La obesidad es ya una enfermedad que afecta a mil millones de personas en el planeta. Lejos de mostrar algún retroceso gracias a estilos de vida más activos, alimentación saludable o políticas públicas contra la comida basura, lo cierto es que la epidemia ha duplicado ... su alcance en adultos desde 1990 y, lo más preocupante, se ha multiplicado por cuatro entre niños y adolescentes. Entre los 5 y 19 años, la cifra de casos crece de forma exponencial. Tanto en países ricos como pobres. No discrimina.
Estos datos publicados hoy en la revista The Lancet forman parte de un estudio elaborado por el Imperial College de Londres en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), al que han contribuido 1.500 investigadores procedentes de 190 países.
Con motivo del Día Mundial de la Obesidad, que se conmemora el próximo 4 de marzo, la organización ha hecho balance del índice de la masa corporal (IMC) de la población mundial y la conclusión a la que llegan es clara: «hay que introducir cambios importantes en las medidas destinadas a combatir la obesidad».
Y no se refieren –aunque no pudieron evitar citarlos– a los nuevos inyectables 'milagro' (Ozempic o Zepbound) que han revolucionado su tratamiento. «Estos pueden ser una herramienta importante, pero no única; se trata de introducir medidas globales que cambien el sistema de alimentación. Además, estos fármacos ahondan en la desigualdad. No están disponibles en todos los países y su precio es alto», valoró Majid Ezzati, autor principal del trabajo en un encuentro digital con periodistas.
Las consecuencias para la salud
Por ahora, prosiguió, «lo cierto es que no podemos deshacernos de la obesidad y, además, su expansión es muy rápida. Es muy preocupante que la misma epidemia que afectó a los adultos en gran parte del mundo en 1990 se vea ahora reflejada en niños y adolescentes en edad escolar».
Sembrado el problema a temprana edad, la proyección es de dos mil millones de personas obesas en el mundo en 2030. Y eso, como dijo Francesco Branca, director del departamento de Nutrición y Alimentación Saludable de la OMS, «será demasiado». Sobre todo si se tiene en cuenta que esta enfermedad ya causa 5 millones de muertes y 40 millones de enfermos en todo el mundo y tiene un coste económico global de 3 billones de dólares (2,7 billones de euros).
890
millones
Es la cifra de adultos que viven con obesidad en el mundo.
190
países
Han aportado datos, de la mano de 1.500 investigadores, en el último estudio realizado por la OMS y el Imperial College de Londres.
5
millones
Son las muertes asociadas a la obesidad por las enfermedades que lleva asociadas (diabetes, problemas cardiovasculares y alguntos tipos de cánceres).
El análisis detallado de los datos deja algunas conclusiones llamativas. Que la tasa ha aumentado menos entre las niñas que entre los niños, pero la ecuación se invierte en la edad adulta. En 2022, el año al que se refieren los datos del estudio -aunque los investigadores advierten de que la cifra será ahora superior-, 504 millones de mujeres y 374 millones de hombres tenían un IMC superior a 30, lo que en Medicina se considera obesidad.
En contra de esta tendencia mundial, destaca en las estadísticas el caso español, donde se ha detectado un descenso que calificaron de «muy notable» de la tasa de obesidad entre las mujeres. Fue uno de los pocos datos que aplaudieron los investigadores en la exposición del estudio.
Políticas públicas antiobesidad que funcionan
¿Cuál es la razón? Ezzati advirtió que el estudio no apunta causas exactas. No obstante, su colega, el doctor Branca, sí citó medidas y políticas que demuestran mejorar los datos epidemiológicos en algunos países.
Francia, aunque con un descenso menos significativo, también fue destacado junto a España y, entre otras, fueron celebradas las políticas de fomento del uso de la bicicleta en la ciudad (París como ciudad bandera), la implantación de los semáforos nutricionales (Nutriscore), la formación en la escuela, las políticas públicas de fomento de la alimentación saludable y el ejercicio, los impuestos... «No se puede apelar a un factor, es la mezcla de muchas políticas», concluyó Branca.
La falta de estas últimas es lo que, a su parecer, explicaría otra de las conclusiones ilnteresantes del estudio. Esto es, el incremento de la obesidad en países pobres, donde la desnutrición afecta a la vez a buena parte de la población.
Así, los países del norte de África, Medio Oriente y algunas islas de Oceanía muestran la mayor tasa combinada de obesidad y bajo peso por desnutrición. En conjunto, destacó Ezzati, «ya hay más personas con obesidad en el mundo que con bajo peso». Así, el concepto de malnutrición se redefine en nuestra era. Tradicionalmente asociado a personas que no comían lo suficiente, ahora los malnutridos son sobre todo personas que sufren sobrepeso.
Para Branca, eso se debe a que la presión del marketing de productos insanos es mucha, pero las limitaciones legales pocas. De ahí que, unido a la dificultad para acceder a productos frescos, la obesidad se abra paso en países pobres. «Es la doble clara del mismo problema», apuntó el autor principal del estudio. Eso sí, EE UU sigue en el 'top 10' de los países más obesos del mundo, con un 43% de la población afectada.
Consumir ultraprocesados también afecta a la salud mental
La obesidad es un problema en el que confluyen muchos factores, desde la clase social a la salud mental, pasando por la condición médica, la genética o el lugar del mundo en el que vivas. Pero en está demostrado que consumir ultraprocesados es uno de los factores de riesgo en esta enfermedad. Un día antes de que la OMS lanzara su alerta, otro estudio advertía que comer más alimentos ultraprocesados está relacionado con un riesgo más elevado de problemas de salud, según una revisión 'paraguas' de 45 metaanálisis previos, que incluyen casi 10 millones de personas en total. La investigación, publicada en The BMJ, encuentra asociaciones directas entre la exposición a ultraprocesados y 32 parámetros de salud. La evidencia más sólida relaciona esta exposición con problemas de salud cardiometabólica, trastornos mentales y mortalidad en general.
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