Secciones
Servicios
Destacamos
Que te vendan gominolas en la frutería resulta tan chocante como que se pueda comprar el pan en la farmacia. Quizás en defensa de barras y bollos pueda decirse que el pan resulta un producto básico de nuestra dieta, saludable... Pero, ¿las pastillas de goma? Por mucha forma de plátano y fresa que luzcan, ¿qué narices pinta el emblema de la cosa guarra en el templo de la alimentación sana? Pues tiene una explicación; y los fruteros la consideran suficiente como para justificar la presencia de uno de los dulces más adictivos entre peras, manzanas, plátanos y naranjas. Así y todo, médicos y nutricionistas no lo ven.
Cada vez más fruterías de toda España intercalan entre sus cestos de puerros y judías verdes, una cajita de gominolas, que como el resto del género se compran a granel. Se mete uno o varios puñados de ellas en una bolsa y se pagan a peso. ¿Debería reservarse su venta sólo para las tiendas de chucherías, ultramarinos o locales de ocio? ¿Supone un engaño para el consumidor hacerle creer que está adquiriendo un producto sano cuando en realidad puede tratarse de una auténtica bomba de azúcar?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lo tiene claro. «Lo de poner fruta en las chuches es un engaño», afirma un portavoz del colectivo. Interesada por saber qué cantidad de producto real, aroma o jarabe de fruta contienen todos estos dulces, la asociación analizó el contenido de varias marcas de caramelos de goma. Algunos contenían zumo natural de fruta concentrado. «Naturales sí, pero igual de engañosos», concluyeron.
Otros llevan el «reclamo» de 'con aromas de frutas' y lo que en realidad contienen son «muchos aditivos, colorantes y aromas para que nos sepan a algo. Pero utilizar el reclamo de la fruta (tanto en el texto como en los dibujos de sus paquetes) nos parece casi un insulto», concluyeron. «Algunos fabricantes de golosinas nos quieren dar gato por liebre y se empeñan en utilizar como reclamo el término 'saludable'. Nunca masticarás fruta con una chuchería. En los dulces más generosos, el porcentaje de zumo concentrado oscila entre el 1,5% y el 5%. Hasta ahí», subrayan de forma determinante. El resto es gelatina, humectantes, acidulantes, jarabes...
Los comerciantes se defienden, aunque no todos han querido hablar para este reportaje. Varios han rechazado la invitación. No es el caso de la red de fruterías vascas Zelaia. Su administrador Juan Antonio García, explica que la cadena que dirige solo vende un tipo de gominola «muy concreta y, elaborada a base de pectina», una fibra presente en la fruta, que funciona como un espesante natural.
«No son las mismas que puedes encontrar en una tienda de golosinas, que también nos las ha ofrecido algún fabricante muy conocido y las hemos rechazado», explica el comerciante. La razón por la que optaron por el producto que venden fue «su composición natural», la misma por la que en otro tiempo incluyeron en su oferta una «mermelada que no era tal porque en realidad estaba elaborada a base de fruta en un 100%».
La médico Ana Tellería, especialista de la Unidad de Dietética y Nutrición del centro médico quirúrgico IMQ Zurriola, no lo ve, por varias razones. Las gomas de frutería, según explica, suelen tener formas variadas, todas de fruta. Las hay de plátano, fresa, moras... Juegan con el imaginario colectivo, especialmente con el de los niños para hacer creer al cliente que se trata de un producto saludable. «Y de eso nada».
Salvando las distancias, los fruteros estarían haciendo algo parecido a lo que se hizo en otro tiempo con los cigarrillos de chocolate. Con la diferencia, razona Tellería, de que aquí todos son frutas, las de verdad y las de goma, un producto que además de espesantes, gelificantes y aromatizantes lleva, sobre todo, abundante azúcar.
Además, las gominolas, como la fruta, se venden a granel, en cestas estratégicamente colocadas en la zona de las cajas para que piquen los mayores y, sobre todo, los niños que les acompañan. «El marketing busca evitar que el comprador se sienta culpable al adquirir algo que no es saludable, pero lo parece. Con el consumo de gominolas, los niños aprenden a comer de una manera del todo incorrecta, de forma desmesurada, sin control y con un patrón de ansiedad que, seguramente, repetirán cuando sean adultos». La compra a granel favorece, para colmo, la adquisición de grandes cantidades de producto.Es algo que los publicistas conocen bien.
La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria comparte este mismo criterio. «Se trata de una estrategia comercial que nada tiene que ver con la fruta», concluye la presidenta de la organización profesional, la médico nutricionista Carmen Pérez-Rodrigo. «Venden gominolas, como conservas, sobaos o magdalenas».
Quizás el ejemplo del pan en la farmacia al comienzo de esta información le haya resultado exagerado. No lo es tanto. Hubo una farmacia en pleno centro de Bilbao que lo vendió hasta que el colegio de farmacéuticos de Bizkaia le forzó a retirarlo de la oferta. Medicinal sí, pero sin pasarse. Cualquier día podrán comprarse prótesis en la pescadería y suplementos vitamínicos en la tienda de golosinas. ¡Quién sabe! ¡Al tiempo, que todo llega!
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.