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Mantas de diez kilos para combatir el insomnio

Mantas de diez kilos para combatir el insomnio

El peso ejerce presión, relaja el cuerpo y ese efecto... ¿favorece el sueño?

Martes, 3 de diciembre 2024, 19:01

Hace unos días, la modelo y empresaria Eugenia Silva preguntaba a sus miles de seguidores en redes sociales si le podían recomendar alguna marca de manta pesada, una especie edredón de varios kilos de peso que se ha puesto muy de moda en todo el mundo para combatir el insomnio y la ansiedad. Eugenia es la última de una larga lista de personas conocidas y no tan conocidas en unirse a este fenómeno de las 'weighted blankets', que se pueden encontrar en tiendas especializadas y grandes superficies desde 30 euros en su versión más económica hasta los casi 300 que cuestan los modelos más sofisticados.

La clave de su éxito radica precisamente en el peso de su relleno, compuesto en la mayoría de los casos de microperlas, granos de vidrio tratado o bolitas de plástico, distribuidas de forma homogénea por toda la superficie del edredón gracias a las costuras en forma de cuadrado que reparten perfectamente todo el material. «Se supone que la presión que ejerce el peso adicional de la manta sobre el cuerpo funciona como un masaje: los músculos se relajan y ese efecto calmante favorece que nos entre el sueño», adelanta la doctora Ainhoa Álvarez, coordinadora del grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES).

El uso terapéutico de las mantas pesadas no es nuevo. Se utilizan desde hace tiempo con relativo éxito en pacientes con trastornos psiquiátricos para rebajar sus niveles de ansiedad mientras duermen. De hecho, un estudio realizado hace poco por el Departamento de Neurociencia del Instituto Karolinska de Estocolmo concluye que el uso de este tipo de edredones, que se comercializan en diferentes medidas y pesos, puede ser de gran ayuda en el tratamiento de enfermedades como la depresión, el trastorno bipolar o la ansiedad. En cualquier caso, la recomendación de los expertos es que la manta sea de uso individual y no supere en ningún caso el 10% del peso corporal de la persona que se va a tapar con ella.

La postura perfecta

La doctora Álvarez se muestra algo escéptica con los supuestos beneficios de este tipo de cobertores para la población en general. «En las últimas guías internacionales sobre el manejo del insomnio no aparece el uso de mantas pesadas, pero es verdad que se han publicado varios artículos en los que este tipo de edredones con peso muestran ciertos beneficios en grupos con determinadas patologías. Los resultados son esperanzadores, pero de momento no hay estudios suficientes en personas con dificultades para conciliar el sueño, pero sin enfermedades de base». «También ocurre –añade la especialista– que en las personas con insomnio el efecto placebo es muy alto, de manera que el simple hecho de usar algo que creen que les va a a ayudar a dormir, en este caso una manta pesada, casi siempre mejora el sueño».

Además del peso de la ropa, aspectos como la postura también influyen. «La mejor es la que nos resulte más cómoda, siempre que no afecte negativamente a nuestra salud». En general, dormir de lado, sobre todo del izquierdo, es la posición más adecuada, mientras que hacerlo boca abajo es la menos aconsejable porque deriva en problemas de espalda y cervicales. Boca arriba está contraindicado para las personas que roncan o sufren de apneas del sueño».

Buenos hábitos para un descanso de calidad

  • Establece un horario de sueño regular: es bueno acostarse y levantarse cada día a la misma hora.

  • Presta atención a los factores ambientales: «mantener el dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado y con una temperatura ambiental de entre 18 y 22 grados es fundamental para conciliar el sueño», enumera la doctora Ainhoa Álvarez, experta en insomnio.

  • Mantén la cama en buenas condiciones: es importante dormir en un colchón adecuado a las características de cada persona. La almohada también debe tener la densidad y altura adecuadas. «Y, ojo, la cama es solo para dormir o para sexo. Ni para leer ni ver la tele ni trabajar», advierte la también presidenta de la Sociedad Española del Sueño (SES).

  • Regula los horarios de las comidas: no comas ni bebas grandes cantidades durante las tres horas previas a acostarte, ya que las comidas copiosas producen digestiones pesadas que interfieren con el sueño.

  • Haz ejercicio físico: al menos unos 40 minutos todos los días. Eso sí, la última sesión deportiva debe acabar unas cuantas horas antes de acostarte para estar relajado.

  • Fuera móviles y pantallas: Fuera móviles y pantallas: los expertos en sueño aconsejan rebajar la exposición a la luz azul a partir de las ocho de la tarde y eliminar la presencia de cualquier dispositivo electrónico del dormitorio para garantizar un buen descanso porque no solo impiden conciliar el sueño sino que además pueden desvelarle.

  • Vete a la cama en cuanto tengas sueño: no es bueno que te quedes dormido viendo la tele en el salón, ya que luego te resultará más difícil volver a dormir en la cama.

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