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En más del 5% de las relaciones estables se consiente el sexo con terceros, según algunos estudios que maneja la Asociación Española de Sexología Clínica. ¿Sorprendidos por la cifra? Pues ahí va otra: una de cada cinco personas ha tenido alguna vez relaciones abiertas, según ... un estudio realizado por 'The Journal of Sex & Marital Therapy'. Y hasta el Centro de Investigaciones Sociológicas ha hecho números al respecto. En su último estudio sobre el tema, el 48% de los encuestados aseguraba que es perfectamente posible mantener «dos o más relaciones afectivo-sexuales a la vez». Y otro 40% sostenía que una pareja puede acordar tener sexo con otras personas «sin vínculo sentimental con ellas».
El asunto se estudia, se habla en la calle y hasta los famosos, que suelen huir de estas cuestiones, lo abordan. «Uno de los casos más recientes es el del cantante Sebastián Yatra, que ha reconocido que 'sus relaciones no pueden durar más de un año porque siente ganas de ser infiel' y que por eso no descarta apoyarse en una 'opción más abierta de lo que estamos acostumbrados'», recuerdan desde JoyClub, una comunidad virtual para personas con sexualidades liberales. Si alguien más se ha planteado alguna vez si lo de las parejas abiertas le conviene, ahí van las explicaciones de dos expertas.
Pero antes, veamos si con para ti ¡Descúbrelo con este test!
«Hay que recordar siempre que puedes abrirte a las relaciones no monógamas y descubrir que eso no es para ti en ese momento de tu vida. ¡Y no pasa nada!», avanza, antes de nada, Bizzoto.
Son para...
Quienes tienen claro que su pareja seguirá siendo el eje, aunque se tengan encuentros sexuales con otras personas. Hay que estar dispuestos a cuidarla y a estar disponibles para salir en su ayuda si le surgen miedos.
- Personas capaces de aceptar los propios deseos y... ojo, «los de tus vínculos». Aquí no vale la 'ley del embudo'.
- Gente cansada de ser monógama y que «no quiere usar la infidelidad como salvoconducto».Cecilia Bizzoto recuerda que la monogamia suele ser una «imposición social».
No son para...
- Aquellos que no están dispuestos a hacer el autotrabajo de gestión emocional que requieren estas relaciones.
- «Las personas con dobles intenciones que buscan simplemente consumir cuerpos a cambio de promesas difusas deberían abstenerse de ello», señala Bizzoto.
Al igual que Bizzoto, Laura Morán, psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja, considera que no hay perfiles de personalidad «aptos o no aptos» para abrir la pareja, pero sí cualidades que son necesarias en quienes prueben esta opción (que puede ser para una etapa de tu vida o no).
Son para...
-Gente capaz de comunicarse de forma efectiva con la pareja y de llegar a acuerdos. «Vamos a salir de la zona de confort y puede que alguna de las partes no esté de acuerdo del todo con los nuevos límites», indica. Esto hay que saber verlo, entenderlo y gestionarlo sin enfados. Morán dice la palabra mágica: «Flexibilidad».
- Personas con ganas de experimentar y con conceptos del sexo y del amor más o menos claros. Es que la diferencia entre pareja abierta y poliamor es que en la primera hay otras parejas sexuales, pero no afectivas. En el segundo caso el vínculo también es emocional.
No son para...
- Quienes lo hacen porque su pareja está en crisis: «Si hay problemas entre los dos, igual no es el mejor momento para introducir elementos tan nuevos». Una mala gestión puede hacer mucho daño.
- Los que tienen por costumbre mentir a la pareja para evitar problemas. «Hace falta mucha honestidad y sinceridad si se va a abrir la pareja», advierte Morán. Y no callarse cosas incómodas, ni miedos ni vulnerabilidades.
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