Bulos de verano con la comida
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Bulos de verano con la comida
El melón por la noche, mal... y otros mitos a desterrar para comer bien en veranoEl verano no es el mejor aliado para los hábitos en la mesa. Comemos peor... y ya si estamos de vacaciones, más. Cambiamos los horarios y las rutinas, nos permitimos más 'caprichos' y, además, tiramos de supuestas verdades irrefutables que no lo son tanto. ¿Cuáles? Que la cerveza hidrata, que no se puede cenar melón, que el helado de limón es digestivo... Creencias que no se sabe ni de dónde vinieron ni por qué se siguen con nosotros, pero que aceptamos como si fueran el principio de Arquímedes. Vayamos una por una para ver si tienen alguna lógica o debemos resetear también esta parte de nuestros conocimientos nutricionales.
Los helados son los reyes del verano y con el calor nos resultan irresistibles. Pero sabemos también que hay que restringir su consumo porque no deja de ser un alimento con mucha densidad calórica... hasta que vemos los famosos helados de yogur y frutas. ¿Son más saludables? «Pueden parecerlo, pero en realidad también están, por lo general, cargados de azúcar e ingredientes artificiales», señala María Barado Piqueras, profesora del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
– ¿Y nos ayudan a la digestión, como creemos?
– Al contrario, los alimentos fríos pueden hacer que sea incluso un poco más lenta.
Sin embargo, no se lleve las manos a la cabeza, Barado también nos da las claves para elegir los mejores y no privarnos de estos productos que, eso sí, deben ser de consumo esporádico. Lo primero es revisar las etiquetas para ver los que tienen menos ingredientes artificiales. Aunque aprovechando el descanso veraniego, también podemos animarnos y hacerlos en casa. Ni son tan difíciles ni nos van a llevar tanto tiempo.
En este caso, podremos controlar el azúcar que les echamos y ajustarnos a las recomendaciones de la Organización Mundial para la Salud (OMS):la cantidad diaria ingerida de azúcares libres no debe sobrepasar los 50 gramos. Esto equivale a unas 10 cucharaditas, para que nos hagamos una idea. Si apostamos, además, por la fruta natural en nuestras elaboraciones, redondeamos la ecuación.
Si hay algo importante durante todo el año, pero sobre lo que hay que hacer hincapié en verano, es una buena hidratación. Aunque con agua más que con cerveza, ese elixir que tenemos tan asociado a los momentos de relax. «Al contener alcohol, tiene propiedades diuréticas, por lo que incrementa la producción de orina», explica la docente.
– Así que eso de que hidrata... nada de nada
– Al contrario, te puede deshidratar. No tiene suficiente cantidad de electrolitos necesarios para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo.
La experta aboga por que si no podemos quitarla de nuestra dieta, moderemos su consumo ya que tampoco le sienta bien a nuestra piel. Igual ya se ha dado cuenta de que cuando la bebe empieza a sentir cierta rojez en la cara. Tiene explicación: «Dilata los vasos sanguíneos y por eso se produce cierto enrojecimiento facial continuo. Pero también puede producir rotura de capilares».
– Abramos otro melón. ¿Es esta fruta peor por la noche que por el día?
– Para nada está demostrado científicamente.
Barado no entiende este mito que nos atormenta en las noches de calor y que hasta tiene su hueco en el refranero popular:«El melón en ayunas es oro; al mediodía, plata; y por la noche, mata». La experta hace hincapié en sus bondades. «Junto con la sandía, tiene un elevado contenido en agua, un 90%, además de ser una excelente fuente de vitamina A, vitamina C, potasio y betacaroteno, un pigmento orgánico que favorece el bronceado», explica. Otra característica de ambos alimentos es que al tener mucha agua, también tienen una alta capacidad diurética: nos ayudan a eliminar líquidos, algo muy recomendable en estos tiempos.
Otra de esas creencias sin pies ni cabeza es la que nos recomienda evitar los platos calientes en verano. Ni engordan más ni nos va a dar un golpe de calor con ellos. «No hay ninguna evidencia científica, aunque pueden provocar un aumento de la temperatura corporal y resultarnos incómodo», explica la profesora de la UNIR. Así que si no te apetece puchero, no lo comas. Una buena opción es, por ejemplo, el gazpacho: «Contiene licopeno, un potente antioxidante, que mejora la piel y regula los radicales libres», indica Barado. «Los alimentos crudos, frutas, verduras y ensaladas, suelen tener menos calorías y son más fáciles de digerir, contienen más vitaminas y minerales que al cocinarlos», prosigue. Pero tampoco hay que ponerse 'finos': no hace falta sobrepasar las cantidades recomendadas, ni hacer aportes extras.
¿Y qué pasa si nos vemos un poco 'pasados' de peso en la playa tras un festín? Pues lo primero, mantengamos la calma. Hay que olvidarse de la dieta de la piña, del tomate o de la zanahoria. «No es recomendable realizar ninguna restricción alimentaria ni usar productos que no tengan la suficiente evidencia científica para mejorar la sensación de plenitud o el malestar gastrointestinal tras una ingesta calórica excesiva», finaliza la experta de la UNIR.
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