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Si alguien se levanta una mañana con la necesidad de que le mientan mucho o de sembrar cierto caos a su alrededor, no hay nada como lanzarse a preguntar a la gente de su entorno cuánto tiempo hace que no mantienen relaciones sexuales. Éxito asegurado: no vamos a recibir más que información falsa, evasivas, comprensibles cortes en plan 'a ti qué te importa' y risas tontas y chistecitos para desviar la atención. Y eso que es un tema que, en el fondo, no nos da tanta risa y nos preocupa más de lo que dejamos ver. De hecho, los sexólogos apuntan a que este es un tema estrella en sus consultas. ¿Cuál es la frecuencia 'normal'? ¿Lo mío es 'normal' si llevo sin sexo desde...? ¿Cuánto tiempo sin contacto carnal es demasiado?
Seguro que cada cual tiene su propia teoría al respecto. Unos bromearán diciendo que 'x' horas, otros ya harán cálculos de encuentros semanales, otros dirán que no sé cuantos al mes (y muchos ocultarán que su periodicidad se mide en años, como el paso de algunos cometas). Y luego está la socorrida frase de 'es que ya ni me acuerdo...' (y que hasta puede ser cierta).
Así que mejor vamos a preguntar a expertos. «La percepción del tiempo que resulta demasiado para una persona es completamente subjetiva. En el seno de una relación de pareja, es donde a veces se acentúa más la diferencia entre lo que para una persona es mucho tiempo sin sexo y para la otra no... –indica LucíaJiménez, sexóloga de la firma de bienestar sexual Diversual–. Hemos de tener en cuenta que cada persona cuenta con un deseo basal, o sea, un nivel de libido que se experimenta de forma natural. Algunas personas tienen muchas ganas sin aparentemente ningún estímulo que se las active, y otras, incluso en presencia de estos alicientes, no las tienen», explica.
Tal y como explica, «las relaciones sexuales no son una necesidad básica sin la cual una persona enferma o muere, como beber, comer o dormir. Son una parte de la vida de los individuos que se puede desarrollar o no, experimentar o no». Vamos, que nadie se viene abajo por pasar largos periodos sin sexo o por no tenerlo en absoluto... a no ser que lo lleve mal, claro. «Siempre que uno de los dos miembros de la pareja no esté cómodo con la frecuencia, es motivo para que salten las alarmas, haya pasado una semana desde el último encuentro, un mes o un año», subraya.
Vaya, pues la pregunta del millón sigue sin tener una respuesta clara. Y es que quizá no la hay. El número de relaciones sexuales no es la tasa de colesterol, con límites sanos o insanos. Pero probemos suerte con otra experta, Mónica Moreno, portavoz de EasyToys. «Depende mucho de cada persona –afirma ella–. En mi opinión, el tiempo de abstinencia comienza a ser mucho cuando se convierte en un asunto que recorre nuestra mente, nos genera frustración y afecta a nuestro estado de ánimo».
Según explica, se han hecho muchos estudios al respecto, «porque, evidentemente, es un tema que despierta mucho interés». Ella menciona uno elaborado por varias universidades internacionales «que investigó los correlatos fenotípicos y genéticos de no haber mantenido nunca relaciones sexuales». Nun-ca. «Reveló que los individuos sin sexo tenían un mayor nivel educativo, eran menos propensos a consumir alcohol y tabaco, más nerviosos, más solitarios e infelices...» indica. Vamos, que la abstinencia total imprimía ciertos rasgos, sí. Interesante..., pero tampoco indica qué tiempo es demasiado. Nadie se quiere 'mojar' públicamente, pero sí hay profesionales de la sexología que se animan desde el anonimato: «Tres meses», «de dos a seis». Pero sin sexo con otra persona –esto incluye aspectos más allá del coito– ni en solitario.No dicen que sea demasiado o no, sino que estos plazos son los que ya empiezan a preocupar a sus pacientes (habrá gente que sea incluso menos activa y ni se inmute).
Lo que todos los sexólogos recalcan es que en la vida hay fases más fogosas, que suelen coincidir con nuevas relaciones, y otras de abstinencia: por no tener pareja, por mantener una mala relación con ella, por tener hijos pequeños o por los cambios físicos y hormonales de la mediana edad.
Lo primero que dicen los sexólogos es que la frecuencia ideal –así, en abstracto– no existe. Es la que hace sentir bien y sin carencias a una pareja. Pero la ciencia, con su necesidad de precisión matemática, se ha esforzado por determinar cuál es. Investigadores de la universidad de Toronto Mississauga (Canadá) concluyeron que a más encuentros sexuales, más mejoras físicas y psicológicas..., pero, ojo, con un límite: con un encuentro sexual a la semana basta (el resto es diversión). A partir de ahí –es decir, si tenemos dos, tres, cuatro relaciones semanales– ya no se aprecia un aumento de efectos positivos.
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