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¿Problemas para dormir? Remedios naturales para descansar mejor

¿Problemas para dormir? Remedios naturales para descansar mejor

Cada vez existen más productos para dormir que no son medicamentos: hay que elegir el que más se ajusta a nuestro caso

Sábado, 3 de febrero 2024

En las farmacias españolas se repite la misma escena un sinfín de veces. Entra alguien, cuenta que duerme fatal y que no quiere tomar 'medicamentos' y, tras dar todo tipo de detalles, termina su parlamento con un 'qué puedo tomar'. Y el asesoramiento es clave: ... cada vez existen más productos para dormir que no necesitan receta y hay que elegir el que más se ajusta a nuestro caso. Porque lo de dormir mal es una expresión muy genérica... No es lo mismo que sea algo puntual, que tener dificultades siempre para quedarse dormido o que las complicaciones residan en tener muchos despertares o un sueño tan ligero que no es reparador. El caso es que la Sociedad Española de Neurología estima que, por distintos motivos, el 48% de los adultos y el 25% de los niños no tienen un sueño de calidad.

Raquel Ramos, farmacéutica comunitaria, confirma la alta demanda de las sustancias de venta libre para dormir. «Durante la pandemia, por el nerviosismo, hubo un repunte muy alto que se mantiene», aclara. Ahora mismo hay un colectivo que es el que más se decanta por estas opciones 'de farmacia': las personas de 35 a 60 años, un segmento que, en principio, no es el 'sospechoso habitual', porque, como recuerda la farmacéutica, son las personas más mayores las que llevan con resignación el sambenito de dormir fatal y de tomar de todo para solucionarlo... y es verdad. «Muchos de ellos ya no toman remedios sin receta, sino que van al médico a que les den benzodiacepinas», apunta Ramos. Estos fármacos son nuestros viejos conocidos contra el insomnio y la ansiedad: lorazepam (Orfidal), diazepam (Valium), el alprazolam (Trankimazin), clonazepam (Rivotril)...

Lo que pasa con estos medicamentos es que a largo plazo crean dependencia y a mucha gente le dan cierto reparo. Y es lógico: los hipnosedantes son la tercera droga más consumida entre la población española entre 15 y 64 años y, junto con el alcohol, las sustancias que más urgencias hospitalarias generan en España, según el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA). «Como cada vez hay que incrementar más la dosis para que hagan efecto, a veces la gente se excede», aclara María Barado, profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

¿Tan mal dormimos? Bueno, a veces exageramos. «Decimos que no hemos pegado ojo en toda la noche y luego resulta que hemos dormido 5 horas (tal y como hemos comprobado en estudios con pacientes), así que la percepción del sueño es muy subjetiva y quizá no tengamos un problema. Pero, si estamos preocupados o el problema se alarga, lo que hay que hacer es ir al médico de cabecera», indica Ainhoa Álvarez, coordinadora del grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española de Sueño. Si aún no queremos pasarnos por la consulta, las tres expertas explican las opciones de venta libre disponibles en el mercado y para qué casos van mejor.

Melatonina

Es una neurohormona que sirve para regular el sueño, los llamados ciclos circadianos. España es toda una potencia mundial en el consumo de melatonina, que, según algunos expertos, se disparó tras la pandemia en torno a un 130%. «Antes ya era conocida por gente que la usaba, sobre todo, para reducir los efectos del 'jet lag'», apunta Raquel Ramos. Se comercializa con una concentración del 1,99% (el 2% sería el máximo permitido sin receta, por lo que, si necesitamos dosis más altas, ya tendríamos que acudir al médico). ¿Para quién es aconsejable? En dosis de farmacia es una sustancia muy segura que interacciona poco con otras.

«Lo que pasa es que no es tan rápida como tomarse un lorazepam, claro. Hace falta un poco de paciencia y 'jugar' con ella. Por ejemplo, tomar una versión 'retard' para que se libere durante la noche si lo que tenemos son muchos despertares o una de acción rápida si el problema es pillar el sueño. Se pueden combinar», apunta Ramos, quien, no obstante matiza que sería un buen remedio para una temporada. ¿Efectos secundarios? Algunos consumidores se quejan de somnolencia al día siguiente y de dolores de cabeza –aunque no hay estudios concluyentes al respecto– y de tener sueños muy reales e incluso pesadillas. «En niños sí que se han constatado problemas si se toma de forma continuada (dolor de estómago, dificultad para dormir), de ahí que la mayoría de los pediatras solo lo consideren para un periodo no mayor a un mes», añade la profesora María Barado.

Fitoterapia

En pastillas, infusiones, extractos... Los preparados 'de hierbas' –de una sola o combinando varias– son una opción muy socorrida. ¿Cuál gusta mucho a los farmacéuticos? La pasiflora, «que tiene una estructura similar a la de las benzodiacepinas y se puede tomar de seguido, sobre todo cuando es la ansiedad del día a día lo que quita el sueño», apunta Ramos. Valeriana, melisa, magnesio, triptófano... también van bien, según los consumidores (aunque cada cual es un mundo). «Pero, ojo, siempre hay que asegurarse de que no interaccionan con ninguna medicación que tomemos: que sean cosas naturales no quiere decir que sean inocuas», apunta. Álvarez aporta un 'truco' para elegir el mejor producto: optar siempre por el de prospecto más largo. «Suele indicar que ha pasado más estudios», añade.

Antihistamínicos

Hay pastillas para dormir de venta libre que son en realidad antihistamínicos (fármacos para la alergia). Pero, como tienen como efecto secundario la somnolencia, se usan para casos de insomnio. «Son efectivos pero te dejan cansado. No son para tomar seguido», recomienda Ramos. «Generan sensación de resaca», confirma Álvarez.

Dormir mal, en datos

Afectados. Hay casi 4 millones de españoles que padecen algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave y 12 millones que se levantan cada día con sensación de no haber descansado bien, según los datos de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño.

Menos tiempo del necesario. En nuestro país vamos algo escasos de sueño: 7,13 horas al día de media. Lo normal en una persona adulta joven es dormir entre 6 y 10 horas –entre 7 y 9, lo recomendado–. Una duración de sueño mayor o menor de ese rango no es saludable. Y dormir muchas horas puede tener un impacto en la calidad de vida tan negativo como el insomnio, advierten los expertos. Este abanico de horas se refiere a personas entre 24 y 64 años, ya que los niños necesitan más y los mayores, menos (pero con más siestas, que tambien hay que sumarlas al cómputo total de horas).

Búhos, alondras... Según la duración, hablamos de dormidores largos y dormidores cortos; y, según la hora de acostarse y levantarse, se identifican cronotipos vespertinos –búhos– y matutinos –alondras–. Por ello, hay gente que con 6 horas se levanta despejada y funciona estupendamente todo el día, y otros que necesitan 10.

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