P. Sellés
Alicante
Jueves, 10 de agosto 2023, 07:26
El pasado mes fue el segundo julio más cálido en Alicante desde 1950 según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Noches tórridas y unas temperaturas que raramente bajan de los 30º grados están siendo la tónica de este verano.
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Esas cifras ... llevan aparejada la cruda realidad de las muertes originadas por el exceso de temperaturas. En la provincia de Alicante, los datos reflejan que en lo que llevamos de verano (desde el 21 de junio) 81 personas han muerto por esa causa.
Se trata de la tercera cifra más alta de todo el país (entre el 21 de junio y el 5 de agosto), solo superada por los 101 fallecimientos de Sevilla, y los 271 de Madrid -ambas provincias con más población que Alicante-.
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Las más de 80 muertes registradas en Alicante suponen además el 75% de todos los decesos atribuidos al calor en la Comunitat este verano. Es decir, tres de cada cuatro de estos fallecimientos se han producido en nuestra provincia. La semana con más altos registros de mortalidad ha sido la 29 (del 17 al 23 de julio), con 29 muertes.
Por sexos apenas se aprecia divergencia entre los datos; no así por edad, donde las muertes se acrecientan entre la población más longeva. Los mayores de 65 años concentran 77 de las 81 muertes de nuestra provincia. De todas ellas, 54 fueron en mayores de 85 años.
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A pesar del número considerable de muertes, la de este año no es la cifra más alta registrada en Alicante en el último lustro, y es que tanto en 2019 como en 2022 se superaron las 90 muertes. Por su parte, 2020 y 2021 se saldaron con 47 y 35 muertes respectivamente.
Estos datos son extraídos del sistema de Vigilancia de la Mortalidad diaria (MoMo) gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. Su enfoque es predictivo, es decir, que trabaja con estimaciones del número de excesos de defunciones atribuibles a exceso o defecto de temperatura. El MoMo no asigna por tanto un registro real de defunciones, sino que muestra una estimación en comparación con series históricas para que las autoridades sanitarias puedan establecer medidas. Las cifras no solo recogen las muertes motivadas directamente por el calor, sino también por el agravamiento de enfermedades previas, o por la contaminación asociada a las altas temperaturas.
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