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Cera en los oídos, ¡fuera bastoncillos!

Cera en los oídos, ¡fuera bastoncillos!

Es una sustancia protectora, así que no debemos limpiar 'de más'. Basta secarnos bien tras la ducha y pasar un paño húmedo por la zona externa

Miércoles, 11 de octubre 2023, 00:19

Aunque a veces pueda resultar incómodo e incluso antiestético, que los oídos produzcan cera es de lo más normal. De hecho, el problema sería que no lo hicieran, porque esta sustancia pegajosa de color amarillento tiene una importante misión protectora en nuestro organismo. «La secreción de las glándulas ceruminosas que hay en el conducto auditivo externo no solo dificultan la entrada de cuerpos extraños al oído, sino que también mantienen un pH adecuado para evitar la aparición y propagación de infecciones», explica el doctor José Manuel Morales Puebla, vocal de la Comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC).

Entonces, ¿debemos extraer el cerumen o no? «En condiciones normales, los oídos son autolimpiables. Es decir, son capaces de eliminar las partículas acumuladas en las partes más sensibles del canal auditivo de manera natural, por lo que no deberíamos hacer ninguna limpieza especial más allá de secarlos bien después de salir de la ducha y limpiar la zona externa con un paño húmedo. En la mayoría de los casos, el exceso de cerumen es un inconveniente menor», coinciden los especialistas.

Bastoncillos, nunca

«La cera que se va produciendo sale hacia la apertura del conducto auditivo sin que nosotros hagamos nada. Solo los oídos con conductos estrechos, angulados o con exóstosis pueden requerir limpiezas periódicas realizadas por un profesional, como suele ocurrir también con los intervenidos», aclara el doctor Morales, otorrinolaringólogo en el Hospital Universitario La Paz (Madrid).

Lo que desaconsejan rotundamente todos los especialistas es el uso de bastoncillos. «Limpian la parte más exterior de la cera, pero empujan otra parte hacia el interior del conducto, favoreciendo así la acumulación de cerumen y la posible formación de tapones. Además, la manipulación del oído con bastoncillos de algodón puede ocasionar traumatismos en el conducto auditivo, en el tímpano y, en ocasiones, incluso en los huesecillos del oído medio», advierte el vocal de la Comisión de Otología.

Problemas

Si notamos dolor, pérdida de audición, mareo, zumbidos...

Pese a que la presencia de cera en los oídos es «lo normal y lo sano», hay ocasiones en las que esa producción de cerumen se vuelve excesiva y deriva en los molestos tapones, que pueden llegar a causar mareos, picor, zumbidos e incluso pérdida de audición al bloquear por completo el canal auditivo. «Los tapones se limpian habitualmente con agua, salvo en oídos operados o con unas condiciones muy determinadas que hacen necesaria la valoración por parte de un otorrinolaringólogo. Si después de limpiar la obstrucción, el paciente no recupera el nivel de audición habitual debería someterse a una audiometría lo antes posible», recuerdan en la SEORL CCC.

Como no se puede ver el interior del oído a simple vista, desconocemos la cantidad de cera que tenemos acumulada, «por eso es importante estar atento a una serie de señales que nos pueden indicar que tenemos una obstrucción: dolor (la cera ejerce presión sobre el tímpano), pérdida de audición (el canal auditivo queda bloqueado), mareos, vértigos, náuseas o desequilibrios (cuando el taponamiento afecta al tímpano), sensación de tener tapados los oídos (en este caso la cera afecta a la trompa de Eustaquio), zumbidos (el exceso de secrecion es una de las causas del tinnitus) y tos, porque la garganta y los oídos están conectados. Por norma general, estos síntomas aumentan de manera gradual a medida que pasa el tiempo», señalan los expertos.

¿Y para nadar en la piscina?

Al margen de la causa del taponamiento (limpieza insuficiente, sobreproducción de cera, eczema, estrechamiento del canal auditivo, otitis externa...), los especialistas advierten sobre «el peligro» de los remedios caseros para eliminar los tapones de cera (velas, chorros, bastoncillos...), porque no solo pueden causar lesiones como quemaduras, sino que pueden perforar el oído. «Lo más indicado es acudir a un especialista», insisten.

Otra de las dudas más frecuentes es si se deben usar tapones para nadar en la piscina. «Si los oídos son anatómicamente normales, no es necesario. Sí estarían recomendados si hay perforación del tímpano. También en los casos de conductos estrechos, angulados o con exóstosis en los que el agua puede quedar en el fondo del conducto y producir infecciones como otitis», explica el doctor Morales.

¿Cuándo debemos preocuparnos?

«Cuando el cerumen adquiere una consistencia cremosa y en ocasiones maloliente es porque está infectado. Aunque las otitis suelen ser dolorosas y es el dolor lo que hace consultar al paciente, determinadas infecciones como, por ejemplo, los hongos, no se acompañan de dolor. Si observamos cambios en la consistencia o fetidez en el cerumen hay que consultar con el especialista», aconseja Morales Puebla, vocal de la Comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.

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