La liberalización del peaje en la AP-7 en San Vicente del Raspeig prometida por el ministro de Transportes, Óscar Puente, este pasado viernes en su visita a Alicante es el primer paso para una enorme transformación de las infraestructuras y conexiones terrestres de la ciudad. El proyecto del Ayuntamiento, en colaboración necesaria con el Gobierno de España, va mucho más allá: transformar la actual circunvalación de Alicante en una ronda metropolitana desde Orgegia hasta la Universidad de Alicante, similar a la Vía Parque o la Gran Vía.
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Uno de los principales objetivos del Ayuntamiento de Alicante a medio y largo plazo en materia de movilidad es convertir la A-70, en el tramo Universidad-Orgegia, en un viario de formato «más blando, tipo bulevar», ha explicado el alcalde, Luis Barcala.
La intención es transformar la actual circulavación 'dura', es decir, dos carriles por sentido con una mediana en una vía de carácter urbano. Esto es, aunque se mantenga la distribución de tráfico, dejaría de ser una vía rápida para convertirse en una avenida más de la ciudad, con árboles a los lados (según la proyección mostrada por el alcalde al ministro), semáforos, cruces y salidas.
Ya no serían solo las actuales de Villafranqueza y la que da a la rotonda de la Universidad, sino que este bulevar permitiría «la permeabilidad entre territorios y la diversificación del tráfico urbano-metropolitano», abriría mucho más accesos. En palabras técnicas, «mejora la integración territorial, el pasaje y la vertebración de elementos naturales de alto valor como las Lagunas de Rabasa, las Lomas de Garbinet y el Monte Orgegia».
La circunvalación dejaría de ser una barrera entre la Zona Norte de Alicante y la expansión de la ciudad hacia estas localizaciones. También se abriría a la conexión con Vistahermosa Norte, en la actualidad en urbanización. Estos terrenos en el Garbinet también podrían beneficiarse de estar conectados al nuevo bulevar y convertirse en una nueva zona de expansión urbanística de la ciudad.
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Para conseguirlo, el Consistorio considera fundamental «la eliminación del peaje de la actual AP7« para que todo el tráfico pesado y que no se dirija al casco urbano de Alicante se vaya por la A-77 y la AP-7, que actuaría como segunda circunvalación (estilo la M-30 y M-40 de Madrid, dos anillos que circundan la ciudad). De esta manera, dejarían de pasar unos 20.000 vehículos al día y se evitarían los atascos matutinos en determinados puntos como el túnel de Sant Joan o la rotonda a la Universidad de Alicante.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ya ha trasladado la predisposición del Ejecutivo a liberar el peaje, que tendría un coste menos oneroso que crear un tercer carril en la A-70, algo que, no obstante, el Gobierno sí contempla a largo plazo, cuando toda la zona se urbanice.
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