El tiempo en Alicante: Diferente año, mismo calor

La temperatura media da un valor muy próximo a la media, pero con la particularidad de que hay una gran amplitud térmica, con noches frías, con heladas en zonas del interior como Pinoso (que ha registrado -3ºC) y días cálidos.

Esta situación, sin embargo, se romperá durante el fin de semana, coincidiendo con el cambio de año. La Aemet pronostica que, a partir del día 31, se espera algo más de viento, lo que dará lugar a que se rompa la estabilidad y las mínimas no sean tan bajas. Como el viento previsto es de poniente a partir del 31, también subirán las máximas, superándose los 20 ºC en el litoral los primeros días de 2024.

El cambio de las temperaturas podría traer también la ansiada lluvia a la provincia, toda vez que la Aemet constata una probabilidad del 35% de chubascos para Alicante en Año Nuevo. Hasta con posibilidades de nieve a partir de 1.400 metros de altitud. Incluso, el mimo día de Nochevieja podría caer alguna gota.

Desde luego, sería un cambio muy positivo, puesto que Alicante terminará el primer trimestre del año hidrológico como el más seco de su historia. Apenas se han registrado 4,4 litros por metro cuadrado desde octubre, según los registros de la Aemet. El anterior valor más bajo se produjo en 1981, con 13,9 litros por metro cuadrado.

El año 2023 se ha caracterizado por la irregularidad pluviométrica, con un régimen de precipitaciones alterado en el que ha habido tres largos periodos de varias semanas e incluso meses sin lluvia y otros cortos periodos con precipitaciones torrenciales.

El único periodo largo de lluvias en 2023 se presentó muy tardío en primavera, entre mitad de mayo y el 3 de julio, al que hay que añadir el de tormentas de principio de septiembre, que fueron generalizadas, pero en las que los máximos estuvieron muy focalizados.

A principio de año, sobre todo el bimestre marzo-abril, ya denotaba que estábamos ante un año muy seco. Esa excepcional sequedad primaveral se ha vuelto a repetir en el último trimestre del año. Justo todo lo contrario de 2022, que fue el más húmedo desde 1989. Los dos años más extremos del siglo (el más seco y el más húmedo), se han presentado de forma consecutiva.