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¿Masturbación o sexo? La ciencia revela cuál da orgasmos más intensos

¿Masturbación o sexo? La ciencia revela cuál da orgasmos más intensos

Cada cual tiene sus ventajas y, no, no son iguales

Lunes, 29 de abril 2024

La pregunta del millón es si es lo mismo o no es lo mismo. Evidentemente, el camino hacia el orgasmo parece bien distinto si es fruto del sexo en solitario o de la interacción con otra persona. El camino, repetimos. Porque, cuando se llega al ... clímax, ¿hay alguna diferencia en cuanto a 'calidad'? La experiencia es muy subjetiva, pero la ciencia se ha tomado la molestia de compararlos para extraer conclusiones objetivas. Según un grupo de investigadores del Reino Unido, que analizó la reacción química del organismo después de ambas experiencias –concretamente, la presencia de prolactina, hormona asociada a la sensación de saciedad sexual–, determinó que quienes habían recurrido a la masturbación habían generado una cantidad de esta sustancia cuatro veces menor que la segregada por los que habían practicado el coito.

Así, el estudio –realizado en laboratorio con voluntarios convocados por la Facultad de Medicina de Hannover– concluye que esta opción es «fisiológicamente más satisfactoria» y con ella se obtienen orgasmos más intensos desde el punto de vista químico. Obviamente, los científicos han matizado que una sesión sexual chapucera puede ser muchísimo menos 'eficaz' que un episodio de autoplacer bien ejecutado.

Pero, ojo, que la ciencia del orgasmo tiene más vertientes. Aunque objetivamente haya sido cuantificable que es de más calidad un orgasmo con pareja, investigadores del Laboratorio de Sexualidad Humana de la Universidad de Granada han querido centrarse en la vertiente más subjetiva para establecer una comparativa. Según sus resultados –tras estudiar el comportamiento sexual de más de 4.000 personas, hombres y mujeres con distinta orientación sexual–, la masturbación es más valorada por las sensaciones «reconfortantes» y de recompensa posterior que suscita (sobre todo en el caso de ellos) mientras que las relaciones con una pareja 'ganaban', en buena lógica, en «afectividad», en emociones experimentadas durante el clímax (principalmente para el ala femenina).

«El placer es una experiencia profundamente subjetiva. Cómo accedemos y conectamos con ese placer es la cuestión. Indudablemente, no es lo mismo mantener una relación sexual con uno mismo, con otras personas o con juguetes sexuales.... Imaginemos el cerebro como un gran traductor de señales que proceden de diferentes vías: el tacto, el olfato, la vista, el gusto, el oído… y la propia mente. El cerebro recopila toda la información que le llega a través del sistema nervioso y le da un significado. La imaginación, el recuerdo, la fantasía e incluso la calma van a influir sobre la experiencia», indica la sexóloga Lucía Jiménez, experta de la firma de bienestar sexual Diversual.

Se aprende

Según la especialista, el orgasmo es una reacción fisiológica y, además, «una vivencia que se aprende a sentir». «Por eso, muchas personas tienen dificultades a la hora de dejarse llevar cuando comienzan a aparecer las primeras señales del orgasmo... y lo bloquean. O, por el contrario, lo fuerzan, y hacen cosas como contener la respiración para acercarse a la sensación orgásmica», comenta Jiménez. Lo más habitual es que quienes tienen pr oblemas en llegar al orgasmo se bloqueen más si hay otras personas en juego. Pero, una vez logrado, ¿son mejores unos que otros? Jiménez elude ser categórica y dice que «los orgasmos que se tienen durante la masturbación o relaciones con otras personas pueden ser distintos porque los 'creamos' de diferentes formas».

Tal y como explica, la estimulación física y mental cambia: «Con una persona, el contacto piel con piel produce una mayor secreción de oxitocina, una hormona que favorece la relajación e incentiva la generación del apego, mientras que con vibradores y otros juguetes, como kits eróticos, dispones de estímulos muy potentes que pueden favorecer la liberación de dopamina, la hormona asociada al placer, la recompensa y el aprendizaje. Están diseñados para generar estímulos que van a llamar la atención de tu cerebro por encima de otros».

Luces verdes y radares apagados

Hay personas que creen que a más masturbación, menos ganas de tener sexo con otras personas y viceversa. ¿Qué hay de cierto? Si mantenemos una actividad sexual más o menos constante, la mente estará más receptiva a señales 'sexuales' (cualquier cosa que el sistema nervioso pueda interpretar como luz verde para mantener relaciones), indica la sexóloga Lucía Jiménez. Por el contrario, si llevas tiempo sin tener relaciones (ni contigo ni con nadie), puede que al principio tengas ganas, «pero, por lo general, llegará un momento en el que tu 'radar' se apague y deje de ver posibilidades donde tal vez las haya», advierte.

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