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El invierno y los picores en la piel: así se rompe el tándem

El invierno y los picores en la piel: así se rompe el tándem

La bajada de las temperaturas afecta mucho a nuestro cuerpo, que necesita cuidados específicos

Lunes, 13 de enero 2025, 00:07

«Llevo una temporada en la que me pican un montón las piernas, sobre todo de rodilla para abajo. Es una comezón muy desagradable y suele intensificarse después de la ducha y al meterme en la cama. Me he llegado a hacer heridas de tanto rascarme. Hay momentos en los que me arrancaría la piel a tiras de la desesperación». Carla padece xerosis cutánea y, aunque por el nombre pueda parecer una enfermedad un tanto exótica, esa picazón que la lleva por la calle de la amargura se debe básicamente a que tiene una piel extremadamente seca. Y el invierno no ayuda.

«Lo que le ocurre a la piel en esta época del año es que el frío altera el manto hidrolipídico que la protege, una barrera compuesta de agua y grasa que, además de evitar la deshidratación, también impide que agentes externos como la polución o la radiación solar penetren profundamente en la dermis y causen daños en su interior. El desgaste de este escudo protector se nota en forma de tirantez, picor, rojeces… síntomas que se agravan en las personas con la piel más seca o sensible», explican los especialistas de la Unidad de Belleza y Bienestar del Grupo Pedro Jaén.

De hecho, lo primero que solemos notar cuando bajan las temperaturas es mucha sequedad, sobre todo en brazos y piernas, que suelen presentar un aspecto más acartonado de lo habitual. «¿Y qué hacemos nosotros? Pues rascarnos. Y si nos rascamos, nos escuece todavía más porque se libera histamina, que es una sustancia que aumenta la sensación de picor. Es un círculo vicioso», aclara la dermatóloga Ana Molina. El truco está en aprovechar un 'fallo' de la piel a nuestro favor para engañarla. «Como es un poco 'tonta', le cuesta transmitir dos sensaciones diferentes a la vez como, por ejemplo, picor y frío. De esta forma, si aplicamos frío cuando nos escuece, el picor cesará. Y si ese frío que aplicamos es una crema hidratante espesa y fresquita haremos magia de la buena», añade la especialista.

Porque la hidratación de la piel es al invierno, lo que la crema solar al verano: «fundamental e innegociable», insisten los expertos. «Se trata de un cuidado básico que debemos hacer de forma abundante y frecuente. Podemos aprovechar después de la ducha para embadurnar nuestro cuerpo con una buena crema hidratante, aunque durante los meses de invierno, con el roce de las prendas de abrigo, los cambios de temperatura y el viento, es más que probable que necesitemos reaplicarla varias veces a lo largo del día», señalan en el Grupo Pedro Jaén.

Vaselina, lo más eficaz

¿Qué tipo de cremas son las más recomendables para la xerosis cutánea? «Las oclusivas porque sellan la piel desde arriba para evitar que pierda el agua. Siguiendo la máxima de cuanto más grasa mejor, la vaselina sería ideal porque su efecto oclusivo es óptimo, aunque la sensación que deja en la piel es horrible. Por este motivo, es mejor recurrir a cremas que lleven en su composición ceramidas o ácido hialurónico, que son ingredientes que permiten mantener la piel hidratada durante más tiempo», explica la doctora Carolina Vila, dermatóloga del Grupo Quirón.

Otro truco para mitigar la sequedad –y, por tanto, el picor– durante los meses de invierno es ducharse con agua templada. «Aunque es difícil resistirse a la tentación de un baño calentito cuando aprieta el frío, debemos tener en cuenta que permanecer sumergidos en agua caliente deshidrata y reseca la piel todavía más».

Y mucho cuidado también con los días de temperaturas muy bajas «porque el frío puede quemar igual que el calor. Lo que ocurre es que como es anestésico, la quemadura duele menos mientras se produce, pero es igual de grave», alerta la doctora Molina. Tampoco podemos olvidarmos de proteger las manos e hidratar convenientemente la piel de los labios y del contorno de ojos, la más fina y sensible del rostro. Y un último consejo de los especialistas. «Ojo con sentarse cerca de los radiadores y sistemas de calefacción porque favorece la aparición de arañas vasculares y varices».

Tratamientos que es mejor hacerse en invierno

Aunque las calefacciones y las bajas temperaturas de esta época del año resecan al máximo nuestra piel, no todo es malo. El invierno es una las mejores estaciones para someterse a determinados tratamientos de cuidado y rejuvenecimiento, sobre todo del rostro. «Con menos exposición al sol, tu piel se recupera mejor y reduces el riesgo de manchas», explica la doctora Teresa Madrid, especialista en Medicina Estética en el Grupo Pedro Jaén.

Luz pulsada intensa (IPL) para cuello y escote: no solo mejora el tono y textura de la piel sino que además reduce rojeces, manchas y pequeñas venas visibles.

Criolipólisis: es el tratamiento más avanzado para eliminar depósitos de grasa localizada de manera no invasiva. Conocida popularmente como 'congelamiento de grasa', «es aconsejable realizarlos en otoño e invierno para ver los resultados en verano».

Láser vascular: se usa para eliminar arañas vasculares y varículas de forma segura y eficaz

Ultrasonidos: esta tecnología está diseñada para quitar varices de las piernas sin cirugía.

Radiofrecuencia con microagujas:es una técnica para tratar la flacidez, tono, cicatrices y calidad de la piel.

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