La ocupación de viviendas, una plaga silenciosa en el barrio alicantino de Colonia Requena

En uno de los bares clásicos de la zona, El Loro, tres vecinos, Abdulkader Marawi, Carla Sánchez y Antonio Colomina, hablan con vehemencia pero con la certeza de quien conoce la realidad. «Aquí en ese edificio de 10 casas cinco o seis están ocupadas», explica el presidente de la asociación de vecinos de Colonia Requena, Andrés Colomina. Se refiere al bloque en el que vive Abdulkader Marawi, en el que recientemente afrontaron un problema con la bajante y tienen que pagar 4.000 euros que reconoce que no sabe cómo van a costear con solo 4 vecinos que sean propietarios. La otra mitad del bloque está ocupado. Son pisos de bancos o de propietarios que se han desentendido de ellas y en algunos casos no pagan ni la comunidad.

El de Abdulakader no es un caso excepcional en Colonia Requena. Andrés Colomina se muestra tajante: «No tenemos un número exacto, pero por encima del 50% de las viviendas están ocupadas». Unas cifras de las que no dispone nadie por la dificultad que entraña dar datos de una actividad ilegal y que permanece en la economía sumergida.

La ocupación es una preocupación para los vecinos del barrio, y además les genera problemas de mantenimiento: «¿Qué hacemos si se rompe la bajante o una antena?, ¿lo pagamos entre dos o tres?, ¿entre gente mayor que no puede gastarse ese dinero ni cambiar de casa?», se pregunta Colomina.

«Si tienes familia, te quedas en la calle y te metes en un piso pero respetas la escalera y la comunidad, pues ahí puedo entenderlo -aunque esté mal igual- pero conozco a ocupas que viven como Dios, se ve quién lo necesita y quién no», explica el dirigente vecinal.

El problema radica en que el perfil de persona que entra a una vivienda de manera ilegal es muy variado. Carla Sánchez conoce a una persona que está de ocupa desde hace años: «Vino con sus niños pequeños, ha estado hablando con el banco la manera de pagar un alquiler social pero de momento como la casa está arreglada y en el bloque hay otros pisos del banco que ella evita que ocupen pues le dejan vivir ahí», explica.

«No tiene sentido que lleves toda la vida pagando y que porque venga una mala racha te echen a la calle. Los obligas a que ocupen una vivienda, ponles un alquiler social o busca una manera pero no los tires a la calle. Luego esa vivienda se queda vacía, se mete alguien de ilegal y ya no los puedes tirar», denuncia por su parte Colomina.

Pero no son los únicos casos. «Si un piso está mal, sabes que hay un ocupa dentro. Tienen las casas destrozadas, generan problemas, algunos tiran basura por el patio y eso a los vecinos les quema» afirma Colomina. Sánchez también explica que hace unos meses se metieron en un bajo cerca del bar en el que trabaja y desde la ventana traficaban con sustancias estupefacientes: «Tampoco estuvieron aquí mucho tiempo, pero fue descarado».

La inseguridad es otro de los problemas relacionados con la ocupación que denuncian los vecinos. «En nuestra escalera, hace una semana, intentaron meterse en una casa. Cuando entraba vi a tres personas en la calle que no me sonaban de nada y cuando me metí al portal uno de ellos vino detrás y aguantó la puerta. Me metí en mi casa pero me quedé pendiente y subieron. Llamamos a la policía y no se metieron», explica Carla Sánchez.

Esta joven también denuncia que en algunos casos los ocupas hacen negocio con esta práctica. «Se meten en una casa y piden dinero para irse, entonces se meten en otra y vuelven a pedir dinero para irse».

«El problema es que no hay una opción de vivienda digna para las personas», afirma Colomina, quien también se queja del abandono institucional de la Zona Norte. «Los chavales que se quieren meter van buscando pisos del banco y no quieren hacer daño a nadie, que está mal de todas formas pero en algún sitio tienen que estar. No hay alquileres sociales y si te metes a esperar una vivienda de protección y te tiras cuatro años esperando... Lo que está claro es que lo que hay ahora mismo no funciona».

Colomina insiste que el Ayuntamiento y la Generalitat deberían hacerse cargo de los problemas de ocupación que arrastra la Zona Norte. «El parque de viviendas públicas también está destrozado y no se hace seguimiento, es imprescindible que haya una continuidad para que las tenga quien las necesita», afirma Colomina.

Un extremo que también defienden desde la Plataforma contra la Pobreza, donde consideran que Alicante no cuenta con un parque suficiente de vivienda social. «Estamos dejando el derecho a la vivienda en manos del mercado puro y duro, por lo que las personas de rentas bajas se quedan fuera, así que el número de ocupación en las zonas con menos recursos crecerá», afirma Kike Romà.

No es el único problema de vivienda en la Zona Norte. Los vecinos también denuncian que algunos pisos están siendo reformados para hacer más habitaciones y pueden llegar a vivir 10 personas en una casa. «Los pisos están a 600 euros en esta zona, la gente no puede pagar eso, así que una casa patera o de ocupa», explica Carla Sánchez.

Un abandono que, insisten, agrava el deterioro de la zona. «El año pasado los ocupas decidieron de bajarse un poco más para el centro, a la parte de Carolinas, y ahí se preocuparon un poco. En las urbanizaciones esas que hay tan bonitas, ¿a qué no entran allí? y también hay viviendas vacías, es que no les dejan entrar. Pero aquí, como es la Zona Norte que vale todo, pues bueno, mientras están ahí no están abajo», denuncia Colomina.