El PSOE de Alicante firma la 'pax romana'

El órgano de dirección de los socialistas alicantinos dio su respaldo unánime por la tarde, con solo seis abstenciones, a la candidatura presentada por la mañana por Ana Barceló. Todo en este anuncio, tanto en el fondo como en las formas, resultó «estrambótico», según un veterano de la agrupación.

El equipo de campaña de Barceló convocó a primera hora de la mañana a la prensa para un par de horas después en la oficina parlamentaria, no en la sede del partido. Allí compareció sola la candidata para explicar nombre a nombre los 15 primeros componentes de la lista, con una distribución cremallera mujer-hombre. Del que es el fichaje estrella de los socialistas alicantinos, Eduardo 'Pichichi' Rodríguez, la candidata lo definió como «un apasionado del deporte» que «ha estado vinculado al Hércules».

Solo repetirán cuatro de los 9 concejales socialistas (Trini Amorós, Raúl Ruiz, Llanos Cano y Manuel Martínez). La otra independiente, Silvia Castell, es abogada en una entidad financiera y vinculada al Ampa del Ceip Azorín. Y el resto, semidesconocidos entre la militancia socialista y mucho más en la sociedad en general.

A la par que desgranaba los nombres, los móviles entre los miembros de la ejecutiva socialista comenzaban a echar humo. Los concejales socialistas conocían la composición de la candidatura al finalizar un acto oficial en el Ayuntamiento de Alicante. «No daban crédito de los nombres», afirma un testigo presente en el Salón Azul.

Tampoco la ejecutiva tenía ni idea de quiénes van a representar las siglas del PSOE en Alicante. Al enterarse, sorpresa y decepción. Algunos temen una estampida masiva del grupo si los socialistas no logran la Alcaldía, otros preguntaban por el curriculum de sus compañeros.

Todo ello hablando del fondo. Pero la formas, tan importantes en democracia, también fallaron. «Es la primera vez que la ejecutiva se entera de la candidatura por la prensa», indicaba un veterano socialista. La candidata se comunicó por la mañana con el secretario general y portavoz, Miguel Millana.

Ya entonces le trasladó Millana la disposición del partido a apoyar la candidatura. A pesar de que el líder del partido a nivel local quedaba fuera; a pesar de que la militante más votada por la asamblea, María José Adsuar, no entraba en la lista; a pesar, a pesar...

Nadie se creía entonces que lo que le transmitió Millana a Barceló fuera a suceder. El PSOE de Alicante, el partido de las eternas disputas, cerraba filas con una candidata traída de Valencia por el secretario general, Ximo Puig. Y daba un respaldo masivo a una lista en la que nadie creía por la mañana sin casi decir ni mú. Pero sucedió.

Habrá quien hable de derrotas y victorias, de imposiciones y retiradas. Pero la perspectiva es mucho más amplia. Empezó desde el mismo momento en el que el comité ejecutivo del PSOE convocó la asamblea para votar las listas.

Entonces, la dirección socialista podía haber hecho una propuesta de candidatura para que la refrendara la militancia. No lo hizo, sino que optó por listas abiertas para que se pudiera presentar quien quisiera.

Segundo paso. El sector mayoritario pactó una lista de 18 nombres con el resto de sensibilidades del partido cuando no era necesario. De hecho, Barceló tiró de este sector, dirigido por el histórico Ángel Franco, cuando hubo de presentarse a primarias y le salió una competidora, María José Adsuar. Barceló ganó con un 70% de los apoyos.

Pues bien, el sector mayoritario tragó saliva y también pactó con los 'soleristas', familia a la que adscribe Adsuar y un 30% de la agrupación. Y con los cercanos a la vicesecretaria general, Eva Montesinos. Y a las Juventudes Socialistas. A todos.

Y cumplió su parte. Igual todos no en la misma medida. De lo contrario, no hubiera ganado Adsuar, sino Millana. Pero fue lo de menos. El objetivo era presentar una única voz del socialismo alicantino para acordar con Ana Barceló la composición definitiva de la lista. Pero la candidata no quiso entrar en ningún diálogo después de la asamblea, posición que ha mantenido hasta el final, apoyada por el secretario general del PSPV, Ximo Puig.

Así, tras un día después de intensos contactos, el PSOE de Alicante ya supo que no habría posibilidad. Y decidió desde el pasado martes continuar su estrategia. Ni un mal gesto, ni una mala palabra.

Pero que nadie se equivoque. La agrupación socialista no está, ni mucho menos, derrotada o aplastada. De hecho, Barceló alzó la voz en el comité ejecutivo a sus miembros para pedirles «trabajar todos» y haciendo llamamientos de unidad.

El partido ha hecho lo que quería Barceló: manos libres para hacer lo que quiera. Pero también le ha cedido toda la responsabilidad del resultado de las elecciones a su candidata y al equipo que ha conformado. Poco más se les puede reclamar ahora.

Por su parte, la agrupación mayoritaria ha cumplido su parte. Ha firmado una 'pax romana' con todas las sensibilidades del socialismo alicantino.

Con esta 'pax', los romanos superaron a los griegos en comercio, economía, milicia y también cultura. Haciendo que el resto de pueblos les reconociera como los garantes de la paz y la prosperidad en todos los territorios que controlaban. Y así fue el periodo de mayor esplendor de su historia.