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Del Ronaldinho al abracito: así roban los relojes de lujo

Policía y Mossos crean unidades específicas para combatir un fenómeno delincuencial en auge que arrasa zonas turísticas como Marbella, Barcelona, Ibiza, Alicante o Madrid

Domingo, 23 de julio 2023

La policía sabía que no eran simples rateros. Se movían con un grado de especialización y unas medidas de seguridad propias del crimen organizado. Eran ladrones de relojes de lujo. Pero los investigadores necesitaban probarlo. Por eso pidieron al juez pincharles los teléfonos.

Los agentes escucharon pacientemente sus conversaciones buscando una palabra que los delatara. Lo que no imaginaban era lo que estaba a punto de suceder. Uno de los delincuentes llamó a un compinche y comenzó a radiarle la vigilancia a la que estaba sometiendo a su objetivo, una turista que volvía de madrugada a su hotel en Marbella. El ladrón no colgó bien el móvil y los policías, que no daban crédito a lo que estaba pasando, oyeron el forcejeo y los gritos de «¡police, police!» de la mujer. Era la primera vez que escuchaban, en directo, un robo. Aquel pinchazo telefónico les permitió, dos meses después, desmantelar al completo la banda, integrada por marroquíes y argelinos. En los registros recuperaron siete relojes. Entre ellos estaba el de la víctima.

Un robo en cuestión de segundos

La ladrona se acerca a la víctima, una turista extranjera, en un portal

Se pone a hablar con ella mientras le agarra de la muñeca y ambas empiezan a reírse

La ladrona se sitúa para que no la vea la amiga de la víctima mientras se apoya sobre ésta y le quita el reloj

Una vez sustraído el reloj, se despide amablemente y sale por la puerta

AUX STEP FOR JS

La operación policial se cerró a principios de 2022, apenas unos meses después de la creación del equipo Rolex, un grupo de policías nacionales adscritos a la comisaría de Marbella y especializados en investigar el fenómeno emergente del robo de relojes de lujo. «Esas detenciones obedecen a una nueva forma de trabajar», adelanta el inspector jefe José María Toribio, responsable operativo -segundo de a bordo-de la comisaría de Marbella y también ideólogo de esta unidad.

Agentes del equipo Rolex de la Policía Nacional de Marbella, durante un dispositivo. Josele

El cambio en el modo de investigarlos viene de la mano de la propia evolución de este tipo de delincuencia, que se ceba principalmente con zonas turísticas como Marbella, donde puede haber 200 robos de relojes al año, Barcelona -«es raro el día que no hay uno», comentan en Mossos-, Ibiza, Alicante o Madrid. Es una modalidad asociada al turismo, por lo que no es exclusivo de España. Ciudades como París, Mónaco, Cannes, Saint-Tropez, Roma o Milán también los sufren. Pero los ladrones, siempre itinerantes, tienen una ruta predilecta: Mykonos-Ibiza-Marbella. Y vuelta a empezar.

Policía Nacional

La explicación a este fenómeno hay que buscarla en el auge de un mercado negro que surgió por la falta de stock de relojes debido a la exclusividad de las marcas y la fabricación, casi siempre artesanal, de estas unidades. Firmas como Rolex, Audemars Piguet, Patek Philippe o Richard Mille -algunas de las más buscadas por los ladrones- tienen una producción limitada que sacan a la venta cada temporada. «Hay lista de espera de hasta 10 años para determinadas piezas», aclara desde Marbella Miguel Gómez, director de Gómez y Molina Joyeros y uno de los cinco embajadores en España (200 en el mundo) de la Fundación de Alta Relojería. «Está política de las marcas -añade- encierra aspectos negativos. Aboca a una compra compulsiva y emocional: imagina que quieres hacer un regalo porque te vas a casar, acudes a una joyería y te dicen que no puede ser y que ya te llamarán. Eso provoca frustración en el cliente, que no entiende que deba esperar cinco años para comprar un reloj de 400.000 euros».

«Las joyerías tienen lista de espera de hasta 10 años para determinadas piezas porque las marcas sacan muy pocas unidades al mercado»

Para atender esta demanda han surgido organizaciones criminales que cuentan, incluso, con talleres clandestinos a los que llevar la pieza en caso de avería, ya que si acuden a una casa oficial se arriesgan a perderla. Los relojes de lujo llevan aparejada una documentación y un número de serie que los hacen únicos en el mundo. «Un empresario kuwaití compró en Estados Unidos uno de 20.000 euros y, cuando lo llevó a reparar a una joyería, detectaron que había sido sustraído en el atraco a una joyería de Alicante. Él era un comprador de buena fe, pero se quedó sin la pieza y sin los 20.000 euros», cuenta Gómez Molina.

El valor de un botín

en un solo golpe

6.000

euros

La mayoría de los relojes sustraídos se mueven en esta horquilla

400.000

euros

1.200.000

euros

En Ibiza llegaron a robar un Richard Mille 50-03 McLaren F1 valorado en ese precio

El valor de un botín

en un solo golpe

6.000

euros

La mayoría de los relojes sustraídos se mueven en esta horquilla

400.000

euros

1.200.000

euros

En Ibiza llegaron a robar un Richard Mille 50-03 McLaren F1 valorado en ese precio

El valor de un botín

en un solo golpe

6.000

euros

La mayoría de los relojes sustraídos se mueven en esta horquilla

400.000

euros

1.200.000

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En Ibiza llegaron a robar un Richard Mille 50-03 McLaren F1 valorado en ese precio

El valor de un botín

en un solo golpe

La mayoría de los relojes sustraídos se mueven en esta horquilla

6.000

400.000

1.200.000

En Ibiza llegaron a robar un Richard Mille 50-03 McLaren F1 valorado en este precio

euros

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Aunque el robo de relojes empezó siendo cosa de la delincuencia común, la pujanza del mercado negro, donde su precio se multiplica hasta por cinco, convierte esta modalidad delictiva en un filón para el crimen organizado. No en vano, el botín que se puede obtener en un solo golpe oscila entre 6.000 y 400.000 euros (en esa horquilla está la mayoría de los relojes sustraídos), aunque en Ibiza llegaron a robar un Richard Mille 50-03 McLaren F1 valorado en 1,2 millones. Por eso requiere un modo distinto de combatir el fenómeno. «Antes se perdía mucha información porque, según las características del delito (hurto o robo violento) lo trabajaba una unidad policial distinto», aclara Toribio. Ahora, los ocho integrantes del equipo Rolex -con apoyo del Grupo de Atracos de Málaga- investigan todas las sustracciones de relojes, sea cual sea la modalidad, y no sólo se centran en perseguir al ladrón, sino en recorrer los siguientes eslabones de la cadena. Desde su creación, hace dos años, suma más de 100 detenidos. El joyero alaba la labor de las Fuerzas de Seguridad: «Han llegado a recuperar un reloj que nos robaron hace más de una década».

Los homólogos del 'equipo Rolex' en los Mossos d'Esquadra son los integrantes (14) del Grupo Titanio, que nació con la misma filosofía. En la Ciudad Condal, el 7% de los delitos de robo tienen como objetivo sustraer el reloj de la víctima, de ahí la necesidad que crear una unidad específica. Desde primeros de mayo, Titanio suma 70 detenidos. «Los ladrones salen a pescar, literalmente, hasta que encuentran una víctima. El verano es temporada alta para ellos porque hay más turistas y encima van en manga corta, lo que facilita las cosas», describe Lisardo Hidalgo, que es inspector de la División de Investigación Criminal de Barcelona de los Mossos d'Esquadra.

Los robos se concentran en Puerto Banús, aunque no dudan en seguir a las víctimas hasta sus hoteles. Josele

Los relojes llevan un muelle en el brazalete para que el cierre salte y, de este modo, evitar que el dueño pierda la mano si se le engancha con algo. Los ladrones conocen perfectamente el mecanismo y saben cómo abrirlo sin que la víctima se dé cuenta. Como si de un juego de trileros se tratara, el reloj cambia rápidamente de manos -«algunos se mueven en patinete», apostilla el inspector- y de ubicación una vez sustraído, de manera que si la policía coge en la zona al ladrón, raramente recuperará el botín en ese momento. Dependiendo de la presión policial, dejan la pieza «enfriándose» en un piso franco; en una operación reciente, el Grupo Titanio de Mossos halló 13 relojes ocultos en el soporte de una lámpara de techo, una caja de zapatos y un perro de peluche. Pero también lo pueden sacar del país en horas. «Es extraordinariamente sencillo hacerlo. Puedes llevar uno en la muñeca y otro en el equipaje y nadie te va a decir nada», explica Lisardo Hidalgo.

Las bandas se han profesionalizado y existe, es curioso, una especialización por modalidades y lugares de origen de los delincuentes. Es una realidad constatada en innumerables operaciones policiales. El salto de la delincuencia común al crimen organizado se dio en España de la mano de ladrones italianos -casi siempre procedentes de Nápoles- expertos en sustraer los relojes desde una motocicleta: pasaban lentamente junto a la víctima, se lo arrebataban de la muñeca de un tirón y huían a gran velocidad. A veces son robos violentos, porque llegan a arrastran al propietario o a golpearlo si se resisten.

Los seleccionan al azar, aunque tiene preferencia por turistas en estado de embriaguez. Josele

Los clanes napolitanos realizan estancias de tres a cinco días en las que se dedican a robar relojes y vuelven a su país con el botín. En España tienen una infraestructura mínima: «Otros italianos se encargan de darles cobertura -aclara el inspector jefe de Marbella-, básicamente una moto y el alojamiento para no tener que registrarse». Algunos pertenecen a los escalones más bajos de la mafia y otros tienen contactos con camorristas, pero no están dentro de la organización.

Ofertas de sexo

La especialidad del hurto o el abracito cariñoso es típica de las bandas de rumanas. «Actúan por la mañana, hasta el mediodía, o ya de madrugada. Seleccionan previamente su objetivo: un hombre o una mujer mayor, preferiblemente en estado de embriaguez», detalla Toribio. Si es un varón, «lo abrazan e incluso le tocan sus genitales y le proponen sexo; si es una mujer, les hacen unas carantoñas y se ofrecen como empleadas del hogar». En esa maniobra, en la que rompen la distancia de seguridad, les hurtan el reloj sin que se percaten de nada. «Son finísimas, algunas víctimas se han dado cuenta horas después al meterse en la ducha».

Estas bandas, cuenta el inspector jefe, tienen una extraordinaria movilidad. «Todo es itinerante y desmontable. Cuando no las tenemos en Marbella, están en Alicante, Murcia o Madrid. Hacen incursiones de una semana o diez días y se marchan». La policía ha constatado que se trata de clanes familiares donde se les alecciona desde niños (una de las últimas operaciones surgió tras localizar en Tik Tok un vídeo de un menor con fajos de billetes). En España llevan una vida nómada y precaria, pero en Rumanía han llegado a construirse mansiones de mármol con el botín amasado con el robo de relojes.

El método del Ronaldinho

El ladrón se acerca a la víctima, le agarra de la muñeca y la entretiene con la simulación de un regate, es el denominado método del Ronaldinho

La víctima intenta zafarse del ladrón, pero el robo de su reloj ya se ha perpetrado

La víctima se encara con el ladrón, que se marcha del lugar

AUX STEP FOR JS

Los últimos en incorporarse al mapa delincuencial que dibujan Policía y Mossos son las bandas de magrebíes y francoargelinos especializados en el método del Ronaldinho. Actúan «en manada»: entretienen a la víctima con un balón (o incluso sin él, simulando simplemente un regate) y le quitan el reloj al descuido. Mientras que los clanes napolitanos y rumanos cometen uno o dos robos al día para no llamar la atención, las bandas de magrebíes arrasan -«hacen todos los que pueden», expresa Toribio- y cambian de ciudad.

Pueden llegar a ser violentos. «En España hemos tenido casos en los que emplean la técnica del mataleón (agarran a la víctima por el cuello para cortarle el riego sanguíneo y hacer que se desmaye)», añade el mando marbellí, que vincula el origen de esta modalidad a Barcelona, donde residen. «Están detrás del mayor número de robos aquí», confirma el inspector de Mossos, que cita los distritos de Ciudad Bella y L'Eixample como los más castigados. «Cuando tienen muy quemada esa zona -interviene Toribio-, se mueven por todo el país. Saben que en Marbella tienen otro nicho de mercado». A estas bandas de jóvenes, dice, se les recuperan más relojes. «Napolitanos y rumanas tienen más trienios», bromea el inspector jefe.

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