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El cambio de armario es una de las tareas del hogar más tediosas, pero llegados a esta época del año no nos queda más remedio que afrontar lo inevitable. Tener los bañadores dando vueltas por los cajones o los vestidos de la playa todavía colgados en las perchas no tiene ningún sentido, así que vamos a aprender de las profesionales de la organización para poner un poco de orden en los armarios sin que se nos haga bola. En primer lugar, reserva una mañana o una tarde entera para hacer el cambio del tirón. Cuanto menos lo pienses, mejor. En cuatro o cinco horas tendrás el armario limpio y organizado.
Lo primero que vamos a hacer es vaciar el armario y organizar toda la ropa por categorías: pantalones, vestidos, camisas, camisetas, chaquetas, accesorios, bañadores, bermudas... Ahora empieza lo complicado: decidir qué nos vamos a quedar, qué vamos a regalar, donar o vender y qué vamos a tirar directamente a la basura. Las expertas aconsejan a sus clientes hacerse una serie de preguntas antes de tomar la decisión de con qué prendas se van a quedar: ¿Cuántas veces he utilizado este pantalón en los últimos meses? ¿Qué ocurriría si no tuviese esta chaqueta? ¿Realmente me hace falta este vestido?
Otra idea que nos puede ayudar a hacer limpieza es usar el truco de la percha: coloca todas las perchas del revés y cada vez que uses una prenda dale la vuelta al enganche. De esta manera, cuando te enfrentes al cambio de armario sabrás de un vistazo qué ropa no te has puesto en toda la temporada. Consejo de experta: «No guardes nada que no esté en consonancia con tu momento vital. Quédate únicamente con prendas que encajen con tu estilo actual y que realmente te favorezcan».
Una vez seleccionados los descartes, ten a mano tres bolsas grandes de plástico: «En una pon la ropa en buen estado para donar o vender, en otra mete las prendas que vas a tirar y utiliza la última para la ropa que no vas a usar de manera temporal por un cambio de talla, un embarazo o por el motivo que sea, pero de la que no quieres desprenderte por el momento. Aunque cuidado con esta última categoría porque aquí puedes acabar guardando muchas cosas 'por si acaso' y que el 'acaso' no llegue nunca», advierte la organizadora Begoña Pérez, conocida en redes sociales como La Ordenatriz.
Lava las prendas que decidas quedarte para la próxima temporada y guárdalas en cajas o bolsas al vacío en función de tus necesidades. Antes de volver a llenar el armario con la ropa de otoño e invierno, aprovecha que lo tienes vacío para hacer una buena limpieza. Pasa una bayeta mojada en agua jabonosa por el interior, aclara y seca muy bien. «Recuerda limpiar las perchas con la misma solución porque, aunque no lo parece, se ensucian mucho y pueden manchar la ropa».
El siguiente paso es definir un espacio en el armario donde colocar cada tipo de ropa siempre por categorías: chaquetas con chaquetas, camisetas con camisetas, sudaderas con sudaderas.... Las expertas en organización recomiendan «colgar todo lo posible» y usar una percha por prenda «porque todo lo que no vemos, no existe», resume Alicia Iglesias de Orden y Limpieza en Casa. Aprovecha también para revisar si necesitas más separadores, barras o algún cajón de más para adaptar la distribución del armario a tus necesidades.
Vamos a por las baldas y los cajones. Los bolsos y sombreros siempre en las estanterías. También los jerséis de invierno, que irán doblados en horizontal y nunca en dos montones (uno delante y otro detrás) por esa máxima de lo que lo que no se ve no existe. Vaqueros, camisetas, pijamas, ropa interior, ropa de deporte, calcetines e incluso complementos como pañuelos o cinturones irán en los cajones doblados en vertical. Aprende bien esta técnica porque te va a resultar todo un hallazgo. «Además de optimizar el espacio, colocar las camisetas o los pantalones en vertical te permite ver de un plumazo todo lo que tienes y además no necesitas desmontar una torre de ropa para coger la prenda que necesitas», coinciden las profesionales de la organización.
¿Y qué se hace con todas esas prendas de ocasiones especiales o de temporada como los disfraces de carnaval, la ropa de esquí o la de monte? «Se doblan también en vertical, las metemos en una caja con su correspondiente etiqueta y al altillo, que es donde debemos colocar las prendas de uso ocasional».
«Ordenar los zapatos puede llegar a ser un gran problema», reconoce la organizadora profesional Begoña Pérez. «Ten a mano solo los de temporada y guarda el resto en una caja debajo de la cama, en el altillo o dentro del canapé. La idea es que no sea hermética para que proteja del polvo, pero permita que el interior se ventile». Si vamos a colocar la caja en un altillo, la organizadora recomienda las semirrígidas de tela plastificada con cremallera, mientras que si va a acabar en un trastero es mejor optar por una de plástico. Antes de guardarlos es conveniente limpiarlos bien, además de cepillar las suelas. Si huelen, se pueden meter bolsitas de bicarbonato en su interior. «A continuación, los juntamos por parejas empeine con talón, con las suelas hacia fuera y los metemos dentro de un gorro de ducha o una calza de hospital». Las botas altas, por ejemplo, se pueden guardar con un churro de piscina metido en la caña para que no pierdan la forma o colgadas de una barra con una percha especial.
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