El cable que inventó Apple dice adiós por ley

Y es en pasado porque ya dejará de ser una de las incógnitas, tras desvelarse qué cargador utiliza el último modelo móvil de la compañía. El iPhone 15, que salió al mercado el pasado mes de septiembre, ya sí, aunque por el deber de cumplir con una normativa europea, homologa su cargador al del resto de dispositivos electrónicos que se comercializan en Europa. Acaba así el baile de cables que la tecnológica comercializó durante tantos años y que comenzó el 23 de octubre de 2001, cuando se presentó el primer modelo de iPod y su cargador de 30 pines. Seis años antes del lanzamiento del primer iPhone.

El iPhone 5, el iPad de cuarta generación y el iPad mini de primera generación fueron los primeros dispositivos en usar el nuevo conector, el llamado Lightning.

No fue una transición fácil. El cambio de cargador que se presentó en 2012, con el lanzamiento del iPhone 5, era algo que muchos usuarios esperaban. Pensaban que la compañía adoptaría un cargador en línea con los que utilizaban otros dispositivos electrónicos, pero el factor sorpresa volvió por parte de Cupertino. Lanzó un nuevo modelo propio que incluso provocó que muchos usuarios de Apple con dispositivos nuevos y antiguos tuvieran, durante esos años, que utilizar los dos cargadores -el de 30 pines y el Lightning- en sus diferentes dispositivos o bien adquirir el adaptador que la propia compañía lanzó al mercado.

En un afán de diferenciarse de nuevo del resto de sus competidores, desapareció de los modelos la clavija tradicional de los auriculares. Ya no valían unos cascos de iPhone para un Android o cualquier otro tipo de dispositivo, sino que Apple lanzó al mercado su propio conector de auriculares.

Los de Jobs siempre han apostado por modelos pequeños, compactos y cómodos cada vez que han lanzado nuevos productos. Algo que también hicieron al diseñar aquel cargador Lightning.

Era un conector digital, más resistente y un 80% más pequeño, lo que facilitaba su traslado y mejoró la comodidad entre los usuarios. Además, era reversible, es decir, se podía conectar al móvil por cualquiera de sus lados, algo que no ocurría con el anterior modelo de cargador. Ni tan siquiera con la mayoría de cargadores existentes.

Y aunque tuvieron que pasar diez años para que los de Apple decidieran -obligados por una normativa europea- homologarse al resto de compañías electrónicas, de 2012 a 2022 los iPhones sí que experimentaron cambios que poco demandaban los usuarios pero que, sin duda, marcaron la década de unos productos que consiguieron mantener, aún así, el liderazgo del sector.

Todo en un viaje de 15 promociones, atravesando alguna que otra crisis económica, que no ha sido obstáculo para que la empresa tecnológica más importante del mundo comenzara a vender sus dispositivos en 2008 en España a un precio de 299 euros, su versión más cara, y ahora, su último modelo más avanzado esté en 1.969 euros.

Más precio, menos producto, más diferencia. Todo a través de unos cables con nombre propio y que en 2023, con el lanzamiento del iPhone 15, se homologa al resto de compañías. Por lo menos en lo que a conexiones se refiere.