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Nuria (nombre ficticio para proteger su identidad) volvía a su piso en Lugo en la madrugada del 30 de septiembre de 2016. Según relata la sentencia a la que ha tenido acceso TodoAlicante, entre las 4:30 y 5:00 horas la víctima abrió la ... puerta de acceso al portal cuando, de repente, alguien la abordó por detrás, la introdujo en el ascensor y mientras le tapaba la boca para que no pidiera auxilio pulsó la numeración secreta necesaria para bajar al garaje.
Allí, I.H.Z -el condenado- la metió en el cuarto de contadores al grito de «cállate o te mato» y le obligó a realizarle una felación, según recoge el escrito. La joven, que hoy tiene 25 años, tenía 18 cuando el hombre la abordó sin que pudiera defenderse. Este martes, 14 de febrero, ha recibido una llamada de la Policia advirtiéndole de que su violador sale de la cárcel, dos años antes de lo esperado, al ser beneficiado por la polémica ley del 'solo sí es sí'.
El depredador sexual no residía en el mismo edificio que la víctima, pero conocía a la perfección la distribución del portal, el ascensor, cómo se accedía al garaje y al cuarto de contadores en la planta inferior del bloque. El motivo: era el peón que había realizado la instalación de la fibra óptica de toda la zona meses antes de la agresión.
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Esta información la aprovechó el criminal. Se escondió en el portal del inmueble con el rostro parcialmente cubierto para ocultar sus rasgos mediante el uso de una braga que le tapaba la boca y parte de la nariz. El hombre se colocó detrás de la joven de 18 años y la introdujo por la fuerza en el ascensor.
Una vez dentro, la sujetó por el cuello y tapó su boca para que no gritara. Como Nuria oponía resistencia, el acusado la amenazó diciéndole «cállate o te mato». Acto seguido, pulsó los botones de los pisos para que el ascensor subiera y bajara y cogió las llaves del domicilio para que la víctima no pudiera huir.
Al entrar en el garaje, con ánimo libidinoso, caminó hacia el cuarto de contadores, la introdujo y cerró la puerta. Allí le apretó del cuello bruscamente hasta que la víctima casi se desmaya. Según detalla la sentencia, el reo le dijo «si me la chupas, te dejo que te vayas».
Acto seguido, la obligó a practicarle una felación introduciendo el pene en la boca de la víctima mientras le decía «chúpamela». El terror se prolongó durante varios minutos. Tras ello, se masturbó contra la pared en presencia de la víctima. Una vez finalizó, le lanzó sus llaves y huyó del lugar de los hechos.
Nuria sufrió por este asalto lesiones consistentes en «erosión en la zona cervical izquierda y equimosis abrasión en la zona cervical anterior» que requirieron una primera asistencia facultativa y curaron en seis días no impeditivos para sus ocupaciones habituales y sin secuelas física ni psicológica para la víctima. Lesiones por las que Nuria no reclama, según recoge la sentencia.
No es el único caso que relata la sentencia. El depredador sexual volvió a actuar en la misma zona y de madrugada un mes después, el 23 de octubre. Esta vez la víctima fue Isabel (pseudónimo), de 41 años. El modus operandi fue el mismo. El hombre se escondía en un trastero comunitario al lado del ascensor y cuando la mujer entró en el portal se colocó a su lado a esperar el elevador, mientras le sobresalía el pene del pantalón.
Isabel, ante el miedo que le producía la situación, comenzó a subir por la escalera para huir, pero el agresor la persiguió y la abordó en el rellano del primer piso para agredirla sexualmente. I.H.Z agarró por detrás a la víctima sujetándole la cabeza y tratando de tapar su boca con el antebrazo derecho para que ella no gritara. Tras un forcejeo, Isabel logró alertar a su marido, que estaba en la vivienda, y el agresor huyó por miedo a que ser descubierto.
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La segunda víctima sufrió por esta agresión lesiones consistentes en «equimosis e inflamación en la encía y labio inferior» que requirieron una primera asistencia facultativa y curaron en cinco días no impeditivos para sus ocupaciones habituales y sin secuelas físicas ni psicológicas, y por las que la víctima reclama, según reza la resolución.
En la sentencia de la Audiencia Provincial de Lugo, de marzo de 2020, los jueces le condenaron a seis años y medio por un delito de agresión sexual y otro en grado de tentativa. Además, le impusieron la agravante de «disfraz y aprovechamiento de las circunstancias de tiempo y lugar».
El violador tenía previsto abandonar este martes 14 la cárcel de Villena, adonde fue trasladado desde Lugo por tener lazos familiares en la zona. El reo deberá llevar una pulsera telemática durante los próximos ocho años que le mantendrá geolocalizado por la Policía todo ese tiempo, además de afrontar la prohibición de acercarse a las víctimas a menos de 500 metros durante los próximos 15 años. Asimismo, I.H.Z. debe participar en un programa sobre víctimas contra la libertad sexual.
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