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Ser agradecido, optimista, perdonar... protege contra la hipertensión
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Ser agradecido, optimista, perdonar... protege contra la hipertensión

Mejora la salud cardiovascular... ¡en sólo doce semanas!

Miércoles, 24 de abril 2024, 20:57

No es cuestión de religiosidad, sino de paz interior. Un estudio realizado en Brasil con el amparo del Colegio Americano de Cardiología concluye que cuanto más se trabaja uno la espiritualidad, menos hipertensión sufre. No se trata de creer en la vida eterna y la ... existencia de Dios –eso, allá cada cual–, sino de afrontar la vida con una visión optimista, ejercitando la gratitud y el perdón, tanto hacia los demás como hacia uno mismo. Actuar así, según ha demostrado la investigación, rebaja los niveles de presión arterial de manera notable. Además, este efecto físico se logra y es medible... ¡en solo doce semanas!

La hipertensión está considerada como uno de los grandes problemas de salud de la sociedad occidental, que es algo que permite comprender el alcance de este trabajo, por lo práctico que puede resultar. El mantenimiento continuado de lo que la población conoce como 'tener la tensión alta' es una complicación que se genera cuando la sangre viaja por las venas a una velocidad mayor de la necesaria y recomendable. Lo ideal es que eso que los médicos llaman presión diastólica y el resto de los mortales conoce como 'la baja' se sitúe entre 80 y 85;y que la sistólica, 'la alta', se encuentre por debajo del índice de 120 ó 130.

El asesino invisible

La fuerza que ejerce el torrente sanguíneo sobre las paredes de venas y arterias –que es de lo que hablan todos estos números– no es una cuestión baladí. Las personas hipertensas tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, sobre todo problemas coronarios y de tipo cerebral, como infartos de miocardio y derrames, enfermedades, que son la primera causa de muerte en España y que tienen en la hipertensión a uno de sus principales aliados.

Además de por todas estas razones, el valor del estudio realizado en Brasil radica en el hecho de que en nuestro país, en línea con lo que ocurre en el resto de Occidente, el 42,6% de la población mayor de 18 años es hipertensa. Más los hombres (49,9%) que las mujeres (37,1%). Si quiere saber algo más sobre tan potente enemigo de la salud, tome nota: la hipertensión no da síntomas. Por eso la llaman 'el asesino invisible'.

Tómese la tensión

  • Contrólese usted mismo Lo mejor es tener 'la baja' entre 80 y 85 y la 'alta entre 120 y 130.

  • Cuidado, esto no da síntomas La hipertensión no causa mareos, ni dolor.Si se manifiesta, es tarde.

  • Tómesela a partir de los 20 años Los médicos aconsejan vigilarse con regularidad a partir de esa edad.

Estudios anteriores habían destacado ya el valor de la espiritualidad en el bienestar emocional humano. Actividades como la meditación, el mindfulness y las interacciones sociales positivas, como puede ser trabajar como voluntario en un comedor social, se han demostrado beneficiosas para la salud cardiovascular. La mayoría de todos esos trabajos eran simplemente observacionales, es decir, de tipo estadístico o demográfico. Esta vez, los investigadores se propusieron dilucidar si la espiritualidad, definida como los valores morales y personales que guían nuestras vidas y relaciones con los demás, podría ayudar de alguna manera a controlar la presión arterial y mejorar la salud cardiaca.

Mejor que algunos fármacos

La cardióloga María Emilia Teixeira, del Hospital universitario de Goiás y autora principal del trabajo, está satisfecha de los resultados obtenidos. Los participantes lograron rebajar sus niveles de hipertensión en cifras que se sitúan por encima de lo que se consigue con otras intervenciones no farmacológicas, e incluso con algunos medicamentos. «Con este nivel significativo de la presión arterial (en torno a d7 mmHg) podría vivirse más tiempo con menos posibilidades de sufrir un ataque cardiaco, enfermedades renales, derrames cerebrales o discapacidad en el futuro», valora la especialista.

Los investigadores evaluaron el estilo de vida de los participantes, su uso de medicamentos, les tomaron la presión arterial y obtuvieron datos de lo que llaman dilatación mediada por flujo, que es una prueba no invasiva que sirve para verificar el estado de los vasos sanguíneos. Después, la mitad de ellos recibieron un mensaje diario de whatsapp, que les animaba a hacer una pausa para reflexionar. El objetivo era que en un momento determinado del día se detuvieran a centrarse en la importancia de desarrollar determinados valores, en pensar en un propósito de vida o en completar una tarea breve del tipo de escribir un mensaje de gratitud.

Doce semanas después, los 50 voluntarios que habían seguido estas pautas experimentaron una caída significativa de su presión arterial, tanto a nivel individual como colectivo. La mejora se cifró en un 4,5%. Los otros 50 experimentaron un empeoramiento significativo, del entorno del 3%. Puede criticarse a este trabajo, como dicen sus autores, que se realizó con un número bajo de voluntarios. Pero sus resultados coinciden con los de otros similares que han intentado evaluar, por ejemplo, el impacto del mindfulness en la salud.

En la hipertensión influye el envejecimiento, pero sobre todo actitudes no saludables como el estrés, el sedentarismo, el abuso de la sal, el café, los estimulantes; también la obesidad, la diabetes... Desde hace tiempo es conocido que evitarlas, protege. Ahora también se sabe que el fomento de otras actitudes, como el desarrollo y cuidado personal, también tienen ese beneficio.

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