Puig devuelve el desafío a Alicante: se carga la capital en las listas y mete a excargos del Consell

Todo el mundo tenía claro que se iban a introducir cambios en la propuesta enviada desde Alicante, pero la cantidad y, sobre todo, el perfil de los nombres que aprobara Valencia iba a medir la distancia que separan a los socialistas. En líneas generales, Puig ha borrado de las candidaturas cualquier cosa que huela a la agrupación local de Alicante.

No ya es solo el histórico dirigente alicantino Ángel Franco, vetado por el secretario general, sino también el resto de candidatos incluidos en las listas: María José Adsuar y Eva Montesinos, en el Congreso y en el Senado respectivamente. Es decir, los máximos representantes de las tres sensibilidades principales de la agrupación local, incluída la mayoritaria.

Eva Monstesinos fue teniente de alcalde y candidata a reemplazar a Gabriel Echávarri, cuando cesó por una prevaricación administrativa. No fue alcaldesa de Alicante tras abstenerse la edil de Podemos Nerea Belmonte y Luis Barcala ocupó su lugar. Por su parte, Adsuar fue rival de Ana Barceló en las primarias a la Alcaldía de Alicante, unas elecciones que la ahora portavoz ganó con el apoyo del sector mayoritario.

Ahora, Ximo Puig no quiere ver ni a uno ni a otro, pero tampoco a los de más allá. Su única interlocución en la capital provincial es la portavoz municipal, Ana Barceló, a la que él mismo colocó y pidió ayuda para ella. Con la provincia, cada vez menos. El secretario alicantino, Alejandro Soler, ha mostrado su enfado por la forma de realizar las candidaturas sin consenso con las direcciones provinciales. Otras fuentes tachan de «despóticas» las formas de Puig: «Cree que Alicante es una pedanía».

Para desmentir la afirmación de que Puig ha vetado Alicante está la inclusión en la lista del Congreso de José Antonio Díaz, el nuevo asesor legal que ha introducido en el grupo local la portavoz, Ana Barceló, y su mano derecha, Trini Amorós. Díaz ha sido el autor, por ejemplo, del escrito a Fiscalía por una presunta prevaricación contra el exconcejal de Fiestas Manolo Jiménez. Fue número 12 en la candidatura provincial a Les Corts, pero quedó fuera.

Díaz ha sustituido a Lázaro Azorín, alcalde de Pinoso, como número 3 al Congreso. En lugar de María José Adsuar (número 4), ha entrado la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador. Un movimiento que denota el nerviosismo con el que el PSPV afronta estas elecciones al incluir en puestos de salida a un cargo nombrado directamente por el Ejecutivo. Señal de que la misma Poblador no confía en continuar en el puesto.

Y otra señal: el desembarco de altos cargos del Consell que han perdido el puesto tras el 28M. Así, la lista a la Cámara Alta la completarán la oriolana Antonia Moreno, hasta ahora delegada del Consell en Alicante; la ilicitana Toñi Serna, secretaria autonómica de Cooperación, y Andreu Verdú, exalcalde de La Vila Joiosa.

Puig sí ha respetado al secretario general del PSPV de la provincia de Alicante, Alejandro Soler, y a la alcoyana Patricia Blanquer. Continuarán como números uno y dos de la candidatura al Congreso.

Pero esta concesión no será suficiente para sortear la enorme crisis que se cierne entre el PSOE de Alicante y el PSPV del País Valencià. Así están en las cosas que hasta algunos ni se reconocen en el nombre del otro. Las listas aprobadas por el Comité Ejecutivo nacional deberán ir ahora al Comité Federal, que aprobará la composición definitiva.

Ocurra lo que ocurra este sábado en Madrid, la guerra ya está abierta en la federación valenciana. Con un Ximo Puig en retirada después de perder la Generalitat, queriendo matar antes de morir, las cuentas anotadas desde hace años puede salir ahora a flote. Que nadie se engañe, estas listas no son el final, sino el principio de lo que está por llegar.