cuatro tipos de gases salta una alerta a los agentes forestales que les permite ponerse en guardia y comenzar una estrategia ante un posible incendio. Además, gracias a esta nueva tecnología y a los datos recopilados por los satélites «nos permite monitorizar y predecir el avance del fuego, para una gestión más eficiente de los recursos», afirman.
Esta solución ya está desplegada en Las Hurdes (Cáceres, Extremadura), protegiendo un perímetro de 1.357 hectáreas en colaboración con los servicios de protección contra incendios de la Junta de Extremadura.
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