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La Fiscalía de Orihuela ha abierto diligencias, a petición del Defensor del Paciente, por la muerte de un joven de 26 años, 20 minutos después de recibir el alta hospitalaria en el centro de salud de Bigastro al sufrir un infarto agudo de miocardio. El Ministerio Fiscal considera que del análisis de la denuncia se desprende que los hechos podrían ser constitutivos de los delitos de homicidio por imprudencia profesional, recogidos en el artículo 142 del Código Penal.
Por ello, confirma que oficia al Juzgado de Instrucción nº1 de Orihuela (el que estaba de guardia el día del deceso) para que informe sobre la existencia de procedimiento judicial por estos hechos. Además, oficia al centro de salud de Bigastro a fin de que informe sobre los hechos, el nombre del paciente y del médico de guardia que lo atendió, según ha dado a conocer el Defensor del Paciente.
La muerte del joven, 20 minutos después de recibir el alta hospitalaria el pasado 13 de enero, conmocionó a Bigastro. El chico avisó a sus padres de que se encontraba mal. Este malestar se fue incrementando y, sobre las 17 horas, el paciente se acercó al centro de salud con un fuerte dolor seco en el tórax, náuseas y dolor en un brazo. Los sanitarios que le atendieron le diagnosticaron dolor muscular con alta a domicilio.
El chico volvió a casa y, tan solo 20 minutos después de recibir el alta, se desplomó en su habitación, donde perdió el conocimiento y comenzó a convulsionar, entrando en parada cardíaca. La familia llamó al Servicio de Emergencias por desvanecimiento y, mientras esperaban la llegada del Soporte Vital Avanzado, comenzaron a realizar técnicas de reanimación mediante las indicaciones telefónicas.
Media hora después del desvanecimiento, se produce la llegada de los servicios de emergencia y se inician las maniobras de RCP avanzadas. El personal sanitario hizo todo lo posible para salvar la vida del joven, llegando a realizar «intentos de reanimación incluso superiores a los límites sensatos». Todo ello fue insuficiente, y ante la mirada desoladora de su hermana y sus padres se decretó la muerte en torno a las 18:18 horas, según detallan fuentes del Defensor del Paciente.
La familia de la víctima denunció al centro de salud de Bigastro por una posible mala praxis, al considerar que, probablemente, al joven no le realizaron la exploración correcta. Los familiares denunciaron que en ningún momento se aplicó el correspondiente protocolo o 'Código Infarto' estipulado por la Generalitat Valenciana y la Sociedad Española de Cardiología por un dolor torácico agudo que como bien indica «es esencial la realización e interpretación de un electrocardiograma de 12 derivaciones en los primeros 10 minutos de la llegada del paciente al centro médico». Un proceso fundamental para la evaluación y reconocimiento temprano del infarto, independientemente del entorno (edad).
Por su parte, el Defensor del Paciente emitió un escrito a la Fiscalía de Orihuela para que investigase lo sucedido y depurase responsabilidades «por una muerte innecesaria y gratuita de un ser humano», según se recoge en la petición.
A vista de la denuncia, la Fiscalía de Orihuela ha aceptado la petición y procede a incoar diligencias de investigación penal, debiendo en primer lugar averiguar si sobre estos hechos existe procedimiento judicial.
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