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Lo que en España se conoce como el Día de Todos los Santos se reparte por todo el mundo con distintas acciones y elementos. Bien conocido es el caso de Halloween, la tradición americana que ya se ha logrado implantar por todo el planeta para celebrar la víspera de esta jornada. Sin embargo, la cultura de los muertos también brota en otros países como México, cuyos efectos se dejan ver en Alicante.
Es en el país azteca donde se realiza un ritual para ofrendar a los familiares, amigos y personas fallecidas. Para ello, las casas y lugares cuentan con un altar de muertos, dedicado al ser querido. Esta práctica ha llegado a Alicante, concretamente al barrio de la Florida y al municipio de Sant Joan. El estudio Little Dreams ha creado por primera vez esta infraestructura para mostrar y acercar este apartado de la cultura mexicana, siguiendo los consejos y enseñanzas del restaurante Con chile y azafrán.
Fue hace unos años cuando María José Martínez, responsable de este estudio floral, viajó a México para visitar a parte de su familia más lejana. Allí quedó sorprendida por esta práctica, caracterizada por las flores, el colorido y el sentimiento. Fueron muchas las preguntas que se hizo, desde el tipo de flor hasta las ofrendas que se realizan en un altar de muerto.
Tras indagar en este ritual, logró dar en Alicante con Alejandra, responsable del restaurante mexicano Con chile y azafrán ubicado en el municipio de Sant Joan. En sus visitas -y con la película de Disney 'Coco' en la mente-, Martínez vio el altar de muertos que se alza en el establecimiento y, con ello, comenzaron de nuevo las preguntas.
«Es otra tradición popular muy potente diferente a Halloween», explica tras conocer de cerca la costumbre a través de Alejandra. En ella se combina la devoción sagrada y la práctica profana -una simbiosis del sincretismo prehispánico y católico-, pues con este tipo de escenarios donde se realizan las ofrendas, se crea el ritual para convocar la memoria al difunto. «Creen firmemente que durante estos días las almas acuden a este altar y esperan a sus difuntos. Es muy reconfortante».
Una de las creencias que lleva consigo el altar de muerto es que sirve como puerta para que las «almas de los difuntos crucen el otro lado», detalla. Estos altares ya permanecen a la vista y es cada día, hasta el 3 de noviembre, realiza una ofrenda.
Este altar de muerto lleva también consigo una decoración tradicional, al estilo de México. En primer lugar, aparece la fotografía de la persona difunta, con quien debe tener un «vínculo afectivo fuerte» y en la que no debe aparecer ninguna otra persona viva. A su alrededor, se colocan otros elementos personales de la persona a recordar y honrar.
Todo ello va rodeado por un camino de flores de cempasúchil, la cual además de «tener propiedades místicas, guía y facilita el camino de las almas hacia el altar». Esta planta es primordial, pues simboliza «el puente entre los dos mundos», rodeada por otros elementos como catrinas, imágenes de santos, velas, comida, dulces y agua.
La primera jornada de dedicación al altar de muerto se celebró este 28 de octubre con el encendido de la primera vela en honor a las ánimas solas, es decir, para honrar a todas aquellas personas que fallecieron y no tienen familia que les recuerde. Con ello se coloca también una flor blanca.
Otra segunda vela se encendió este martes, en una nueva ofrenda, junto a un vaso de agua para honrar a aquellos difuntos olvidados y desamparados. «Que esta luz guíe sus almas y que el agua refresque su andar», son las palabras que también dedican desde el restaurante Con chile y azafrán en su altar de muerto.
La ofrenda del 30 de octubre llega con una vela más, otro vaso de agua y la adición de pan blanco en memoria de aquellos que fallecieron «por accidente o enfermedad», de forma inesperada «sin haber llenado su último plato, sin un último abrazo, sin despedidas» y en la tragedia.
El día de Halloween, el 31 de octubre, va dedicado a los ancestros más lejanos, entre bisabuelos, tatarabuelos y más raíces del árbol genealógico. En esta ocasión se coloca un nuevo vaso de agua junto a fruta. Será al día siguiente, el de Todos los Santos, cuando se recuerde a los difuntos menores, los niños, con otra vela y dulces, con chucherías y gominolas.
El «día grande» en el altar de muerto se celebra el 2 de noviembre, dedicado al difunto por el que vela este elemento. La ofrenda consiste en hacer entrega de «una bebida y comida que le gustaba». Durante esta jornada, las familias se juntan en las casas y cementerios de México para honrar la memoria del fallecido. Con ello, degustan todos los productos que se ha ido añadiendo al altar.
El altar de muerto concluye el 3 de noviembre con el encendido de una última vela junto a la quema de una vara de «incienso especial mexicano», la cual permite el regreso de las almas al otro mundo. Una vez se ha consumido esta sustancia, es cuando se puede desmontar y recoger.
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Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Fernando Morales y Sara I. Belled
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