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Que los hijos les pidan dinero a sus padres entra dentro de lo común. Sin embargo, fingir un secuestro para conseguirlo no es una práctica nada habitual. Y es precisamente lo que presuntamente ha hecho una mujer de 45 años, inventarse que dos hombres ... la tenían retenida contra su voluntad, la agredían y la obligaban a prostituirse, a fin de que su madre pagara un rescate para liberarla.
Pero no le ha salido bien, ya que agentes de la Policía Nacional han detenido tanto a la presunta víctima como a los supuestos captores -ambos implicados en la mentira- por presuntamente simular dicho secuestro. Así, los tres han sido puestos a disposición del juzgado de instrucción de guardia de Alicante.
Las primeras gestiones se realizaron en la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional en Córdoba. Una ONG especializada en asistencia a víctimas de trata recibió el aviso de una persona -la madre- que les dijo que su hija estaba secuestrada y que sus captores le habían exigido una cantidad económica para proceder a su liberación o, en caso contrario, acabarían con su vida.
Inmediatamente, agentes especialistas de la Policía Nacional se pusieron en contacto con la perjudicada. Ella les explicó que su hija la había llamado para decirle que había contraído una deuda de droga y que por tal motivo dos hombres la tenían encerrada desde hacía dos semanas, por lo que necesitaba su ayuda. Con angustia, le aseguró que estas personas la agredían y la obligaban a ejercer la prostitución.
Después de escuchar a su hija, la mujer pudo hablar con los presuntos captores, quienes le exigieron la cantidad de 3.000 euros para dejar libre a su hija. Además, establecieron otra condición: la liberación se produciría en Bilbao una vez recibida esa suma de dinero. En caso contrario, aseguraron que acabarían con la vida de la presunta víctima.
Con esta información, las primeras gestiones policiales se dirigieron hacia el País Vasco. En este sentido, los investigadores contactaron con los agentes de la Policía Nacional de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior del País Vasco en Bilbao.
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Mientras tanto, la denunciante continuó realizando llamadas y negociando con los presuntos captores. Surtieron efecto, ya que la mujer consiguió cambiar las condiciones del pago del rescate. Estableció que abonaría la cantidad íntegra de 800 euros - no 3.000- y que el pago se realizaría en Alicante -no en Bilbao-, y los dos hombres aceptaron.
Ante esto, los agentes de la Policía Nacional de Córdoba contactaron con sus homólogos del Grupo I de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificaciones (Ucrif) de Alicante para coordinar la investigación. Ante la gravedad de los hechos denunciados los policías se pusieron inmediatamente manos a la obra para esclarecer los hechos, conseguir la liberación de la víctima y garantizar su seguridad.
Durante las primeras actuaciones, los policías comprobaron que la presunta víctima no se encontraba retenida contra su voluntad, pero continuaron con la operación con el fin de identificar a los extorsionadores. La madre concertó un primer intento de entrega del dinero en una calle de la zona de la Playa de San Juan de Alicante, pero no pudo ser llevado a cabo.
Por el contrario, se estableció un lugar para el siguiente día: una estación de servicio de la ciudad de Alicante con fácil acceso a la autovía. Allí se estableció un dispositivo policial especial con el que se consiguió detener a los dos presuntos extorsionadores. Además, la presunta retenida también se encontraba en el lugar, por lo cual se efectuó la triple detención.
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