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RODRIGO DARRIBA
Por qué hay gente que siempre llega tarde (y lo que es mejor, se puede corregir)

Por qué hay gente que siempre llega tarde (y lo que es mejor, se puede corregir)

No, no es por falta de respeto: hay factores sociales, psicológicos y hasta cerebrales que 'explican' a los tardones crónicos. Y lo que es mejor, se puede corregir

Jueves, 18 de abril 2024, 19:31

Todos conocemos a alguien cercano –en ocasiones tan cercano que somos nosotros mismos– que es incapaz de ser puntual. Esto saca de quicio a quienes sufren los retrasos, porque, encima, los pobres tienen que escuchar irritantes excusas que son muy peliculeras o se limitan a ... fórmulas vacías del tipo 'se me ha ido el tiempo', 'no me da la vida'... El caso es que en torno a este fenómeno tan habitual surge siempre la misma pregunta: ¿se puede saber por qué Menganito o Fulanita siempre llegan tarde? Es decir, si hay 'algo' que de verdad lo explique... Pues parece que sí. Y no es un único factor.

Según algunos estudios, hay personas que llegan tarde sistemáticamente porque ciertas neuronas, situadas en el hipocampo y que contribuyen a la correcta percepción del tiempo, no hacen su trabajo todo lo bien que deberían. En ese sentido, un sencillo experimento realizado en 2006 con un grupo de puntuales y otro de tardones arrojó una conclusión muy reveladora: se les entregó a unos y otros un cronómetro y se les pidió que lo parasen cuando creyesen que había pasado un minuto. Pues bien, aquellos que solían llegar tarde tuvieron, de media, la sensación de que un minuto duraba 77 segundos en lugar de 60. Sin embargo, los puntuales paraban el cronómetro antes del minuto, sobre el segundo 58.

Esto evidenció que algunas personas tienen el cerebro más preparado que otras para calcular el tiempo que les lleva hacer las cosas y, por tanto, para llegar a tiempo a sus compromisos. Por el contrario, quienes tienen distorsionada la percepción del tiempo van a tener todas las papeletas para llegar tarde si no toman medidas serias, sobre todo porque hay factores contextuales, como la música o las aglomeraciones, que aún les despistarán más con el cálculo del tiempo.

Memoria de trabajo saturada

Pero no vamos a dar 'armas' a los impuntuales. Lo cierto es que, aunque haya gente con más facilidad natural para llegar a tiempo a sus citas, los factores sociales –haber sido criado con unas normas estrictas al respecto y vivir en entornos donde se exige puntualidad– son determinantes, lo mismo que los psicológicos. Valeria Sabater, psicóloga y escritora, repasa algunas de las causas que hay detrás de esas impuntualidades sistemáticas y que no tienen que ver con la falta de respeto al prójimo ni con creerse superior a los demás, que es la teoría más popular. «Puede ser que tengamos saturada la memoria de trabajo u operativa, la que permite mantener información en la conciencia y manipularla y que se usa, por ejemplo, durante un cálculo mental. Al mantener en este tipo de memoria pensamientos innecesarios, nos distraemos a la hora de ejecutar tareas, lo que hace que tardemos más en hacerlas».

Pero hay más razones para la impuntualidad sistemática: tal y como indica la experta, existe también un síndrome llamado retraso crónico que consiste en que el tardón siente un subidón de adrenalina, adictivo, ante la idea de retrasarse. «Así que no lo ve como una irresponsabilidad, sino como una forma de vida. Suele pasarle a gente que intenta hacer más de lo que el tiempo les permite, dejándolo todo para el último momento», apunta. Tener déficit de atención y presentar rasgos de personalidad compulsiva (como tener que mirar si está todo apagado varias veces antes de salir de casa) son otros factores que pueden propiciar la impuntualidad crónica.

Lo mismo que ser muy optimista. En este sentido, Unai Aso, psicólogo del gabinete Buencoco, indica que «algunos autores (Buehler, Kahneman y Tversky, etc.) han propuesto lo que se conoce como 'falacia de la planificación', un concepto que alude al hecho de que algunos individuos tienden a subestimar el tiempo necesario para completar tareas debido a un sesgo optimista, lo que al final puede llevar a tardar más de lo esperado y, por tanto, a llegar de forma impuntual a los compromisos».

¿Más causas que explican la impuntualidad crónica? Sí. Puede estar vinculada con la ansiedad y con conductas de evitación. «El hecho de demorarse en llegar o procrastinar cuando se ha quedado con otras personas puede ser una estrategia de afrontamiento para evitar algo que se percibe como estresante o desagradable», añade Aso.

Sí, se puede corregir

  • 1. Monitorizar y ajustar Debemos monitorizar el tiempo del que disponemos y ajustarnos a él de forma realista. Esto incluye llevar un diario de actividades o usar alguna aplicación de gestión del tiempo para

  • 2. Probar la técnica Pomodoro Es muy famosa y recomendada para procastinadores. Consiste en elegir una tarea y dedicarse a ella 25 minutos sin descentrarse en nada y luego tomarse cinco de descanso (los tiempos pueden variar). Así no se nos acumulan tareas y vamos mejor de tiempo.

  • 3. Metas realistas Establecer metas de forma gradual y reforzar los logros cada vez que se consigue ser puntual.

  • 4. Recordatorios Establecer una rutina y usar recordatorios como notas, alarmas, calendarios...

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