La falta de enfermeras en Alicante lastra la atención en las UCI

Este déficit al que aluden repercute especialmente en servicios sanitarios vitales como las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), donde la ratio de una enfermera por cada dos pacientes de UCI que aconsejan algunas sociedades científicas, o los 1,6 pacientes por enfermera que recomienda el Ministerio de Sanidad en UCI nivel II, no se respetan.

Para el colegio de enfermería, «este déficit estructural supone un grave riesgo para la seguridad de los pacientes de los centros sanitarios y sociosanitarios, pues al no disponer de unas plantillas suficientes (...) hay una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años».

Desde el Sindicato de Enfermería Satse de Alicante también secundan esta reivindicación, y en su caso piden la incorporación de 1090 enfermeras en atención especializada. Con 2,3 enfermeras especializadas por cada 1.000 habitantes -y según datos de 2019-, la provincia alicantina también está por debajo de la media estatal (3'3) y autonómica (2'7).

Los de Alcoi y Orihuela son los dos departamentos donde esta carencia es más acuciante. En ellos ni siquiera se alcanza la ratio de 130 enfermeras por cada 100 camas hospitalarias. La cifra está muy alejada de la media nacional (situada en 160 enfermeras) y autonómica (141,4).

Desde Satse puntualizan que todas estas cifras tienen en cuenta el aumento estructural de la plantilla que realizó Generalitat en mayo de 2022, un proceso al que faltan por añadir alrededor de un millar de plazas de enfermería solo en la provincia de Alicante. Fuentes del sindicato lamentan que estas incorporaciones aún no se hayan efectuado (a pesar de haber sido anunciadas para el pasado mes de septiembre), ni que tampoco se sepa cómo se hará el reparto por departamentos de salud.

La carencia de personal de enfermería afecta de manera endémica a todo el país, y es que desde el Consejo General de Enfermería (CGE) se calcula que España necesita más de 95.000 enfermeras sólo para llegar a los datos de nuestros vecinos. Para el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, «el número de pacientes que tiene que atender cada enfermera o enfermero duplica e, incluso, triplica las cifras recomendadas para poder garantizar la calidad y seguridad asistencial en todo momento«.

Toda esta situación parece haberse visto exacerbada con la pandemia, y es que tal y como recuerda Pérez Raya, «el sistema sanitario español colapsó en los peores momentos del COVID-19». Aquella carestía de personal redundó, según él, en la contratación de estudiantes de Enfermería, y de «compañeros que no estaban en la atención directa que tuvieron que ponerse nuevamente al pie del cañón».

También «se recurrió a jubilados, se cerraron consultas, se trasladó a todo el personal posible a ámbitos tan específicos como cuidados críticos... Parches para resolver la difícil situación que vivíamos y que parecen haberse olvidado».